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Díaz-Canel, el nuevo hombre de Cuba

El nuevo presidente de Cuba tiene mucha presión sobre sus hombros: para algunos representa la partida del apellido Castro y para otros la continuidad de Raúl y el sistema socialista

Miguel Díaz-Canel es el nuevo presidente de Cuba. Este hombre de 57 años representa la continuidad del régimen de los Castro y de las reformas que comenzó Raúl, tales como la apertura internacional y el diálogo con Estados Unidos. Aunque subió al poder gracias al Partido Comunista, su llegada a la presidencia significa que la isla queda en manos de una generación que nació después de la Revolución cubana.

Desde su primer discurso como presidente, Díaz-Canel mostró su fidelidad a los Castro y reconoció que Raúl se mantiene al frente de la isla. El hermano de Fidel Castro “encabezará las decisiones para el presente y futuro de la nación”, dijo el mandatario recién electo. Raúl seguirá llevando las riendas de Cuba desde su cargo como primer ministro del Partido Comunista en el que permanecerá hasta 2021.

“El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es dar continuidad a la Revolución cubana en un momento histórico crucial”
Miguel Díaz-CanelPresidente de Cuba

Díaz-Canel tiene una historia parecida a la de cualquier cubano cercano al régimen. Nació el 20 de abril de 1960 en la provincia de Villa Clara, a tres horas de La Habana, y es hijo de una maestra y de un obrero. Cuando tenía 22 años se graduó como ingeniero en electrónica y al terminar sus estudios se incorporó al ejército en 1985.

A partir de abril de ese año se desempeñó como profesor en la Universidad Central de Las Villas. En 1987 se sumó a la Unión de Jóvenes Comunistas en el centro universitario donde era docente. Además, cumplió una misión internacionalista en Nicaragua y, a su regreso, en 1989, ocupó distintas funciones en esta organización juvenil.

En los noventa comenzó su trabajo como integrante del Partido Comunista de Cuba y fue elegido primer secretario en la provincia de Villa Clara; en 2003 fue electo para el mismo cargo en Holguín.

Sus ideas fueron consideradas liberales cuando era primer secretario, según los habitantes de Santa Clara, capital de la provincia de Villa Clara. Esta apreciación tal vez proviene de su apoyo a uno de los únicos clubes para personas homosexuales en el país, El Mejunje. El actual presidente respaldó el sitio cuando hubo controversias.

Después de su labor en provincias, el actual presidente se convirtió en ministro de educación superior. Como ministro impulsó el restablecimiento de las pruebas de ingreso para todos los aspirantes a la última etapa del aprendizaje académico.

“La universidad está llamada a jugar un papel clave en la construcción de ese mundo nuevo posible. No sólo forma la intelectualidad progresista y comprometida con su pueblo para llevar adelante los proyectos del desarrollo, sino que además, educa, forja valores y actitudes”, dijo en febrero de 2010.

El 24 de febrero de 2013, este hombre que llevaba lustros escalando en el poder fue designado primer vicepresidente de Cuba, es decir, la mano derecha de Raúl. En varias intervenciones públicas defendió la necesidad de fortalecer el poder popular como forma de potenciar el desarrollo, así como el diálogo con las nuevas generaciones.

Después vino la reunión de la Asamblea Nacional celebrada este miércoles en la que fue electo presidente de Cuba.

Relación con otros países

Una de las grandes interrogantes de los jefes de Estado con la llegada del nuevo presidente cubano es cómo serán las relaciones internacionales de Cuba. Díaz-Canel adelantó en su primer discurso que su vinculación con otros países buscará respetar la independencia de la isla.

“Ratifico que la política exterior cubana se mantendrá inalterable y reiteramos que nadie logrará el propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano porque Cuba no hace concesiones contra su soberanía e independencia, no negociará principios ni aceptará condicionamientos”, aseguró el nuevo presidente.

Agregó que el régimen socialista se mantendrá en el gobierno cubano y no habrá apertura al capitalismo. “En esta legislatura no habrá espacio para los que aspiran a una restauración capitalista. Esta legislatura defenderá la Revolución y continuará el perfeccionamiento del socialismo”.

Durante su periodo como vicepresidente, Díaz-Canel se relacionó con representantes y jefes de Estado de diferentes países. El actual líder de Cuba expresó en 2013 a nombre del gobierno cubano las condolencias por el fallecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez.

El 19 de marzo del mismo año asistió al nombramiento del Papa Francisco en El Vaticano, con quien sostuvo saludos. Entre el 17 y el 23 de junio también del 2013 realizó una gira por China, Vietnam y Laos, donde tuvo encuentros con las máximas autoridades gubernamentales de dichos países, incluido el presidente chino Xi Jinping.

Por otra parte, jefes de Estado de diferentes países felicitaron a Díaz-Canel por su nombramiento como nuevo líder de Cuba. El presidente de México Enrique Peña Nieto le deseó éxito al nuevo mandatario vía Twitter. Los mensajes de los presidentes Evo Morales y Juan Carlos Varela fueron en el mismo sentido.

Desafíos

Díaz-Canel promete dar seguimiento a las reformas que Raúl comenzó en Cuba. El mandato de su antecesor se caracterizó por ser más abierto a comparación del régimen de Fidel. Esta apertura generó diálogo con otros países y prosperidad turística. El actual presidente tendrá que retomar esta línea para continuar con el intercambio internacional y el impulso económico.

Una de las primeras señales de cambio en el gobierno de Raúl fue el diálogo con Estados Unidos y otros países. La historia de la isla quedó marcada cuando el expresidente de Estados Unidos Barack Obama y Raúl se entrevistaron sobre el restablecimiento de las relaciones de ambos países.

La reconciliación con Estados Unidos también provocó una mejor relación de Cuba con países latinoamericanos. Raúl permitió que Cuba tuviera una participación más activa en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el gobierno de la isla también logró asistir a la sesión de la Cumbre de las Amé- ricas en Panamá.

Por otra parte, la economía privada de Cuba despegó con Raúl, un fenómeno que proporcionó empleos e ingresos en cuatro de cada diez cubanos en edad de trabajar, según el estudio “La economía de Cuba después de Raúl Castro” del economista estadounidense Richard Feinberg.

Además, el turismo internacional es la característica más brillante de la economía cubana actual. De acuerdo al estudio de Feinberg, el interés por ir a Cuba aumentó más del doble durante la década del gobierno de Raúl. La llegada de turistas creció de 2.2 millones en 2006 a aproximadamente 4.7 millones en 2017.

El gasto turístico se extendió por toda la economía, lo que proporcionó buenos ingresos a los empleados de establecimientos turísticos gubernamentales, así como a la economía del turismo privado.

No obstante, el economista explicó en su estudio que el desempeño general de la economía cubana fue decepcionante durante la década de Raúl. La escasez persistente de bienes de consumo básicos, el racionamiento de energía y la inflación de los precios eran características cotidianas en la isla durante su gobierno. El salario en muchos empleos no cubría las necesidades básicas del hogar, incluso teniendo en cuenta los diversos subsidios.

Durante la década de Raúl, el crecimiento promedio del producto interno bruto registró 2.4 por ciento anual, con una tendencia al estancamiento de 2 por ciento cada año. Como reconocieron los funcionarios del gobierno cubano, esto es menos de la mitad del mínimo del 5 por ciento del crecimiento anual necesario para que Cuba logre la sustentabilidad económica.

El actual presidente se enfrentará al desafío de mantener los aciertos de Raúl: relaciones internacionales sanas, una empresa turística a la alza y resguardar la economía privada. También tendrá que intentar subsanar la macroeconomía del país.