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Duque, ¿riesgo para la paz en Colombia?

El nuevo presidente del país sudamericano pretende modificar los acuerdos de paz con la FARC para garantizar la justicia y reparación de las víctimas. No obstante, los exguerrilleros opinan que lo único que logrará el mandatario electo será llevar al país a un nuevo ciclo de múltiples violencias

Iván Duque fue electo presidente de Colombia en los comicios que se celebraron este domingo. El político de derecha que fue impulsado por el exmandatario Álvaro Uribe ganó la segunda vuelta con el 53.85 por ciento de los votos.

Desde su primer discurso, el nuevo mandatario anunció que pretende modificar los acuerdos de paz con la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), ex Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

“Esa paz que añoramos tendrá correcciones para que las víctimas sean el centro del proceso para garantizar verdad, justicia, reparación y no repetición”, afirmó el presidente electo tras conocer los resultados.

Duque no compartió los detalles de los cambios que realizará en el pacto de 2016 con la guerrilla comunista, no obstante, el nuevo líder adelantó que desmovilizará en su totalidad al grupo armado.

“Hoy somos todos amigos de construir esa paz y debe ser una paz que, ante todo, preserve ese deseo de permitirle a la base guerrillera su desmovilización, su desarme y su reinserción efectiva”, dijo Duque.

El presidente electo también prometió no destruir los acuerdos que fueron creados en el gobierno de Juan Manuel Santos.

El nuevo presidente fue portavoz de la campaña del no en el plebiscito sobre los acuerdos con la FARC en 2016

“Nosotros lo que le hemos dicho a Colombia es que nos vamos a hacer trizas los acuerdos, pero a garantizar que la paz sea para todos los colombianos empezando porque la seguridad y la justicia sean las hermanas indicadas para que brille en todo el territorio nacional la esperanza”, aseguró Duque.

Además, el nuevo líder adelantó que pretende construir una paz que permita que llegue la inversión pública a los lugares que han sido golpeados por la violencia.

El político de derecha también se pronunció durante su campaña sobre este tema. Cuando aún era candidato, el mandatario electo explicó que quiere que los jefes rebeldes culpables de delitos atroces paguen un mínimo de cárcel y no ocupen ninguno de los diez escaños parlamentarios reservados a la FARC.

Los exguerrilleros ya dejaron las armas y participaron en las elecciones legislativas de marzo, con un resultado marginal del 0.5 por ciento de los votos aunque con la representación en el Congreso asegurada por el pacto.

“Nos afecta ver que la justicia premia a quienes han cometido los peores crímenes de nuestra historia, bajo el abuso de la palabra ‘paz’”, cita el documento que contiene las 203 propuestas de Duque.

Duque dijo en campaña que quiere que los líderes de la guerrilla culpables de delitos paguen un mínimo de cárcel y no ocupen escaños parlamentarios

Por otra parte, el nuevo mandatario fue portavoz de la campaña del no en el plebiscito sobre los acuerdos con las FARC celebrado en octubre de 2016. A pesar de esto, más de 7 mil combatientes de las FARC entregaron las armas y se desmovilizaron, con la salvedad de unos grupos disidentes que siguen delinquiendo sobre todo en las fronteras.

La respuesta de las FARC

Ante sus declaraciones relacionadas con los acuerdos de paz, la FARC pidió sensatez al presidente electo en un comunicado. El grupo político mencionó que la victoria de la derecha conservadora no puede interpretarse como una patente para desconocer lo andado en materia de paz y burlar los compromisos adquiridos por el gobierno anterior.

“Es necesario que se imponga la sensatez. Lo que el país demanda es una paz integral que nos conduzca a la esperada reconciliación. Burlar ese propósito no puede ser plan de gobierno”, indicó el exgrupo rebelde en el documento.

En el mismo sentido, Rodrigo Londoño, líder de la FARC, anunció en conferencia de prensa que su partido está dispuesto a reunirse con el presidente electo para exponer sus puntos de vista sobre la implementación del acuerdo de paz.

Londoño, conocido como Timochenko en su época de combatiente, alertó que si el nuevo presidente no respeta los acuerdos lo único que logrará será llevar al país a un nuevo ciclo de múltiples violencias.

A la par de las declaraciones del líder de la FARC, María José Pizarro, representante a la Cámara por la llamada Lista de la Decencia, declaró para el diario The New York Times que impondrán resistencia ante el nuevo gobierno. La congresista es hija de Carlos Pizarro, líder de la guerrilla del M-19 que fue asesinado en la campaña presidencial de 1990.

“Estamos resistiendo desde que nacimos y seguiremos en los próximos cuatro años. En el Congreso haremos control político a los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, donde el uribismo va a dominar”, afirmó Pizarro.

Primera vicepresidenta

Por otra parte, Marta Lucía Ramírez se convirtió este domingo en la primera vicepresidenta de Colombia. La exministra conservadora fue titular de Defensa en el primer gobierno de Álvaro Uribe y de Comercio Exterior con Andrés Pastrana.

“Me siento muy orgullosa de llevar la voz de 26 millones de mujeres colombianas. Tengo una gran responsabilidad de representarlas dignamente y a pesar de que no todas pensemos igual, sé que todas debemos tener iguales oportunidades y lucharé por que así sea”, publicó Ramírez en Twitter.

La vicepresidenta también tiene una relación negativa con la FARC. Esta abogada de 63 años tuvo por 15 meses la tarea de liderar el combate frontal contra la entonces guerrilla.

Con la intención de preparse para una carrera en la política, la exministra estudió Derecho en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Continuó sus estudios en el Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard y de allí pasó a trabajar en empresas privadas, especialmente en el sector bancario.

“Esa paz que añoramos tendrá correcciones para que las víctimas sean el centro del proceso”
Iván DuquePresidente electo de Colombia

Como la primera vicepresidente de Colombia, Ramírez busca impulsar una agenda que defienda los derechos de las mujeres, no obstante, algunas organizaciones no confían en ella por sus posturas conservadoras en temas como aborto, matrimonio igualitario y adopción por parejas del mismo sexo.

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