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Chernobyl sigue contaminando

Treinta años después del peor accidente nuclear de la historia, la planta de Chernobyl, en Ucrania, es un sitio desolado, donde continúan las tareas de limpieza y se mezclan los indicios imposibles de disimular de un pasado arruinado con una incertidumbre en torno al futuro.

La planta está en ruinas. Luego de la explosión del reactor número 4 en la madrugada del 26 de abril de 1986 fueron desactivados gradualmente los otros reactores.

Treinta años después del peor accidente nuclear de la historia, la planta de Chernobyl, en Ucrania, es un sitio desolado, donde continúan las tareas de limpieza y se mezclan los indicios imposibles de disimular de un pasado arruinado con una incertidumbre en torno al futuro.

La planta está en ruinas. Luego de la explosión del reactor número 4 en la madrugada del 26 de abril de 1986 fueron desactivados gradualmente los otros reactores.

A escasos cientos de metros, cientos de obreros trabajan en la construcción de una estructura con forma de arco que será el primer paso con miras al retiro de toneladas del material radioactivo que todavía queda en el lugar.

El proyecto de limpieza, que tiene un costo de 2 mil millones de euros, es financiado por donaciones internacionales y por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, está enfrascado en una carrera contra el tiempo.

Tras la explosión y el incendio que despidió una nube radiactiva sobre buena parte del norte de Europa, se construyó un “sarcófago” sobre el reactor, una estructura de acero y cemento que busca evitar la fuga radiactiva, pero, pese ya está seriamente deteriorada.

Cuando se complete la construcción de la nueva estructura, será trasladada mediante rieles y cubrirá el reactor y el sarcófago. Posteriormente, máquinas robóticas desmantelarán el sarcófago y destruirán el reactor. Se espera que ese proceso comience en el 2017. (AP)

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