Esta empresa modificaba teléfonos BlackBerry para que el cartel de Sinaloa burlara a la policía

La empresa convertía estos dispositivos en un sofisticado sistema de comunicación encriptado para que las autoridades no pudieran espiar o rastrear a los delincuentes

El FBI ha detenido a Vicent Ramos, el director de una empresa especializada en crear teléfono extraseguros, los cuales fueron presuntamente utilizados por importantes criminales, incluidos miembros del cártel de Sinaloa, liderado hace años por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

La semana pasada, el Departamento de Justicia arrestó a Ramos, junto a otras cuatro personas vinculadas con Phantom Secure, compañía con sede en Canadá que modifica teléfonos BlackBerry y los vuelve prácticamente invisibles para los radares de las autoridades.

Phantom Secure se encuentra bajo la mira del FBI por haber modificado y vendido esta clase de teléfonos para que los delincuentes pudieran comunicarse sin riesgo alguno de ser detectados por la policía o cualquier corporación de seguridad.

Este caso es histórico, pues nunca antes el FBI había acusado a una empresa de fabricar tecnología para encriptar las telecomunicaciones de grupos de la delincuencia organizada.

Ramos, quien es el único que continúa bajo la custodia del FBI, enfrenta cargos por crimen organizado y conspiración por ayudar al tráfico de drogas, delitos por los que podría ser sentenciado a cadena perpetua.

La manera en que operaban las comunicaciones de estos dispositivos requería de servidores externos, alguno ubicados en Panamá y Hong Kong, lo que complicaba la labor de las autoridades.

Estos BlackBerry modificados sólo servían para enviar mensajes de texto, pues Phantom Secure removía el micrófono, el GPS, las cámaras, el acceso a internet, las aplicaciones de mensajería y cualquier elemento para grabar voz o vídeo.

La empresa señala en su página web ser “el servicio de comunicaciones más confiable del mundo”. El sitio contiene una pequeña sección de artículo relacionados con la seguridad y la privacidad, así como críticas contra las fallas y las vulnerabilidad de los dispositivos más actuales.

Estos teléfonos se venden sólo por suscripción y pueden llegar a costar entre 2 mil y 3 mil dólares, con el servicio incluido de seis meses.

La pregunta clave en este caso es si Phantom Secure tenía conocimiento de vender estos dispositivos a delincuentes.

Pues la empresa podría argumentar que ella vendía sus productos a cualquier personas que estuviera interesada en éstos.

El caso apenas comienza, sin embargo, promete en convertirse en un escándalo mediático que podría alcanzar a México.

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