Chris Hipkins fue la única opción dentro del Partido Laborista para reemplazar a Ardern, su labor dentro del gobierno saliente demostró que era el indicado. Foto: Especial

Chris Hipkins se prepara para ser el próximo primer ministro de Nueva Zelanda

A partir del próximo 7 de febrero Nueva Zelanda tendrá a Chris Hipkins como su nuevo primer ministro, quien se enfrentará a la tarea de erradicar el odio social y la crisis de la vivienda

En dos semanas será el turno de Chris Hipkins para gobernar Nueva Zelanda como primer ministro luego de la dimisión de Jacinda Ardern.

En un discurso emitido a nivel nacional, el próximo líder neozelandés admitió que ser jefe de Estado será su más grande responsabilidad en la vida, pero al mismo tiempo “un gran privilegio”.

“Estoy emocionado por el desafío que tenemos por delante. Nueva Zelanda es uno de los más increíbles pequeños países del mundo y he dedicado mi vida a servir a la gente para hacer que sea incluso mejor. Eso seguiré haciendo de ahora en adelante”, declaró.

A pesar de que Hipkins fue la única opción dentro del Partido Laborista para reemplazar a Ardern, su labor dentro del gobierno saliente demostró que era el indicado.

Con 44 años, Hipkins ha sido ministro de Servicio Público y de Educación, donde, entre otras acciones, en 2019 anunció el aumento de los subsidios para la primera infancia de 1.6 por ciento a 1.8, que es más de lo que el sector había recibido desde 2009.

Durante la pandemia de COVID-19, la primera ministra lo colocó como el encargado de la crisis, desde donde ayudó a la mandataria a hacer que Nueva Zelanda fuera reconocida como uno de los países con menos contagios y muertes en el mundo.

De la mano del trabajo de Hipkins, Ardern decidió cerrar sus fronteras incluso antes de que se registrara un contagio entre su población. No fue sino hasta agosto del año pasado que el país volvió a permitir el acceso a transporte y al turismo extranjero.

Sepuloni, la mano derecha de Hipkins

Para gobernar a Nueva Zelanda, Hipkins tendrá el respaldo de Carmel Sepuloni, a quien le dio el cargo de viceprimera ministra, convirtiéndola en su mano derecha.

Con Carmel de su lado, Hipkins podría ganar los votos de las comunidades originarias, debido a que ella tiene ascendencia pasifika, el cuarto grupo étnico más grande del país, y es hija de un migrante proveniente de Samoa.

Desde la perspectiva de Carmel, se siente honrada por estar rompiendo “techos de cristal” en Nueva Zelanda, puesto que en cuestión de días se convertirá en la primera persona de origen indígena en ocupar un rol de liderazgo.

Será el próximo 7 de febrero cuando Jacinda Ardern cumpla su último día como primera ministra, pasándole la estafeta a Hipkins para que sea él y Carmel Sepuloni quienes compitan en las próximas elecciones generales.

El 14 de octubre, las y los neozelandeses se acudirán a las urnas para elegir al partido que los representará durante los próximos años. Debido al trabajo que ejerció Ardern y su gabinete, son altas las posibilidades de que su grupo político se mantenga en el poder.

Vivienda y odio social: el reto

Durante el discurso de agradecimiento de Chris Hipkins luego de que se anunció que sería el próximo primer ministro, el funcionario se comprometió, entre otras cosas, a combatir el odio social.

La postura se Hipkins se debió a los hostigamientos que llegó a recibir Jacinda Ardern durante su mandato, como cuando fue víctima de denuncias sin precedentes por parte de grupos antivacunas.

Desde la postura de los neozelandeses ultraconservadores, las dosis aplicadas contra el coronavirus servían para “perjudicar” aún más la salud de la gente. Sin embargo, a pesar de esa ideología, la mayoría de la población fue inmunizada en cuestión de meses.

Asimismo, a través de videos en redes sociales se amenazaba la vida de Ardern y la de su familia por el sólo hecho de ser una representante política mujer. Debido a la cantidad de material difundido, los servicios de inteligencia tuvieron que desplegar mecanismos de seguridad y protección hacia la figura de la primera ministra.

Al respecto, Hipkins declaró que tienen “un gran camino por recorrer para garantizar que las mujeres en el liderazgo reciban el mismo respeto que sus homólogos masculinos”.

“Ella dio voz a aquellos que a menudo pasan por alto en tiempos de desafío y, a propósito, se dedicó a hacer política de manera diferente”, compartió el funcionario respecto a su próxima antecesora.

Otro de los retos a los que deberá enfrentarse Hipkins es al costo de la vivendia en su nación; una problemática que tenía Ardern desde que asumió el poder en 2017.

De acuerdo con Open Global Rights, a los grupos sociales que más se les dificulta obtener resultados favorables en materia de vivienda es a los maoríes, que integran una comunidad indígena; a los pueblos del Pacífico, a personas con alguna discapacidad, y a la gente en zonas socioeconómicas más bajas.

“Hay que actualizar las políticas, las estrategias y los recursos en materia de vivienda para evitar que se sigan violando los derechos humanos, sobre todo para proteger a las personas contra la falta de vivienda y garantizar que, una vez alojadas, las casas sean cálidas”, declaró la ONG sin fines de lucro.

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