El juicio del siglo contra el narcotráfico

El proceso judicial en contra de Guzmán Loera comienza hoy. El gobierno de Estados Unidos lo acusa de 11 cargos relacionados con el tráfico de drogas, lavado de dinero y asesinatos. Es un causa histórica que incluye miles de pruebas y una estrategia exhaustiva de seguridad

El juicio contra uno de los líderes más importantes del narcotráfico mexicano inicia este martes. El capo Joaquín Guzmán Loera, conocido como el ‘Chapo’, enfrenta desde hoy un proceso que promete revelar pistas sobre cómo funciona el comercio ilícito de drogas en América Latina.

La acusación que presenta el gobierno estadounidense contra Guzmán Loera incluye 11 cargos relacionados con tráfico de drogas, lavado de dinero y armas de fuego.

La principal imputación es por dirigir el Cártel de Sinaloa, una organización delictiva que desde 2003 exportó y distribuyó a Estados Unidos 457 toneladas de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas en camiones, aviones, botes de pesca o submarinos, de acuerdo con la Fiscalía estadounidense.

En la Corte Federal de Distrito en Brooklyn, Nueva York, los fiscales presentan desde esta semana miles de documentos, fotografías, registros contables, imágenes satelitales y 117 mil grabaciones de audio para también atribuirle al capo la participación en al menos 33 asesinatos

Los fiscales planean argumentar que el hombre que fue incluido en la lista de los más ricos de la revista Forbes obtuvo 14 mil millones de dólares en ganancias ilícitas, una fortuna que protegió con supuestos pagos a funcionarios corruptos y a sicarios.

Como parte del planteamiento de su caso, se estima que los fiscales presenten una historia breve del narcotráfico en América Latina y muestren cómo Guzmán Loera trabajó con cárteles colombianos a lo largo de la década de 1990.

Las fichas del juicio son muchas y es por eso que la Fiscalía General de Estados Unidos calcula que el proceso puede durar hasta cuatro meses. El tablero está compuesto por fiscales, jurados y testigos anónimos, abogados con un historial de defensa de narcotraficantes y en el centro el hombre que empezó su relación con las drogas desde que tenía 15 años.

El gobierno estadounidense está representado por fiscales liderados por Andrea Goldbarg, una abogada de origen argentino que es experta en cómo operan los cárteles en México y el resto de América Latina.

Por otra parte, el jurado está integrado por siete mujeres y cinco hombres, así como seis suplentes. El juicio arrancó el pasado 5 de noviembre con una etapa previa en la que se eligió al jurado durante tres día por el temor de algunos candidatos de ser asesinados o el hecho de que una persona fue rechazada por pedir un autógrafo del Chapo.

Las edades de los miembros del jurado oscilan entre 20 y 50 años. Hay inmigrantes de Polonia, Etiopía y Asia, así como cuatro personas que hablan español. Todos están aislados parcialmente y sometidos a fuertes medidas de seguridad, con orden de no hablar sobre el juicio.

El juez que preside el proceso es Brian Cogan, quien decidió no tomar juramento del cargo a los integrantes del jurado hasta hoy porque le preocupa que alguno pueda arrepentirse de participar en el proceso ya que, si así ocurriese, necesita tiempo para elegir a otro miembro entre los seis suplentes.

Durante el juicio no se conocerá el nombre de los integrantes del jurado, dónde viven o trabajan, como parte de las extremas medidas de seguridad por el historial de violencia del Cártel de Sinaloa, de acuerdo con la acusación de la Fiscalía

Los testigos del gobierno estadounidense también son parte indispensable del juicio. Entre ellos se encuentran exsocios, subordinados o rivales de Guzmán Loera. Algunos cumplen sentencias en prisiones de Estados Unidos y se les mantiene en celdas protegidas o están bajo el programa de protección de testigos con nueva identidad.

Sus abogados, históricos defensores del narco

El abogado principal del Chapo desde hace un año es Eduardo Balarezo, un especialista en cárteles que alguna vez representó a Alfredo Beltrán Leyva, quien cumple cadena perpetua en Estados Unidos tras declararse culpable.

A Balarezo lo acompaña Jeffrey Lichtman, quien es conocido por haber evitado que el mafioso John A. Gotti terminara en prisión.

El último integrante del equipo es William Purpura, quien alguna vez trabajó para Richard Anthony Wilford, capo de la droga de Baltimore.

Seguridad extraordinaria

Algo que hace diferente este juicio a otros en Estados Unidos son las medidas de seguridad extremas. Esto se debe a que Guzmán Loera es conocido por fugarse y escapar de prisión. En 2001, el Chapo huyó del penal federal de Puente Grande oculto en un carrito de lavandería y una década después se fugó de la prisión del Altiplano por un túnel.

Ante sus talentos para escapar de las cárceles, el puente de Brooklyn se cierra mientras lo trasladan a la corte federal en un convoy de vehículos y policías armados. La comitiva siempre es vigilada desde un helicóptero policial

Esas medidas serán desde hoy dos veces al día. En la corte federal también habrá agentes con armas largas y unidades caninas.

El Chapo sale de prisión este martes por un momento para enfrentar a un tribunal que promete evitar que regrese a la libertad. Estados Unidos quiere que el capo se mantenga en la cárcel por presuntamente liderar una organización criminal que traficó toneladas de drogas y asesinó mínimo a 33 personas.

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