En picada

Por la similitud de los accidentes del vuelo 610 de Lion Air y el 302 de Ethiopian Airlines, expertos coinciden en que se debió al software encargado de controlar el ángulo de las aeronaves 737 MAX 8. Mientras se investigan las causas, cientos de aviones son regresados a los hangares

El mundo, las aerolíneas y los pasajeros reaccionaron. El avión Boeing 737 MAX 8 que protagonizó dos accidentes aéreos en menos de cinco meses y en los que murieron 346 personas, dejó de volar, por lo menos hasta nuevo aviso.

Si bien la compañía estadounidense Boeing Commercial Airplanes insiste en que sus aeronaves son seguras, pilotos y especialistas criticaron y culparon de los dos fatales accidentes a un software denominado Maneuvering Charasteristics Augmentation System (MCAS), encargado de controlar automáticamente el ángulo de la aeronave.

Fightradar 24, un servicio de monitoreo de tráfico aéreo, estimó que ambos aviones accidentados, el vuelo 610 de Lion Air y el 302 de Ethiopian Airlines, registraron problemas en su velocidad y la capacidad para mantener la altitud

Aunque no hay todavía informes oficiales ni respuestas a todas las preguntas sobre las causas de los accidentes, ambos fueron muy similares. El avión etíope se estrelló seis minutos después de despegar y el vuelo de Indonesia tan solo 5 minutos después de hacerlo.

Las primeras investigaciones del accidente del 28 de octubre del 2018 en las inmediaciones del aeropuerto de Yakarta revelan que los pilotos de la aerolínea de Indonesia informaron que el piloto automático se había activado solo para facilitar que el avión se inclinara hacia abajo, lo que provocó que el sistema de advertencia alertara sobre una potencial caída

Una de las principales características del 737 MAX 8 son sus motores CFM International LEAP1B, los cuales son más grandes, más pesados y más potentes. Estas cualidades hacen que las turbinas deban de ser colocadas más adelante que las de menor tamaño ocasionando una tendencia a que la trompa (morro) del avión se levante hacia arriba.

El software MCAS automáticamente lo estabiliza, es decir que cuando la trompa del avión sube mucho, la baja, lo que evita un desplome. Aunque el piloto automático puede ser desactivado por la tripulación, muchos de los capitanes desconocen como hacerlo y no hacen nada para compensar el movimiento automatizado, otros han manifestado que es complicado suspender el bloqueo para tomar el control manual de la aeronave.

“Se está hablando de un sistema que se instaló para la navegación automática que hace que suba y baje (el avión) y que habría provocado que se desactivará un sistema que protege contra la elevación o descenso de la nariz de la aeronave. Pero todo eso es especulación, sí hay un sistema que recoge y recopila la información en una sola computadora, pero se puede desactivar manualmente por la tripulación, pero en realidad nadie sabe nada a ciencia cierta, sería especular”, dijo al respecto Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo consultado por Reporte Índigo.

De acuerdo con documentos presentados al Sistema de Informes de Seguridad de Aviación de Estados Unidos, el sistema MCAS falla, lo que obliga al avión a un descenso acelerado. Después del accidente del vuelo 610 de Lion Air, en el que murieron 178 pasajeros adultos, un niño, dos bebés y 7 tripulantes, Boeing emitió un boletín con las medidas para que los pilotos intenten solucionar las lecturas erróneas del sensor que envía la información sobre el ángulo en el que está volando la aeronave.

Pese a las recomendaciones, la tragedia volvió a ocurrir el pasado 10 de marzo, el vuelo 302 de Ethiopian Airlines, operado por un Boeing 737 MAX 8, se estrelló con 157 personas a bordo en la capital etíope, ninguno de los pasajeros sobrevivió.

Comienza la turbulencia

Aunque oficialmente aún no se conocen las causas oficiales de los accidentes, lo que sí es una realidad es que Boeing enfrenta una severa crisis, las acciones de la empresa norteamericana cayeron más de un 5 por ciento y perdieron casi 27 mil millones de dólares en los días posteriores al accidente.

Y aunque directivos de la empresa norteamericana han dado la cara, sus palabras han dejado más incertidumbre y temor.

“Estamos haciendo todo lo posible para comprender la causa de los accidentes (...), implementar mejoras de seguridad y ayudar a garantizar que esto no vuelva a suceder”, aseguró el presidente de la compañía, Dennis Muilenburg

Mientras avanzan las investigaciones, los 737 MAX 8 alrededor del mundo han sido guardados en los hangares, por solicitudes de los usuarios, mandatarios y organismos reguladores de aviación.

Boeing tomó la decisión de apoyar la suspensión tras las recomendaciones de las Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) y autoridades en aviación en todo el mundo como la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) en México.

Los accidentes han afectado a aerolíneas pequeñas y gigantes. En países como México, Argentina, Colombia, Costa Rica y Etiopía, donde las compañías no tienen stock suficiente de aviones se han tenido que cancelar vuelos. Mientras que en gigantes como China, los planes de crecimiento para este año se han visto mermados por la crisis de Boeing.

La aeronáutica con sede en Chicago además podría enfrentarse a una cadena de demandas de las aerolíneas que por razones de seguridad no pueden utilizar al 737 MAX 8.

Norwegian Air de Noruega ya anunció que no volarán más los 18 aviones de este tipo con los que cuenta y señaló que exigiría a la constructora estadounidense cubrir las pérdidas

“Vamos a emitir a Boeing una factura. Norwegian no debería incurrir en pérdidas porque no puede usar un avión completamente nuevo”, declaró Lasse Sandaker-Nielsen, vocero de la empresa Noruega