Donald Trump considera que el déficit comercial estadounidense es muestra de que el resto de los países se aprovechan de Estados Unidos.
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Guerra comercial, la nueva política de Estados Unidos

Las amenazas de aranceles en Norteamérica y las medidas impuestas unilateralmente muestran un cambio de la política comercial de Estados Unidos

Norteamérica vivió un fin de semana incierto con la imposición unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos a México y Canadá, que resultó en el amague de una guerra comercial que ponía en riesgo la integración económica del subcontinente, la cual representa el 18 por ciento del PIB mundial.

Mientras que la llamada de la presidenta Claudia Sheinbaum con su contraparte estadounidense, Donald Trump, calmó las tensiones entre México y Estados Unidos, los ánimos del mandatario estadounidense con Canadá retomaron su cauce tras dos conversaciones con el primer ministro, Justin Trudeau. 

Pese al acuerdo con los países norteamericanos, las medidas arancelarios de Estados Unidos contra China se mantuvieron y el 10 por ciento de aranceles impuesto por Trump fue respondido por Beijing con un impuesto del 15 por ciento en carbón y gas natural, y un 10 por ciento adicional en petróleo crudo y maquinaria agrícola. 

Los combustibles fósiles representan el 7.86 por ciento de las exportaciones estadounidenses a China y en 2022 su valor superó los 11 mil millones de dólares, de acuerdo al Observatorio de Complejidad Económica (OCE).

La imposición unilateral de aranceles a productos chinos llevó a Beijing a presentar una queja ante la Organización Mundial de Comercio, que le dio a los representantes de ambos países 60 días para resolver sus diferencias antes de que la institución mueva la queja ante su Órgano de Solución de Diferencias. 

Al respecto, la internacionalista Dora Isabel González, profesora de Política Internacional de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, señala que los hidrocarburos continúan siendo uno de los principales mercados estadounidenses, por lo que la respuesta china puede desequilibrar la balanza.

“Esto genera un desequilibrio y la pregunta es: ¿cuáles son los riesgos que tienen en ello? Los hidrocarburos continúan siendo un gran mercado y esta clase de restricciones repercute en el precio, pero también abre las puertas a otros mercados; esto es un juego de interés nacional que, aunque comienza con una crisis inicial, puede compensarse con socios en otras regiones”, comenta la académica.

Desde la campaña que lo llevó a la Casa Blanca, Trump ha insistido en que los aranceles no son solo una medida de presión hacia un mundo que se ha “aprovechado” de su país, sino también una forma de revitalizar la economía de Estados Unidos al priorizar el consumo interno; sin embargo, el bienestar económico de la Unión Americana no se encuentra únicamente dentro de sus fronteras. 

Con la bolsa de valores cerrada durante los anuncios de imposición de aranceles, su apertura el pasado 3 de febrero vio una caída de los tres principales índices bursátiles estadounidenses. Mientras que el Nasdaq bajó por un 0.78 por ciento al inicio de la jornada, la demanda por los Bonos del Tesoro aumentó como signo del posible aumento en la inflación estadounidense. 

Pese a que el presidente Trump reconoció que los aranceles hacia sus mayores socios comerciales pueden traer “dolor a corto plazo”, aseguró que los déficits comerciales que Estados Unidos tiene con varios países, incluidos México y Canadá, son muestra de un “comportamiento abusivo” del resto del mundo hacia su país y que su administración cambiará la balanza.

Las medidas arancelarios de Estados Unidos contra China se mantuvieron. Foto: Especial

La balanza comercial estadounidense 

Actualmente, con el 14.84 por ciento del PIB del planeta dentro de sus fronteras, Estados Unidos es la segunda economía más grande, por PIB real, y con un PIB per cápita de casi 90 mil dólares anuales. Cuenta también con una clase media calculada en más de 150 millones de personas, haciendo  del mercado estadounidense el más importante a nivel global. 

Al ser el mayor mercado de consumo, en 2024 Estados Unidos importó bienes y servicios por la cantidad de 351 mil millones de dólares y solamente exportó 273 mil millones de dólares, generando un déficit comercial de 78 mil millones de dólares; de acuerdo con la visión de Trump, el mundo “le debe” a Estados Unidos.

Según el mandatario, este desbalance en su balanza comercial representa un riesgo no solo para su economía sino para su seguridad nacional y, bajo el principio America First que rige su política exterior, ha amenazado con establecer un arancel global para equilibrar su balanza comercial y ha puesto en marcha una revisión de todos los tratados comerciales de los que Estados Unidos es parte.

 

En opinión de la profesora González, la producción estadounidense continúa siendo competitiva, pues su industria, aunque no tan grande como en épocas anteriores, se mantiene como una de las mayores del mundo. 

América del Norte es la región económica más importante del mundo, pero ya no es hegemónica, ahora vivimos en un mundo multipolar, y en ciertas regiones ha sido desplazada por China, que se ha expandido por tener una producción más económica en autopartes y productos de mayoreo”, anota la profesora

Proteccionismo en Estados Unidos 

En la órden ejecutiva que dio origen a la incertidumbre del fin de semana, el presidente Trump citaba que a diferencia de México, Canadá o China, la economía de su país no dependía del comercio, pues este solo representaba el 25 por ciento de su PIB; sin embargo, la integración comercial de su nación con el resto del mundo es más profunda de lo que ese 25 por ciento anuncia.

Tan solo en el sector energético, pese a que Estados Unidos es el principal productor de petróleo del mundo la mayoría de las refinerías estadounidenses no fueron pensadas para tratar la calidad del material que se extrae actualmente en ese país, por lo que dependen de las exportaciones de México y Canadá para suplir su demanda energética; tan sólo Canadá exporta cuatro millones de barriles diarios. 

Pese a ello, el proteccionismo al que Trump apuesta no solo responde a factores económicos sino también a las fuerzas sociales dentro de Estados Unidos que demandan condiciones de vida que han sido erosionadas por el cambio de una economía industrial a una de servicios.

Estados Unidos se ve en desventaja en las nuevas realidades y quiere recuperar su lugar; su mercado interno, el de ciudadanos jóvenes e hijos de migrantes, no encuentra las oportunidades para mantener una vida adecuada y eso es parte del MAGA y la política de Trump con la que busca recuperar el poderío estadounidense”, finaliza la profesora.

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