Condenan a sacerdote católico por el asesinato y violación de una joven en 1960

La joven, quien tenía 25 años de edad, había acudido en Semana Santa a confesarse con el ahora exsacerdote en la Iglesia del Sagrado Corazón, en McAllen. Nadie más la volvió a ver con vida.

Un jurado de Estados unidos condenó este viernes a cadena perpetua a un exsacerdote de 85 años por el asesinato de una joven de ascendencia latina en 1960.

El nombre del religioso es John Bernard Feit, quien fue encontrado culpable de asesinar a Irene Garza, una joven de 25 años, reina de belleza en Texas y maestra de escuela dominical de niños desfavorecidos en la parroquia a la que asistía.

Irene Garza fue vista por última vez el 16 de abril de 1960 cuando acudió a confesarse a la Iglesia del Sagrado Corazón en McAllen, en Texas.

Su cuerpo fue encontrado días después flotando en el agua de un canal de riego. La autopsia reveló que la joven había sido violada mientras estaba inconsciente. También fue golpeada y sofocada.

John Bernard Feit, quien entonces era sacerdote de dicha iglesia, fue desde un inicio el principal sospechoso de la muerte de Irene Garza. Días antes del incidente ya había sido acusado de atacar a otra joven de una iglesia de un pueblo cercano.

Él nunca lo negó y sólo fue castigado con una multa de 500 dólares.

El sacerdote le dijo a la policía que efectivamente había escuchado la confesión de Irene en las instalaciones de la iglesia y no en el confesionario, pero negó rotundamente haberla matado.

Entre las pruebas que apuntaban como culpable a John Feit se encontraba la confesión de dos sacerdotes, quienes aseguraban haber visto rasguños en las manos del sospechoso poco después de la desaparición de Irene. Además un visor de imágenes portátil de su propiedad fue encontrado cerca del lugar del cuerpo de la joven.

Sin embargo, la policía no encontró pistas suficientes para condenar al sacerdote John Feit, quien en ese entonces tenía 28 años. Algunas versiones señalan que los funcionarios no quisieron enjuiciarlo para no dañar la reputación de la iglesia católica.

Tras el escándalo, Feit fue enviado a un centro de tratamiento para sacerdotes con problemas en Nuevo México, y más tarde se convirtió en un supervisor con responsabilidad en la limpieza de sacerdotes para las asignaciones de la parroquia.

Entre los hombres que Feit ayudó a mantener en el ministerio estaba el abusador de menores James Porter, quien agredió a más de 100 víctimas antes de ser expulsado y enviado a prisión.

Condena

Feist, descrito por la fiscalía como “un lobo disfrazado de cura”, escuchó el veredicto: Cadena perpetua.

Tras ser sentenciado, el exsacerdote declaró: “Puedo decir esto: los cerdos están volando, e Irene está descansando”.

John Bernard abandonó el sacerdocio en 1972. Se casó y trabajó en una organización benéfica católica en Phoenix.

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