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Eurocorrupción

La corrupción sigue siendo un problema –aparentemente imposible de erradicar– en muchos países. Pero lo que los gobiernos de estos Estados se juegan si no tratan de eliminarla es su continuidad en el poder y el destino de la personas.

El país que recientemente se ha colocado en el punto de mira es España y, en concreto, el presidente del gobierno, Mariano  Rajoy, y su partido, el Partido Popular (PP).

"El caso Bárcenas pone en cuestión las bases del poder político y empresarial del Estado español”
Periódico Diagonal
Algunos ven en el 15M el inicio de una fase destituyente que podría terminar con lo que puedan desencadenar los recientes escándalos

La corrupción sigue siendo un problema –aparentemente imposible de erradicar– en muchos países. Pero lo que los gobiernos de estos Estados se juegan si no tratan de eliminarla es su continuidad en el poder y el destino de la personas.

El país que recientemente se ha colocado en el punto de mira es España y, en concreto, el presidente del gobierno, Mariano  Rajoy, y su partido, el Partido Popular (PP).

La razón: el “caso Bárcenas”. Después de que se conociera que el extesorero del partido, Luis Bárcenas, habría presuntamente repartido sobresueldos en negro a toda la cúpula de su formación durante años y que se había acogido a la amnistía fiscal para regularizar los 22 millones de euros de una cuenta que tenía en Suiza y cuyo origen podría ser ilícito, el gobierno conservador y neoliberal de Mariano Rajoy ha sido señalado.

A los gritos de “¡Dimisión!” en las calles y en frente de varias sedes del PP –el fin de semana pasado hubo concentraciones en la de Madrid el viernes, el sábado y el domingo, mientras más detalles y corruptelas salían a la luz– se han sumado los insultos al extesorero que le fueron proferidos a las puertas de la fiscalía, la recogida de un millón de firmas para exigir la retirada de Rajoy, un torrente de artículos periodísticos de opinión muy duros con el partido gobernante y las peticiones de una nueva convocatoria de elecciones por parte de algunas de las formaciones políticas opositoras más importantes.

La fuerza política mayoritaria de oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue criticada por no sumarse hasta este lunes a la petición de dimisión y se especuló con el hecho de que quizás no lo hizo  porque  sus escándalos de los noventa se compararon con los actuales.

Todo esto ha provocado que el apoyo a los populares disminuya a pasos gigantes.

 El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) publicó el miércoles el barómetro del mes de enero y puso datos a la irritación social. 

Lo inesperado quizás para algunos sea que el deterioro de la imagen del gobierno tan sólo un año después de llegar al poder ya era manifiesto antes de que se difundiera el escándalo del extesorero, pues el trabajo de campo se realizó en la víspera.

Así, incluso antes de que estallara el “caso Bárcenas”, la corrupción y el fraude fueron citados como un problema por el 17.7 por ciento de los encuestados, más del doble de los que lo mencionaron en el anterior sondeo. 

En solo un año, el Partido Popular ha perdido nueve puntos en su estimación de voto con respecto al resultado de las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, según reportó El País. Estarían, según el estudio del CIS, en el 35 por ciento, casi dos puntos menos que lo que mostraba el anterior sondeo oficial, realizado en octubre. 

Habrá que esperar para ver los resultados del siguiente sondeo y el modo en que se vaya canalizando el descontento social.

Algunos ven en el 15M el punto de inicio de una fase destituyente que está a punto de terminar. Para otros, como el periodista y director del diario.es Ignacio Escolar, “la combinación de crisis económica y moral es letal” y “sólo puede acabar con una explosión social”. 

De suceder esto, la continuidad del gobierno de Rajoy dependería entonces de su dignidad para escuchar al pueblo, aceptar los errores y dimitir, pues en vista de su amistad con la canciller alemana Angela Merkel, no parece que la Unión Europea vaya a presionar en exceso.De lo contrario, sólo quedará soberbia y represión.

España ocupa el puesto 30 en el índice de corrupción de Transparencia Internacional de 2012. ¿Cuántos puntos le restará este escándalo?

— El caso ruso

El presidente ruso, Vladimir Putin, también tiene su propia mancha, condensada en un informe independiente titulado “Putin. Corrupción”. En sus páginas se aborda la corrupción del círculo íntimo del presidente y fue presentado por los líderes del Partido Popular por la Libertad (PARNAS) en conferencia de prensa el 28 de marzo de 2011. El reporte habla de los 26 palacios y cinco yates utilizados por Putin y Medvedev, entre otras cosas.

En abril del año pasado, el diario ABC publicó que la corrupción en Rusia representaba el 50 por ciento del PIB y que el mercado ruso de sobornos movía al menos 300 mil millones de dólares, llegando a alcanzar al 90 por ciento de las estructuras del Estado.

Posteriormente, en diciembre, cuando se dio a conocer el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional de 2012 (el país del vodka se situó en el puesto 133), se conoció también que el daño causado por la corrupción en el gobierno de Rusia desde principios de ese año, según el Comité de Investigación de Rusia, se aproximaba a los 8 mil millones de rublos (unos 260 millones de dólares). 

Sin embargo, la periodista Ruth L. Ibáñez, que en un blog del portal United Explanations se preguntaba hace un año sobre si luchan en Rusia contra los corruptos, advirtió que, tras las acusaciones de fraude electoral en las últimas elecciones, parecía haber emergido una nueva toma de conciencia.

Así, según Ibáñez, frente a la tolerancia y a las pocas iniciativas por parte del gobierno y las instituciones para frenar la corrupción, se estarían empezando a oponer movimientos sociales.

¿Le llegará también el “basta ya” a Putin?

— Italia

El caso de Italia también es paradigmático. Ya en febrero de 2010 el Tribunal de Cuentas alertó de que la corrupción se había disparado un 229 por ciento con respecto al año anterior. Silvio Berlusconi era el presidente y se encontraba constantemente huyendo de la justicia por numerosas causas que le vinculaban con la corrupción e incluso con mafias.

En marzo del año pasado, con Monti en el poder después de que el presidente de la República italiana Giorgio Napolitano le designase para sustituir a Berlusconi en un cambio de mando tecnocrático que no fue legitimado en las urnas, un libro blanco sobre la corrupción informaba de que ésta lacra le costaba al país 60 mil millones de euros, según datos del Tribunal de Cuentas que el nuevo presidente ratificaba al tiempo que recordaba que seguramente el coste real sería mayor si no fuera por los reparos de las víctimas a denunciar. Aunque el partido más manchado era el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi, ni el centro ni la izquierda quedaron al margen.

En el índice de Transparencia Internacional de 2012 Italia se situó en el puesto 72.

Esa cantidad, 60 mil millones de euros, equivalía a dos veces el plan de ajuste Salva Italia, que recién se había aprobado para rescatar al país del abismo.

Volviendo a España, ante el escándalo de Bárcenas, lo que más se escucha es que en los sobres con dinero negro para pagar los sobresueldos a la cúpula del PP, iba el dinero para sanidad y para educación –principalmente, aunque no sólo– que se está recortando para pagar una deuda considerada, cada vez más, ilegítima.

Por eso, quizás Rajoy no se vaya y, en ese sentido, el gobierno no termine de hundirse por la corrupción. Pero las que sin duda quedarán tocadas y hundidas serán las clases medias y bajas que tienen que escuchar cómo los señores y señoras que se llenaron los bolsillos de forma fraudulenta les dan lecciones de austeridad, eliminan pagas extras a los funcionarios, dejan sin sanidad a los inmigrantes y un largo etcétera. Una pancarta en la Puerta del Sol el domingo sintetizaba así el sentir popular: “se han reído de nosotros por encima de sus posiblidades”.

Los 10 países menos corruptos del mundo
— Dinamarca
— Finlandia
— Nueva Zelanda
— Suecia
— Singapur
— Suiza
— Australia
— Noruega
— Canadá
— Holanda

Los 10 países más corruptos del mundo
— Somalia
— Corea del Norte
— Afganistán
— Sudán
— Myanmar
— Uzbekistán
— Turkmenistán
— Iraq
— Venezuela
— Haiti

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