La crisis provocada por el COVID-19 ha tenido un impacto devastador sobre los mercados laborales de América Latina, y son los jóvenes de la región quienes más padecen las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, a las cuales harán frente en los próximos años de su vida laboral.
La pandemia tiene un triple impacto en los jóvenes ya que, además de destruir sus trabajos, impacta su educación y formación, y llena de obstáculos el camino de los que buscan entrar al mercado de trabajo o cambiar de empleo.
A esto se añade que la emergencia sanitaria aún no ha terminado y las economías siguen afectadas, por lo tanto no existen datos precisos para saber cómo será el mercado laboral para este grupo en el corto plazo.
Las últimas estimaciones sobre el crecimiento económico proyectan una fuerte contracción de la economía, de hasta -9.4 por ciento de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que provocará un aumento de al menos 5 puntos porcentuales en la tasa de desocupación regional, que pasaría de 8 por ciento antes de la pandemia a más de 13 por ciento.
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Ante este panorama, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) alertó que el número de desempleados jóvenes subiría de 26 a más de 41 millones de personas, por tanto, llamó a los gobiernos a adoptar estrategias inmediatas para enfrentar la crisis laboral provocada por la pandemia.
El organismo añadió que con las afectaciones al mercado laboral a causa de la emergencia sanitaria se podría generar una amplificación de las desigualdades en América Latina, en un contexto de incipiente recuperación registrado en las últimas semanas.
Héctor Márquez, director comercial de Manpower Group, comenta que los jóvenes están interesados en encontrar un empleo dentro del sector formal, pero en algunos casos la falta de experiencia es una barrera para incluirlos en el mercado laboral.
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“Los jóvenes tienen que ir trabajando, tener flexibilidad con las ofertas que se presentan, pero los empleadores también deben subir los sueldos iniciales de la gente para que no compitan con el mercado informal. Hay que darles oportunidad de que empiecen a trabajar”, opina.
La recuperación debe ser con los jóvenes
El mercado laboral en la región ha presentado algunos indicios de recuperación, por lo que organizaciones y expertos consideran necesario que la academia, industria y gobierno trabajen codo a codo para recrear y fortalecer las bases para la inclusión de los jóvenes una vez que se de paso a la reactivación económica con medidas de distanciamiento social, como ocurre ya en algunos países de la región que han levantado los confinamientos de forma paulatina.
Con la reactivación existen riesgos de que las tasas de desocupación e informalidad pudieran subir a medida que se concrete la reapertura de las actividades y se reactive la demanda de empleos, dado que quienes salieron de la fuerza laboral a causa del COVID-19 regresarán a buscar un trabajo.
La recuperación de la productividad será otra variante a considerar. Las últimas estimaciones de la OIT proyectan que América Latina y el Caribe es la región con mayor contracción en las horas de trabajo en todo el mundo, con una pérdida estimada de 20.9 por ciento para los tres primeros trimestres de 2020. Esta cifra casi duplica la estimada a nivel mundial, que es de 11.7 por ciento.
Es por ello que la adopción temprana de estrategias que continúen atenuando estos impactos y que apuntalen la recuperación serán clave. También es fundamental fortalecer la institucionalidad laboral, particularmente en lo que refiere a las políticas activas del mercado de trabajo.
Para la OIT, la crisis abre la oportunidad para reestructurar las instituciones laborales, de la protección social y para estructurar una política de empleo integral que acompañe o sea parte de la estrategia económica de recuperación.
En este sentido, el organismo destaca que es fundamental fortalecer los mecanismos de diálogo social para la concertación de pactos o acuerdo nacionales que apunten hacia una recuperación con transformación que den paso a la creación de modelos de desarrollo más sostenibles e inclusivos.
Héctor Márquez comenta que falta darles oportunidad a los jóvenes y para ello será necesario que los gobiernos y empresas trabajen de forma conjunta para abrir más oportunidades a los jóvenes que se integran al mercado laboral.
En las empresas debe existir un plan para hacerse de gente joven que tiene mas conocimientos en forma digital y capitalizarlos. Las escuelas deben incorporar en los planes de estudios años de práctica y los gobiernos con programas de apoyo a los jóvenes
