Velar por la seguridad de un país es uno de los retos más grandes para cualquier gobierno, y eso lo sabe Jens Stoltenberg

Jens Stoltenberg, por un año más en la OTAN como secretario general

Debido a su perfil mesurado y conciliador en medio de la guerra en Ucrania, especialistas consideran que el secretario general de la Alianza Atlántica no dejará su cargo sino hasta 2023. Sin embargo, deberá enfrentar algunos retos, como restaurar la relación que tenía su organismo con Rusia

Velar por la seguridad de un país es uno de los retos más grandes para cualquier gobierno, y eso lo sabe Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Desde 2014, el economista de origen noruego ha respaldado los valores democráticos para solucionar los problemas entre los miembros de la Alianza Atlántica, y no dejará de hacerlo hasta 2023.

A pesar de que su periodo terminaba en octubre próximo, fueron los Estados que integran la OTAN quienes decidieron extender su mandato hasta el 30 de septiembre del siguiente año, sobre todo para ayudarlos a enfrentar uno de los periodos de más incertidumbre en Europa: la invasión a Ucrania por parte de las fuerzas armadas rusas.

“(Estoy) honrado por la decisión de la OTAN, jefes de Estado y gobiernos de extender mi mandato como secretario general mientras enfrentamos la mayor crisis de seguridad en una generación. Seguimos unidos para mantener nuestra Alianza fuerte y a nuestra gente segura”, declaró Stoltenberg.

De acuerdo con la doctora Ana Luisa Trujillo, internacionalista y académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, fue la personalidad mesurada y conciliadora del secretario general lo que pudo ayudar a extender su periodo, así como su respaldo a la Unión Europea a pesar de que su país no forma parte de esa filiación.

Así también, pudo influir la buena relación que Jens mantuvo con el presidente de Rusia mientras era primer ministro de Noruega, y porque son altas las probabilidades de que no llegue a un conflicto armado con el gobierno de Vladimir Putin a pesar de sus provocaciones.

“Eso lo debe tener claro el secretario general, y creo que esa es otra de las razones por las que se queda (al frente de la OTAN), para no alterar más el ambiente político y diplomático en un momento tan complicado”, asegura la docente.

De acuerdo con el propio Stoltenberg, el uso de las fuerzas militares sería la última opción de la OTAN en esta guerra, a menos de que Putin opte por el uso de las armas químicas, biológicas o nucleares para adentrase más a Ucrania o decida sobrepasar la frontera oeste del país, llegando a naciones como Polonia.

En ese sentido, la doctora Trujillo enfatiza que Jens debe seguir manteniendo la cabeza fría como lo ha hecho hasta ahora, a fin de no intervenir en el conflicto en Ucrania, pues eso podría generar un problema mucho mayor.

Los principales retos de Stoltenberg

Con una guerra de por medio que dejó hasta el pasado jueves mil 81 personas muertas y al menos mil 707 heridos, de acuerdo con el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la OTAN tiene el reto de seguir manteniendo una imagen de una organización en equilibrio, pero a su vez capaz de defender a sus miembros.

Bajo perspectiva, se prevé que Jens Stoltenberg intente detener el conflicto a través de advertencias diplomáticas, o evitar que la invasión vaya en ascenso, aun cuando las fuerzas armadas rusas ya han atacado ciudades del este, norte y sur de Ucrania.

Por otro lado, la doctora Marta Ochman, profesora e investigador del Tecnológico de Monterrey, agrega que otro desafío para el secretario general es tomar la iniciativa de retomar las relaciones entre la OTAN y Rusia.

Fue en 1997 que ambas partes decidieron concretar una declaración conjunta en la que se comprometían a esforzarse por lograr una asociación estratégica y modernizada, basada en los principios de confianza recíproca y transparencia, con el fin de contribuir a la creación de un espacio común en paz y estabilidad en la zona euro-atlántica.

Sin embargo, ese acuerdo se rompió en 2014, cuando el gobierno ruso decidió invadir Crimea.

“A través de sus acciones, Rusia ha minado los principios sobre los que se construyó nuestra asociación y ha violado sus propios compromisos internacionales. Así que no podemos seguir como si nada pasara”, aseguró en ese entonces el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Ramussen.

En esa medida, aunque se esperaría un acercamiento entre Jens Stoltenberg y Vladimir Putin para mejorar la relación, la doctora Ochman considera que es difícil de lograr, tomando en cuenta que el presidente ruso sólo ha mostrado interés por tener conversaciones con los representantes más destacados de la región, entre ellos el mandatario de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.

“Creo que para Putin la OTAN es el enemigo número uno y así lo ha definido por años, porque no estuvo de acuerdo en su expansión y porque para él la organización pertenece a Estados Unidos y por lo tanto cumple con su voluntad, lo cual no es cierto”, señala.

De ese modo, aunque aún se espera una nueva relación entre la Alianza y el gobierno ruso, ese reto podría heredárselo Stoltenberg a su reemplazo, con el fin de obtener una mayor seguridad en la región, siempre y cuando Rusia haya cumplido con las sanciones correspondientes por sus últimas acciones.

También puedes leer: Miembros del G7 y la OTAN, juntos por Ucrania; lanzan nuevas sanciones a Rusia

Te puede interesar