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El fin del sueño de Bolívar

El panorama en América Latina no pinta nada bien para el bloque bolivariano, que en la década pasada vivió su momento de esplendor.

Cristina Fernández de Kirchner ya dejó la Casa Rosada en Buenos Aires y lo hizo entre escándalos de corrupción.

El presidente cubano, Raúl Castro, ha decidido abrir la isla a la inversión extranjera y el próximo mes recibirá en La Habana al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. 

El chavismo en Venezuela vive su etapa final

El panorama en América Latina no pinta nada bien para el bloque bolivariano, que en la década pasada vivió su momento de esplendor.

Cristina Fernández de Kirchner ya dejó la Casa Rosada en Buenos Aires y lo hizo entre escándalos de corrupción.

El presidente cubano, Raúl Castro, ha decidido abrir la isla a la inversión extranjera y el próximo mes recibirá en La Habana al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. 

El mandatario de Ecuador, Rafael Correa, ha anticipado su retiro de la política y ha dicho que no se volverá a postular para el cargo. Nicolás Maduro, el heredero de Hugo Chávez, tiene sumergido a Venezuela en una crisis económica y social, que ya lo hizo perder el control de la Asamblea Nacional.

El presidente sandinista, Daniel Ortega, tampoco vive su mejor momento en Nicaragua.

La derrota de Evo Morales en el referéndum que convocó este domingo para intentar reelegirse en el 2019 ha sido el descalabro más reciente que ha recibido la corriente bolivariana de presidentes de izquierda más afines a Cuba y Rusia.

¿Se esfumó el sueño de Simón Bolívar de una América Latina integrada y unida?

Es lo más probable.

El bloque representativo de la izquierda socialista en América Latina está sumergido en su peor crisis: tanto en popularidad como en ideología.

Sin guía por la muerte del expresidente venezolano Hugo Chávez, este grupo hoy vive su decadencia en los países sudamericanos. 

Como ningún otro, Chávez persiguió el sueño bolivariano: hasta acuñó una moneda para los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América Latina, el ALBA, que nunca prosperó.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, representaba la última oportunidad para continuar en América con esa corriente de izquierda. 

Pero el domingo Morales sufrió su peor derrota en las urnas y los bolivianos votaron en contra de la posibilidad de que se volviera a postular en el 2019 como presidente, como era su intención.

De acuerdo con los resultados del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, el “No” en contra de las intenciones de Evo se impuso con el 51 por ciento de los votos en contra del 48 por ciento que apoyó al mandatario boliviano.

Morales –que buscaba la reelección indefinida originalmente– tendrá que dejar su cargo en el 2019 no sin antes convertirse en el mandatario de Bolivia que más años ha durado como jefe de estado.

Hugo Chávez, el presidente venezolano, soñó con una integración latinoamericana como proclamaba Simón Bolívar, El Libertador, para enfrentar al imperialismo” norteamericano. 

Su jefe ideológico era Fidel Castro, presidente de Cuba.

El chavismo en Venezuela vive su etapa final. 

Maduro –sucesor de Chávez como presidente– tiene hundido al país en una crisis social y política tras la caída de los precios del petróleo. 

En diciembre pasado el mandatario venezolano y su partido el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) perdió la mayoría del Congreso de Venezuela, que ahora está controlado por los opositores de Maduro.

Eso no había ocurrido en los 17 años que ha durado el régimen chavista en Venezuela, primero con Hugo Chávez desde 1999 y desde el 2013 con Maduro.

Además de la crisis económica en la que está sumergido el pueblo venezolano, está la presión internacional que recibe el gobierno de Maduro por violaciones a los derechos humanos y encarcelamiento de líderes opositores como Leopoldo López.

El gobierno chavista sufrió un primer resquebrajamiento hace 3 años con la ola de protestas que terminaron con venezolanos muertos en la principales ciudades tras las elecciones que ganó Nicolás Maduro.

Tras la muerte de Hugo Chávez hace tres años, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se perfilaba para asumir el liderazgo que dejaba el presidente de Venezuela. 

Pero no ocurrió.

El presidente ecuatoriano buscaba una reelección indefinida, pero el año pasado anunció que no buscará continuar en el cargo y aseguró que no se postulará en las elecciones del 2017 en Ecuador.

Su partido en el Congreso, Movimiento Alianza PAIS, impulsó un candado en la Constitución para respaldar el dicho del presidente.

“Mi plan es, al menos en lo inmediato, retirarme por lo menos un tiempo, y un buen tiempo, de la vida política (…) y venir a pasar algunos años aquí a Europa”, dijo Correa en ese entonces.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, el ALBA, creada en el 2004 por países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua, está viviendo paradójicamente su ocaso ideológico.

La caída de los gobiernos de izquierda en América Latina coincide también con el avance de políticos de centro derecha como el empresario Mauricio Macri en Argentina.

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