División en Corea del Sur

A unas semanas de iniciar los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang las inconformidades se han incrementado por la decisión de que ambas Coreas desfilen bajo una bandera unificada, un gesto que ha provocado rechazo en un sector de la población que considera una ofensa el que sus atletas no desfilen con la bandera de Corea del Sur
Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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Coincidiendo con la llegada de una avanzada de la delegación norcoreana que participará en los Olímpicos invernales, un grupo de 200 personas protestaron por la participación de Corea del Norte en la justa quemando banderas norcoreanas, la polémica bandera ‘unificada’ y fotos del líder Kim Jong-un.

Desde el inicio de las inéditas conversaciones entre los dos países, un amplio sector en Corea del Sur ha criticado la apertura y el acercamiento del gobierno argumentando que se promueve al régimen norcoreano con el que técnicamente se está en guerra desde la década de 1950.

Las dos Coreas desfilarán bajo una sola bandera en la inauguración de los Juegos, además de que habrá presencia de una amplia delegación de norcoreanos presentes en la región de PyeongChang, donde se celebrarán los Juegos.

A raíz del buen rumbo de las negociaciones de alto nivel, los funcionarios involucrados y los mandatarios de otras naciones se han mostrado optimistas ante la posibilidad de que en reuniones futuras se puedan abordar otros temas, como la normalización de las relaciones y la rebaja en la tensión en la región.

“Pido a la gente que muestre su apoyo para proteger e incrementar el diálogo como si se tratara de una vela en plena ventisca, ya que no sabemos cuándo vamos a poder crear de nuevo una oportunidad así”
Moon Jae-inPresidente de Corea del Sur

Aunque los acercamientos han sido bien recibidos por los Estados Unidos y la comunidad internacional como un primer paso para abordar el fin del conflicto, también han generado división al interior de Corea del Sur, sobre todo entre los sectores más conservadores.

Las diferencias han surgido no solo por la asistencia de una delegación norcorena y por la presunta promoción en favor del régimen de Pyongyang, sino por la decisión de que ambas naciones desfilen bajo una bandera unificada, un gesto que ha provocado rechazo en un sector de la población que considera una ofensa el que sus atletas no desfilen con la bandera de Corea del Sur.

Además, el rechazo se ha trasladado de igual forma al ámbito deportivo. En primer lugar se cuestiona que para dar lugar a un grupo de atletas norcoreanas en el equipo conjunto de hockey sobre hielo femenino se haya tenido que prescindir de atletas de Corea del Sur que se habían ganado su lugar.

Por otra parte, a pesar de que se trate de un gesto diplomático significativo, ha habido voces críticas en contra de la participación ‘forzosa’ de atletas provenientes de Corea del Norte, que originalmente no habían calificado para la justa olímpica o que no se habían registrado a tiempo.

Hoy se tiene previsto que una delegación de 12 personas representando a Corea del Sur ingresen a territorio norcoreano para visitar el Monte Kumgang y la estación de esquí de Masikryong donde se tiene previsto que se realicen algunos actos y entrenamientos conjuntos previo al inicio de los juegos.

Tenso recibimiento

La delegación norcoreana compuesta de 7 ciudadanos de ese país llegó ayer a Seúl, capital de Corea del Sur, encabezada por la líder del popular grupo Moranbong Hyon Son-wol y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.

Los poco más de 200 manifestantes de la protesta convocada por el Partido de Patriotas Coreanos, una formación de extrema derecha se ubicaron frente a la estación central de tren de Seúl, donde se tenía previsto que arribaran los representantes norcoreanos.

200
Manifestantes protestaron por la participación de Corea del Norte en los Olímpicos invernales

En las escalinatas ubicadas del otro lado de la estación, los inconformes prendieron fuego a una foto del polémico líder norcoreano Kim Jong-un, banderas del país vecino y una bandera de la delegación ‘unificada’ con la que desfilará la representación de ambos países en la inauguración de los juegos el próximo 9 de febrero.

Posteriormente los ahí congregados leyeron un comunicado en donde manifestaron su inconformidad por los acuerdos entre ambos países y las condiciones para la participación  de Corea del Norte en la justa de invierno.

“Los Juegos Olímpicos invernales de Pyeongchang se están convirtiendo en los Juegos Olímpicos de Pyongyang y Kim Jong-un, que promueve su régimen y su armamento nuclear”
Partido de Patriotas CoreanosEn un comunicado

Rodeados de una seguridad extrema, los representantes de Corea del Norte visitaron algunos auditorios y recintos en la capital del país y de la región de Gangneung en donde se tiene prevista la actuación de la orquesta Samjiyon, creada de forma especial para la Olimpiada y del propio grupo Moranbong y ayer mismo cruzaron la frontera de vuelta a Pyongyang.

12
Personas integran la delegación de Corea del Sur que ingresarán a Corea del Norte para visitar la estación de esquí de Masikryong

En medio del clima de tensión, el presidente surcoreano Moon Jae-in, quien ha sido el principal impulsor para la participación de Corea del Norte en la justa y quien ha abogado por un clima de paz en la región ha tenido que salir al paso para hablar a favor de las medidas que han generado opiniones encontradas en la sociedad surcoreana.

Según reportan los medios locales, tras la protesta frente a la estación central en Seúl, Moon se reunió con sus colaboradores más cercanos para pedirles un esfuerzo para mejorar la opinión pública sobre la participación de norcoreana en los Juegos, ya que ha servido para que por primera vez en años ambos países hayan comenzado el diálogo.

En días pasados, Moon Jae-in también ha venido pidiendo el apoyo a los medios de comunicación y a la clase política para que consideren los beneficios del acercamiento, el cual podría propiciar en largo plazo un diálogo en el que también pueda participar Estados Unidos y que a la larga pueda ayudar a pacificar y estabilizar la agitada región.

Apenas el 11 de enero, desde Washington llegaron las primeras señales de un posible acercamiento con el régimen de Pyongyang, cuando Donald Trump le expresó a su homólogo surcoreano la disposición de su gobierno de sostener conversaciones con Corea del Norte bajo las circunstancias propicias y en el momento adecuado.

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