El Monseñor Álvarez Lagos ha estado en la mira del gobierno de Daniel Ortega por años, fundamentalmente desde 2018. Foto: Especial

Gobierno Daniel Ortega sentencia a obispo a más de 20 años de prisión

Ante la condena de más de 26 años de prisión impuesta al obispo Rolando José Álvarez Lagos, especialistas consideran que es la reafirmación del gobierno federal a la opresión de sus opositores y la muestra del religioso a la defensa de su pueblo

El gobierno de Nicaragua sigue dando de qué hablar por la reciente sentencia al obispo Rolando José Álvarez Lagos a 26 años y cuatro meses en prisión.

El religioso de 56 años fue señalado culpable, entre otras cosas, de delitos considerados como “traición a la patria”, un término al que se apegó el oficialismo en los últimos años para aplicarlo a todos aquellos opositores que difundan información en contra del presidente Daniel Ortega y del resto de su gabinete, entre otras acciones.

Ante la sentencia dictada al obispo, dada a conocer el pasado 11 de febrero, varios organismos internacionales emitieron posicionamientos, entre estos, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

A través de un video difundido en YouTube, el organismo colegial de los obispos mexicanos manifestó su preocupación por lo sucedido con su “hermano” el monseñor Álvarez Lagos al ser llevado a prisión “por el régimen autoritario del Presidente Daniel Ortega”.

“Como Iglesia en México nos unimos en oración pidiendo a Dios padre convierta los corazones de quienes gobiernan para vivir en paz y libertad religiosa. ¡Libertad para monseñor Rolando Álvarez!”, remarca la CEM.

Asimismo, el papa Francisco dedicó parte de una de sus misas dominicales en el Vaticano para solidarizarse con Nicaragua y con el Monseñor nicaragüense, a quien además le expresó su estima.

“Recemos juntos por todos los que sufren en Nicaragua, por el obispo de Matagalpa, monseñor Álvarez, a quien quiero tanto, y por las personas deportadas. Que el Señor abra los corazones de los dirigentes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda de la paz”, puntualizó el pontífice argentino.

Respecto a los deportados referidos por el papa, se trata de 222 personas exprisioneras en Nicaragua que fueron enviadas a Estados Unidos. Como el obispo, en su momento también fueron señaladas como “traidoras a la patria” por sus continuas críticas a la administración orteguista.

Entre los excarcelados se encuentra Juan Lorenzo Holmann, gerente general del diario La Prensa, y Cristina Chamorro, involucrada en la política nicaragüense. A diferencia de ellos, el Monseñor Álvarez Lagos decidió no salir del país, lo que lo llevó a recibir su sentencia a prisión un día después.

Además del tiempo en prisión con el que se le condenó al obispo, fue despojado de su nacionalidad; un acto respaldado constitucionalmente por la Ley 1055 o Ley de Soberanía, reforma aprobada en 2020 para aquellas personas que inciten a la injerencia extranjera, financien un golpe de Estado o celebren sanciones contra la nación.

El Monseñor Álvarez Lagos ha estado en la mira del gobierno de Daniel Ortega por años, fundamentalmente desde 2018 tras participar en la mediación de una mesa de diálogo entre oficialismo y oposición. Después de ese fallido acercamiento, se dio a conocer que el religioso lanzaba críticas contra el gobierno federal a través de sus redes sociales e incluso durante sus misas.

No fue sino hasta 2022 que fue detenido de un palacio episcopal para enfrentar prisión domiciliaria, la cual cumplió hasta hace unos días que fue llevado al Sistema Penitenciario Nacional para iniciar su condena actual.

Sobre el caso de Álvarez Lagos, el presidente Ortega declaró que el religioso mantenía un comportamiento de soberbia al pensar que podría llegar a ser el próximo papa y al considerarse el jefe de la Iglesia en Nicaragua. “Está desquiciado”, afirmó el mandatario.

Una advertencia a la oposición

Con la sentencia al obispo Rolando José Álvarez Lagos, la administración orteguista reafirma la opresión con la que se ha presentado ante la oposición y por la cual ha recibido múltiples críticas de parte de organizaciones humanitarias.

“El gobierno actual se ha caracterizado por ser una dictadura muy estricta, fuerte y nada flexible (…) Entonces, esto no es nada nuevo, son situaciones que se han dado repetidamente y que el gobierno hace de cierto modo para dejarle en claro a otros opositores lo que es capaz de hacer, es una especie de advertencia”, opina la maestra Norma Soto, internacionalista de la Universidad La Salle.

Desde su punto de vista, es probable que Álvarez Lagos haya decidido no salir de su país junto con el resto de los exprisioneros por el temor de no volver a regresar a su nación de origen, donde cientos de personas buscan una estabilidad política y social.

“Debe sentir que si se va de Nicaragua difícilmente pueda regresar e incluso perder más de lo que pudiera ganar. Él mismo lo ha manifestado, ha decidido no irse para no darle ese gusto al actual gobierno.

“Entonces, sin duda seguirá luchando desde su propio territorio. Sabe que a pesar de las sentencias lo pueden tomar como un ejemplo de perseverancia”, señala la docente.

Desde el exterior, son las organizaciones orientadas a la defensa de los derechos humanos las que podrían exigir una mejor respuesta por parte del gobierno nicaragüense para así no registrar más casos como el del obispo.

Apoyo de organizaciones

De acuerdo con la maestra de la Universidad La Salle, son las organizaciones internacionales y regionales de las que se esperan mayores acciones y no tanto de otros gobiernos debido a las políticas internas de cada país.

“El apoyo de otra nación es un tanto difícil porque hay principios como el respeto a la soberanía y la determinación de los pueblos, que es lo que maneja México por ejemplo. Sin embargo, Estados Unidos tiene mayor posibilidad de actuar considerando que ha llegado a manejar una política de intervencionismo”, destaca la internacionalista.

Bajo esa perspectiva, se prevé que sea la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la que más acciones en favor de los opositores nicaragüenses dé a conocer en el corto, mediano y largo plazo para beneficio de su estabilidad y la del resto de los ciudadanos.

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