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Implican a Rivera en reclamo

El cardenal Norberto Rivera Carrera rechazó ayer que haya firmado una carta en una cumbre de obispos que se realiza en el Vaticano y que abrió una polémica en medios.

Manifestó su “mayor respeto y lealtad” al Papa, luego que se difundió el texto de una misiva que cuestionó las reglas aprobadas por el Papa Francisco para el Sínodo, que comenzó el 4 de octubre y se extenderá hasta el día 25.

Rivera aclaró que nunca firmó “la supuesta carta” y lamentó que algunos medios incluyeran su nombre en la lista de quienes la habrían suscrito.

El cardenal Norberto Rivera Carrera rechazó ayer que haya firmado una carta en una cumbre de obispos que se realiza en el Vaticano y que abrió una polémica en medios.

Manifestó su “mayor respeto y lealtad” al Papa, luego que se difundió el texto de una misiva que cuestionó las reglas aprobadas por el Papa Francisco para el Sínodo, que comenzó el 4 de octubre y se extenderá hasta el día 25.

Rivera aclaró que nunca firmó “la supuesta carta” y lamentó que algunos medios incluyeran su nombre en la lista de quienes la habrían suscrito.

“Reconozco que el lugar apropiado de la discusión es con otros padres sinodales y bajo la guía del Papa, que es nuestro garante de la unidad en la Iglesia y quien tiene mi mayor respeto y lealtad”, dijo.

La misiva 

Así salió al paso de la ya famosa “carta de los 13 cardenales”, que el lunes filtró un blog italiano y cuyo contenido cuestionó algunos aspectos del método de trabajo del Sínodo de los Obispos, cumbre que reúne a unos 270 “padres sinodales” de más de 110 países.

El encuentro fue convocado para abordar los desafíos más importantes de la familia en el contexto actual y durante el mismo se discuten temas polémicos como la situación de los divorciados vueltos a casar o la actitud de los católicos hacia los homosexuales.

La carta fue usada por varios comentaristas para sostener la tesis de una supuesta manipulación de la asamblea de obispos, cuyo objetivo sería lograr aperturas que contradigan la doctrina de la Iglesia en esas delicadas cuestiones.

Según la versión filtrada de la misiva, el descontento de los firmantes estaría enfocado en dos objetivos concretos: el Instrumentum laboris (IL) y una comisión de 10 “padres sinodales” encargados de redactar el documento final de la asamblea.

El “Instrumentum” no es más que el documento de trabajo del Sínodo, un amplio temario que incluye los temas polémicos. Para los quejosos, algunos aspectos de ese texto son inaceptables y requieren una profunda revisión.

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