Las posibles despedidas brexiteras

A tres meses de la fecha establecida para el Brexit, la separación entre Reino Unido y la Unión Europea puede darse de distintas formas. El parlamento británico tiene que votar el acuerdo de Theresa May antes del 21 de enero. ¿Qué puede pasar si no lo aprueba?

La separación entre Reino Unido y la Unión Europea está programa para el 29 de marzo, sin embargo, el Brexit no es seguro porque la primera ministra Theresa May aún no logra un acuerdo con el parlamento británico.

A tres meses del gran divorcio, las posibles despedidas brexiteras son muy distintas. Algunos escenarios presentan condiciones radicales y otros incluyen periodos de transición para no perjudicar la economía de ninguna de las partes.

“Se avecina un periodo de mucha incertidumbre porque hay distintos caminos si no se aprueba el acuerdo con el parlamento británico”, opina Marta Ochman, doctora en ciencias sociales

El parlamento ratifica

Antes de pensar en el peor de los escenarios, la primera posibilidad es que el parlamento de Reino Unido ratifique el acuerdo de May. El gobierno británico someterá el documento sobre los puntos de la separación a los diputados entre el 7 y el 21 de enero.

Si el parlamento lo ratifica, lo que parece muy difícil por la división en el partido de la primera ministra, el país se beneficiaría de un periodo de transición hasta finales de 2020 que se puede ampliar hasta dos años más. Esta etapa daría tiempo a empresas y administraciones para prepararse.

El punto más controvertido del acuerdo que tiene que ser votado por los diputados es el denominado backstop o red de seguridad, un mecanismo para evitar la instauración de una frontera dura en la isla de Irlanda por temor a debilitar el Acuerdo de Paz de 1998

Este punto sólo entraría en vigor después del periodo de transición y si no se logra encontrar una mejor solución. El backstop considera que Irlanda del Norte se siga rigiendo por las reglas del mercado de la Unión Europea tras la separación, lo que permitiría mantener abierta la frontera con la vecina República de Irlanda.

Además, para no imponer barreras administrativas entre la provincia y el resto del país todo Reino Unido permanecería en la unión aduanera europea.

“Es muy complicado que se apruebe el acuerdo. Si no se ratifica hay tres guías: una de ellas es la famosa salida dura, la segunda es que Reino Unido puede tomar la decisión de no abandonar la Unión Europea y la tercera es que se vuelva a negociar el acuerdo”, asegura Ochman.

Salida abrupta

Si el parlamento rechaza el acuerdo, el ejecutivo tiene 21 días para anunciar qué pretender hacer. El principal riesgo es que el país se vea abocado a salir de la Unión Europea de forma abrupta sin un periodo de transición para evitar repercusiones económicas fuertes.

Ante la posibilidad de una salida abrupta, el Banco de Inglaterra advirtió que el país se puede sumir en una grave crisis económica, con disparada del desempleo y la inflación, desplome de la libra y el precio de la vivienda y casi 10 por ciento de reducción del PIB.

El parlamento considera otras opciones

Ante la amenaza del rechazo, los ministros británicos no quieren que se dé una salida radical y por eso presentan otras opciones para los integrantes del parlamento.

Una de ellas consiste en que los diputados voten de manera consultiva varias opciones para intentar aprobar una solución, como sugirió la ministra de Trabajo Amber Rudd.

Entre las nuevas posibilidades podrían figurar un acuerdo con la UE similar al que tiene actualmente Noruega, es decir, con acceso al mercado único pero sin ser miembro de la unión aduanera o un segundo referéndum.

Se anula el Brexit

Otra posibilidad es que Reino Unido tome la decisión de no abandonar la Unión Europea. El gobierno todavía puede quedarse en la comunidad de forma unilateral. Esto también abre la opción de organizar un nuevo referéndum para que los británicos voten si quieren el Brexit.

No obstante, la primera ministra rechaza la idea de una segunda consulta sobre el Brexit, pero esta opción ganó terreno en los últimos meses por la fuerte resistencia con la que choca su plan de salida de la UE.

La organización de una segunda consulta llevaría tanto tiempo que requeriría un aplazamiento de la fecha del divorcio entre las dos partes.

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