La escasez de choferes en Reino Unido perjudica a la industria alimentaria

A dos semanas de que en el territorio británico se registrara una escasez de gasolina por falta de choferes, ese problema se ha expandido a la industria de alimentos como consecuencia del Brexit, un argumento que el gobierno no ha aceptado y que se espera siga evadiendo hasta que se reajuste su economía
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La escasez de gasolina por falta de trabajadores sigue siendo un desafío persistente en el Reino Unido a pesar de que el primer ministro, Boris Johnson, ha implementado distintas medidas para intentar mejorar la situación.

Gordon Balmer, presidente de la Asociación de Minoristas de Gasolina, confirmó a medios locales que “la escasez de combustible está empeorando en Londres y en el sureste, con un 22 por ciento de las estaciones de servicio aún sin gasolina”.

Pero no sólo eso, la falta de trabajadores también ha afectado a la industria de alimentos al no tener un número suficiente de personas que entreguen los productos a las tiendas de conveniencia o supermercados.

“Ya se están viendo estantes vacíos en algunas partes de la cadena de suministro de alimentos, en los supermercados, hoteles, bares y restaurantes. Esto va a continuar”, aseguró por su parte Shane Brennan, director ejecutivo de la Federación de la Cadena de Frío.

Ante este problema, el gobierno británico ha señalado que la pandemia por el COVID-19 ha sido la principal causa, pues entre otras cosas, dejaron de hacerse exámenes de manejo para contratar a sus propios conductores. Sin embargo, los jefes de la industria argumentaron que la falta de trabajadores se agudizó desde la confirmación del Brexit el año pasado.

Un informe reciente de la firma de contabilidad Grant Thornton concluyó que había casi un millón de puestos vacantes en el Reino Unido, la mitad de ellos en los sectores de alimentos y bebidas, industrias que durante los últimos 20 a 30 años dependieron en gran medida de la mano de obra de la Unión Europea.

Marta Ochman, especialista en política europea y académica del Tecnológico de Monterrey, comparte que esos empleos se generaban gracias a la libre movilidad de trabajadores que tenían todos los países pertenecientes el bloque de los 27, pero al salir Reino Unido de éste, el gobierno británico se quedó sin ese beneficio que le permitía contratar a personas de Europa Central y del Este.

“Las empresas británicas abrían oficinas en Polonia, por ejemplo, y contrataban a los trabajadores con sueldos de allá, no de Reino Unido, y esas personas laboraban sobre todo en estos sectores donde hay escasez en el mercado laboral, porque son trabajos muy pesados. Como los conductores de camiones, que deben permanecer sentados por horas y estar lejos de sus familias”.

Al tomar eso en cuenta, la académica destaca que el desabasto de trabajadores en Reino Unido es la muestra perfecta de que, al no haber  empleados extranjeros en un país, eso no significa que los desempleados nacionales vayan a querer esas vacantes debido a la ardua labor que representan.

“Se comentó que puede haber otras áreas con fuerte escasez de trabajadores extranjeros, como la enfermería, en general los auxiliares en los servicios de la salud, y también en la agricultura, principalmente en épocas de cosecha que es cuando se requieren más manos”, agrega Ochman.

Las vías de escape a la escasez de Boris Johnson

Para solucionar este problema, hasta ahora el gobierno británico ha implementado distintas medidas, como desplegar a 200 militares del Ejército para ayudar a entregar el combustible en camiones de cisterna.

Además, flexibilizó su política migratoria, dando 10 mil 500 visas de trabajo temporales a personas que sean de la Unión Europea, Suiza, Noruega, Islandia o Liechtenstein, o tengan un familiar en estos Estados.

Sin embargo, los resultados no han sido alentadores, pues aunque brindar visas a trabajadores es una opción viable, es un trámite que deberá estar emitiéndose constantemente y requerirá un costo mucho más alto para las empresas al aumentar los salarios que eran menores antes del Brexit.

“Con respecto a lo del Ejército, es evidentemente algo excepcional, pues no se puede tener a los militares manejando camiones con gasolina, es una medida muy propagandística para decir que el gobierno hace algo con el problema. Además, esto se había anunciado hace algunas semanas y de cualquier manera el desabasto permanece”, detalla la maestra.

De acuerdo con ella, la opción más viable para la administración de Boris Johnson es más bien reconocer que mintió durante su campaña al no dejar en claro que, con el Brexit, iba a haber costos muy altos debido al reajuste económico que se realizaría.

Pero como es poco probable que el gobierno lo reconozca, se prevé que siga dando otras explicaciones para atribuir la escasez de gasolina y alimentos.

“El gobierno conservador siempre le va atribuir estas causas a fenómenos globales como a la pandemia o a los problemas de logística, de movimiento de mercancías, o a la mala voluntad de la Unión Europea, que en algunos casos es lo que alega, que los retrasos en la frontera se deben a esto, cuando en realidad se debían a que no había frontera, ni trámites y ahora las hay (…) Entonces, se espera que el problema siga hasta que haya ajustes generales en su economía”, declara.

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