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¿Qué pasa en Irán?

Los iraníes han salido a las calles para manifestar su rechazo al alza de precios y a la corrupción de la clase política, pero lo que comenzó como una protesta pacífica se ha convertido en disturbios, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad

La serie de protestas que se han suscitado desde hace casi una semana en Irán y que han dejado un saldo de más de 20 personas muertas y cientos de detenidos supone la mayor crisis que se ha vivido en este país de Medio Oriente desde 2009.

Las demandas actuales no son las mismas que encabezaron el movimiento reformista, pues los manifestantes han salido a las calles para expresar su descontento en contra de las políticas del régimen encabezado por el líder supremo Alí Khamenei y el presidente Hasan Rohani y la precaria situación económica.

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Por ciento inflación registrada en Irán

Lo que comenzó como una protesta el pasado jueves 28 de diciembre en las calles de la ciudad de Mashhad, la segunda más grande en Irán, ya se ha extendido a varias partes del país para manifestar el rechazo de los iraníes al alza de precios y a la corrupción de la clase política.

En algunas ciudades los manifestantes piden la destitución del líder supremo y del presidente

A las manifestaciones han seguido disturbios, saqueos, enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y otros actos violentos en las calles de algunas de las principales ciudades de Irán, que cumple hoy 7 días consecutivos en tensión máxima.

El presidente iraní ha intentado hacer un llamado al orden y ha pedido a la población distinguir las manifestaciones pacíficas críticas en contra del gobierno (las cuales considera legítimas) de los disturbios que se han originado de forma paralela.

Si bien Rohani ha declarado que esta ola de protestas representan una oportunidad y no una amenaza para el gobierno, también ha anunciado medidas más enérgicas para quienes infrinjan la ley. En las calles, las protestas y la respuesta oficial ha ido haciéndose cada día más violenta.

El origen de las primeras manifestaciones fueron protestas en contra de la política económica del régimen de Rohani, reelecto en mayo pasado, que se han quedado cortas para erradicar una inflación que está cerca del 10 por ciento y una tasa de desempleo mayor al 12 por ciento.

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Por ciento tasa de desempleo

Sin embargo, conforme la crisis se ha ido extendiendo en otras localidades, las demandas y los reclamos de los inconformes también se han diversificado y han abarcado también temas como la corrupción, la influencia del clero en el gobierno o la política exterior iraní, sobre todo por el dispendio en Líbano o Gaza.

Movimiento desarticulado

A diferencia de la ola de protestas poselectorales en junio de 2009 que fue la última gran crisis social en Irán, en esta ocasión, a pesar de que el descontento y las manifestaciones se han ido extendiendo, difícilmente se puede dar pie a una revuelta social debido a que no hay un liderazgo evidente ya que los principales opositores han sido silenciados o viven en el exilio.

Jeremy Bowen, uno de los corresponsales de la British Broadcasting Corporation (BBC) ha asegurado que no existen razones para creer que Irán se encuentre a las puertas del inicio de una revolución.

Las principales manifestaciones, las más multitudinarias y las más violentas no han ocurrido en Teherán, capital de Irán y sede de los poderes, sino que se han suscitado en ciudades del interior.

Las primeras concentraciones comenzaron el pasado jueves en Mashhad al noreste de Irán, pero los mayores brotes de violencia se han registrado en las provincias de Hamadán y Lorestán, donde los enfrentamientos entre los manifestantes han dejado ya decenas de muertos, además de reportarse incendios y daños a edificios públicos y vehículos.

Las consignas de la protesta también han ido variando en cada región, y lo que comenzó como un reclamo por la pérdida del poder adquisitivo, la recesión económica y el desempleo ha ido adquiriendo otros tintes y en algunas ciudades los manifestantes piden la destitución del líder supremo y del presidente.

La inestabilidad también ha ocasionado que algunos manifestantes hayan cometido actos vandálicos o saqueos y al no haber un común denominador o un factor de cohesión en los brotes de inconformidad es complicado prever el alcance de la crisis.

El régimen encabezado por el líder supremo, el ayatolá Alí Khamenei y el presidente del gobierno Hasan Rohani han acusado a los ‘enemigos de Irán’, de estar detrás de las protestas y la inestabilidad que se ha vivido en los últimos días.

“Los enemigos de Irán han usado distintas herramientas como dinero, armas, política y aparatos de inteligencia para crear disturbios en la República Islámica”
Alí KhameneiLíder supremo

Para Rohani, en el poder desde hace 4 años, la ola de protestas se ha convertido en el momento más delicado de su gobierno y su respuesta podría marcar su futuro, sobre todo tomando en cuenta el respaldo que las manifestaciones han recibido por parte de EU y de la comunidad internacional.

Restricción a las redes

El pasado domingo 31 de diciembre, tras una jornada violenta por las protestas en el país, las autoridades iraníes bloquearon de forma indefinida el acceso a las redes sociales en todo el territorio.

El gobierno justificó la medida argumentando que los manifestantes estaban utilizando estas herramientas para convocar a movilizaciones y actos ilegales y agregó que la medida es temporal y que no hay ninguna intención de cerrar el acceso de forma permanente.

Desde el jueves 28 hasta el sábado 30 de diciembre, los inconformes utilizaron las redes sociales, principalmente Telegram, la más popular en Irán para hacer los llamados a participar en las protestas.

La censura por parte del régimen iraní también ha causado indignación en la comunidad internacional y apenas ayer el gobierno de Estados Unidos hizo un llamado al gobierno de Irán para que desbloquee el acceso a las redes sociales ya que son vías legítimas para la comunicación.

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