Guerra silenciosa

El “sueño” cliché de las misses de la “paz mundial” se aleja cada vez más de la realidad. El estallido de conflictos alrededor del mundo ha formado un huracán en los últimos meses. 

Pueblos que se levantan contra sus gobernantes, y pueblos que generan una guerra civil. 

Ucrania ha sido el principal protagonista del reflector internacional debido a los levantamientos que se han generado en el este del país y el involucramiento de Rusia en el conflicto. 

12,000
tropas prometió desplazar la ONU
"Esta situación es difícil para matrimonios que tienen niños que pueden ser acusados de no ser totalmente musulmanes o cristianos"
Damien LarramendyInvestigador canadiense
https://www.youtube.com/watch?v=ImLzqKXrFZs

El “sueño” cliché de las misses de la “paz mundial” se aleja cada vez más de la realidad. El estallido de conflictos alrededor del mundo ha formado un huracán en los últimos meses. 

Pueblos que se levantan contra sus gobernantes, y pueblos que generan una guerra civil. 

Ucrania ha sido el principal protagonista del reflector internacional debido a los levantamientos que se han generado en el este del país y el involucramiento de Rusia en el conflicto. 

En el sur del continente americano, Venezuela y Brasil han llamado la atención de algunas comunidades con sus manifestaciones antigobierno. 

Pero la guerra sectaria que se vive en la República Centroafricana ha sido hasta ahora, en su mayoría, una guerra silenciosa. Esto debido al eco casi nulo que ha encontrado en el resto del mundo. 

“El conflicto enfrenta a dos desorganizadas milicias: los antiguos Séleka, una coalición de grupos armados de mayoría musulmana, y a los antibalaka que, de mayoría cristiana, se levantaron en armas después que los Séleka tomaran el país”, publicó El País el pasado 26 de abril. 

“Para protegerse, la población se organiza y forma milicias ‘anti-machetes’ –antibalaka–, (…). Los actos de venganza ciega se multiplican en contra de ciudadanos musulmanes inocentes. Las nuevas autoridades de transición, encabezadas por la presidente Catherine Samba-Panza, tienen dificultades para parar esta espiral negativa”, aseveró a Reporte Indigo Damien Larramendy, encargado de proyectos de la Red de investigación sobre las operaciones de paz (ROP) de la Universidad de Montreal.

Esto ha obligado a millones de habitantes a desplazarse a refugios para evitar ser masacrados con cuchillos, granadas o fusiles. 

Pero esta guerra no es solo una lucha entre religiones, que ya es bastante escandaloso para el siglo 21. 

“Lo que está ocurriendo está generalmente presentado en los medios de comunicación como un conflicto étnico o como un genocidio, pero es más complejo que esto”, indicó Larramandy, “se puede decir que lo que pasa es el resultado de una acumulación de fracasos.

“Al nivel de las autoridades nacionales, podemos hablar de un fracaso para asegurar la defensa del territorio y la seguridad de la población, de un fracaso para dar perspectivas económicas a la población y de un fracaso de gobernanza. Al nivel internacional, podemos hablar de fracaso de la comunidad internacional para prevenir el colapso del Estado centroafricano y para mitigar las consecuencias en la República Centroafricana de la inestabilidad regional”.

La delincuencia y corrupción del Estado, y la ineficacia de la comunidad internacional para intervenir en el conflicto aunado a la debilidad en la seguridad, en la economía y la incapacidad de las autoridades para atender las necesidades de la población son las principales causas de la situación actual en la nación africana, argumenta el experto canadiense. 

Impotencia internacional

Aunque desde enero tienen una presidenta interina que generó esperanzas de terminar las masacres, la situación no mejora para los centroafricanos. 

Y las intenciones de la Unión Europea y de la Organización de las Naciones Unidas de enviar tropas llegan como un susurro casi inaudible. 

“La comunidad internacional está presente en el país, pero más bien en una configuración de consolidación de paz. Según esta configuración, la comunidad apoya a las autoridades nacionales. El problema es que las autoridades son tan débiles y la situación tan inestable, que esta configuración no funciona”, afirmó el  investigador.