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‘Dispara’ informe a Blair

La decisión fue un error. La información de inteligencia en la que el primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, se basó para invadir Irak junto con Estados Unidos estaba equivocada.

No sólo eso.

La ocupación no era la última opción para evitar la guerra. Sadam Husein, el presidente iraquí, no representaba –como se dijo- una “amenaza inminente”.
Quizás en lo único que atinó la inteligencia británica fue en definir a Husein como un “brutal dictador”.

“Pido humildemente que el pueblo británico acepte que tomé aquella decisión porque pensé que era la correcta, basándome en la información de la que disponía”
Tony BlairEx primer ministro británico
El principal argumento para invadir Irak fueron las armas de destrucción masiva que se supone tenía el régimen iraquí, lo que resultó ser completamente falso

La decisión fue un error. La información de inteligencia en la que el primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, se basó para invadir Irak junto con Estados Unidos estaba equivocada.

No sólo eso.

La ocupación no era la última opción para evitar la guerra. Sadam Husein, el presidente iraquí, no representaba –como se dijo- una “amenaza inminente”.
Quizás en lo único que atinó la inteligencia británica fue en definir a Husein como un “brutal dictador”.

La publicación ayer del informe Chilcot sobre la participación del Reino Unido en la guerra de Irak que comenzó en el 2003 ha sido devastadora para Tony Blair, el entonces primer ministro británico y aliado de George Bush, expresidente de los Estados Unidos.

Trece años después de haber tomado la decisión de invadir Irak, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, las consecuencias siguen persiguiendo al líder laborista.

“La invasión de Irak por parte del Reino Unido fue un error y sus consecuencias se siguen notando”, afirmó ayer sir John Chilcot, quien encabezó la comisión investigadora que ayer por fin, tras 6 años, pudo rendir su informe.

La investigación confirmó que la acción militar en Irak que apoyó el gobierno de Blair no era la última opción para alcanzar la paz en esa región.

El informe concluyó que Sadam Husein no representaba “una amenaza inminente” en el 2003 como se dijo entonces.

“Hemos llegado a la conclusión de que el Reino Unido decidió unirse a la invasión de Irak antes de que se agotaran las opciones pacíficas para el desarme. En aquel momento las acciones militares no eran la última opción”, señaló Chilcot.

Entre los puntos clave que aborda la investigación que realizó Chilcot es que Tony Blair sabía el riesgo que provocaría una invasión a Irak por las represalias que pudiera tomar Al Qaeda.

Y pasó.

El 7 de julio del 2005, dos años después de la invasión en Irak, Londres fue escenario de ataques terroristas en el Metro provocando la muerte de 56 personas y causando más de 600 heridos.

El ataque fue realizado por la organización terrorista Al Qaeda, encabezada entonces por Osama Bin Laden.

No agotaron las opciones

El informe Chilcot concluyó que el Reino Unido no agotó todas las opciones pacifistas y que junto con Estados Unidos presionaron al Consejo de Seguridad de la ONU para invadir Irak.

La información que indicaba que las armas de destrucción masiva que tenía Irak representaban una amenaza para Occidente no estaba justificada con certeza.

“No se cuestionaron  y debieron haberse cuestionado los informes”, señaló Chilcot durante la presentación de ayer.

La divulgación de este informe desempolva el capítulo más polémico de la gestión de Blair como primer ministro del Reino Unido y su decisión de apoyar la ocupación militar de Irak para derrocar el régimen iraquí de Husein.

El conflicto en Irak en los últimos 10 años ha provocado la muerte de más de 250 mil personas, entre civiles y militares. Ha sido una de las decisiones más importantes en los últimos años para este país porque la Gran Bretaña no participaba en una ocupación de esas dimensiones desde la Segunda Guerra Mundial.

Ahora se disculpa, pero no se arrepiente

Tras la revelación de esta investigación, Tony Blair pidió perdón por los errores cometidos, pero luego justificó su decisión.

“El informe debe enterrar las denuncias de mala fe, mentira o engaño. Tanto si la gente está de acuerdo con mi decisión de llevar a cabo una acción militar contra Saddam Hussein o no, lo hice de buena fe y en lo que creía que sería el mejor interés del país”, señaló Blair.

“Eliminar a Saddam Hussein era importante y su derrocamiento no fue la causa del actual aumento del terrorismo”.

El informe exhibe también el compromiso ciego que asumió Blair con George Bush, luego de los atentados terroristas en Nueva York del 11 de septiembre.

“Estaré contigo pase lo que pase”, le dijo Blair a Bush ocho meses antes de la invasión a Irak.

La comisión que presidió Chilcot fue creada por el entonces primer ministro de la Gran Bretaña, Gordon Brown, quien sustituyó a Blair en el cargo.

El informe tiene una extensión de 2.5 millones de palabras.

La investigación duró casi 7 años y en varias ocasiones estuvo en riesgo de suspenderse por la secrecía de los informes militares.

El informe

1.- Se apresuraron: El Reino Unido decidió unirse a la invasión de Irak cuando la acción militar no era aún el último recurso.

2.- Exageraron:  Tony Blair exageró el peligro que suponía de Saddam Husein para conseguir el favor de los diputados y de la opinión pública para enviar soldados.

3.- No era contundente: Irak no suponía una amenaza inminente y se podría haber optado por una estrategia de contención en lugar de lanzar un ataque militar.

4.- Consecuencias: El ex primer Ministro ignoró las advertencias del estallido de una guerra sectaria tras la invasión, como ocurrió.