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El futuro de Cataluña

Para las elecciones a realizarse hoy la mayoría de los sondeos ubican al secesionista Esquerra Republicana y al constitucionalista Ciudadanos como los favoritos en las urnas; sin embargo, las proyecciones indican que ninguna formación política tendrá los números para formar gobierno y será necesaria una coalición

Los catalanes están llamados hoy a las urnas.

En las elecciones, marcadas por la intervención del gobierno central tras la crisis por el referéndum secesionista del pasado 1 de octubre, está en juego mucho más que la nueva composición política del gobierno autonómico.

Es un proceso electoral marcado también por la división entre las filas secesionistas, con sus principales líderes en el exilio (Carles Puigdemont) o en prisión (Oriol Junqueras), y en donde el constitucionalista Ciudadanos podría convertirse en el nuevo partido hegemónico.

Después del cisma iniciado con el proceso para el referéndum unilateral del 1 de octubre, la salida masiva de empresas, el enfrentamiento con Madrid, el encarcelamiento de algunos líderes secesionistas, el autoexilio de Puigdemont y su grupo compacto a Bruselas y la aplicación del artículo 155, los catalanes buscan certeza y estabilidad tras la formación del nuevo gobierno.

A pesar de la relevancia de la jornada electoral que podría cambiar el equilibrio entre las fuerzas políticas en el Parlamento catalán, el resultado en las urnas difícilmente mitigará de forma radical la crisis institucional y política que hoy prevalece en Cataluña, debido a que las posturas políticas permanecen hoy en extremos opuestos y una salida a partir del diálogo se ve lejana.

Las proyecciones indican que ninguna de las formaciones políticas tendrá los números para formar gobierno y será necesaria una coalición entre tres o cuatro partidos y en donde la gran incógnita será saber si son los independentistas o los constitucionalistas quienes alcancen la mayoría parlamentaria.

68
Escaños requieren Ciudadanos, PP, Socialistas y Catalunya en Común para formar mayoría en el Parlamento catalán

Aunque se han publicado muchas encuestas, la complejidad del momento político no permite dar nada por sentado y lo único que parece claro es que no habrá mayorías parlamentarias claras y a partir del 22-D comenzará un complejo proceso para intentar conseguir cierta gobernabilidad.

La mayoría de los sondeos previos ubican al secesionista Esquerra Republicana, liderado por Oriol Junqueras, y al constitucionalista Ciudadanos, cuya lista encabeza Inés Arrimadas, como los favoritos en las urnas, en un empate técnico con cifras que van entre el 21 y 25 por ciento de las preferencias.

La coalición Junts per Catalunya del expresidente catalán Carles Puigdemont se ubica en tercer lugar de las proyecciones, no muy cerca de los punteros, y en cuarto lugar aparece el Partido de los Socialistas de Miquel Iceta; CUP, el otro partido secesionista lograría entre un 5 a 7 por ciento de la votación y la coalición Catalunya en Comú, entre un 8 y 9 por ciento.

Independentismo enfrentado

La frágil alianza de las formaciones independentistas está en riesgo de perder la mayoría parlamentaria que obtuvieron en las elecciones de 2015 debido al crecimiento de los partidos constitucionalistas, principalmente Ciudadanos.

Aunque nada es seguro en medio de esta crisis política, Ciudadanos podría convertirse en el partido con mayor escaños en el Parlamento catalán, lo que le daría un gran impulso para buscar la investidura, donde es muy probable que cuente con el respaldo del PP e incluso de los Socialistas y Catalunya en Común si entre los cuatro partidos alcanzan los 68 escaños requeridos para formar mayoría.

Por el lado de los secesionistas, la incertidumbre es total, aún alcanzando la mayoría sumando los escaños de las tres facciones existen profundas diferencias entre sus liderazgos.

La campaña de los dos principales partidos del independentismo ha sido atípica en muchos sentidos, comenzando por la situación de sus dos principales líderes.

Por un lado el expresidente Puigdemont, líder de la lista de Junts Per Catalunya, hizo campaña desde su exilio en Bruselas e independientemente de los resultados de los comicios exige la restitución del gobierno destituido tras la aplicación del artículo 155 y ser investido nuevamente presidente.

ERC, por su parte, no ha contado con la participación en campaña del exvicepresidente Oriol Junqueras, quien permanece en prisión por delitos como sedición y rebelión y que sin embargo encabeza la lista.

Ciudadanos podría convertirse en el partido con mayor escaños en el Parlamento catalán, lo que le daría un gran impulso para buscar la investidura

Aunque Junqueras y su partido respaldaron la investidura de Puigdemont en 2015, en esta ocasión, cuando podría confirmarse como la formación independentista más votada, no estarían dispuestos a apoyar al expresidente y buscarían que Junqueras fuera investido como nuevo líder del gobierno catalán a partir de su mayor número de escaños.

La tercer parte de la ecuación es el partido extremista CUP, que ya ha condicionado su apoyo y el de sus diputados electos siempre y cuando se siga la vía unilateral del independentismo y se renuncie a cualquier diálogo con Madrid.

A todo eso hay que añadir la incertidumbre sobre la situación jurídica de algunos de los líderes del independentismo y que al encabezar las listas electorales llegarán al Parlamento catalán.

Con Puigdemont en Bruselas y con la amenaza de tener que rendir cuentas a la justicia si reingresa a España y Junqueras con un proceso abierto, también existe la posibilidad de que una vez pasada la jornada electoral se abra un nuevo conflicto entre los independentistas para arrebatarles el control de sus respectivos partidos.