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Cambian papeles

La Cumbre de las Américas, que se realiza esta semana en Panamá, es escenario del nuevo “drama” de la política internacional: la reconciliación de Estados Unidos (EU) con Cuba y la consolidación de Venezuela como el nuevo villano favorito.

La prensa internacional reporta que el evento, en el que participarán todos los países independientes de América, representará el acercamiento definitivo entre el presidente estadounidense Barack Obama y el mandatario cubano Raúl Castro. 

59%
de la población de EU aprueba el acercamiento entre Washington y La Habana
"La Cumbre podría estancarse en el disgusto de la región hacia las sanciones, lo que Maduro y sus aliados usan como prueba de que EU sigue con su conducta paternalista"
Carl MeachamCentro de Estudios Estratégicos e Internacionales
2Es un importante momento histórico para la región entera. La gente se concentrará mucho en el lenguaje corporal, los gestos y cualquier contacto entre Obama y Castro2
Julissa ReynosoExfuncionaria
del Departamento
de Estado de EU

La Cumbre de las Américas, que se realiza esta semana en Panamá, es escenario del nuevo “drama” de la política internacional: la reconciliación de Estados Unidos (EU) con Cuba y la consolidación de Venezuela como el nuevo villano favorito.

La prensa internacional reporta que el evento, en el que participarán todos los países independientes de América, representará el acercamiento definitivo entre el presidente estadounidense Barack Obama y el mandatario cubano Raúl Castro. 

De hecho, esta es la primera vez que Cuba asiste a la Cumbre desde que EU expulsó a la isla de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1962.

Los medios estadounidenses estiman que la reunión entre Obama y Castro conduciría a que Washington elimine a Cuba de la lista de “países que patrocinan el terrorismo” y que se reinstauren las embajadas en ambos países, luego de 50 años.

En contraste, el evento exhibirá la agudización de la presión regional sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien asistirá por primera vez a la Cumbre.

Maduro llegará a Panamá con el descontento de 21 expresidentes iberoamericanos que este jueves exigirían a los jefes de Estado asistentes encontrar una solución a la crisis que atraviesa Venezuela.

Entre los firmantes destacan los exmandatarios panistas de México, Felipe Calderón y Vicente Fox; el expresidente español José María Aznar, y el chileno Sebastián Piñera.

La expectativa está en cuál será el tono de Obama, quien estará en Panamá este viernes y sábado, con respecto a Cuba y Venezuela.

El nuevo capítulo con Cuba

Una encuesta de MSNBC y Telemundo reveló ayer que 59 por ciento de los estadounidenses, incluyendo a 56 por ciento de la población latina, aprueban el acercamiento entre Washington y La Habana.

 Y aunque la Casa Blanca informa que no habrá una reunión privada entre Obama y Castro, afirma que habrá oportunidades de diálogo en el encuentro.

Analistas coinciden en que falta mucho por hacer, pero que la Cumbre tendrá uno de los simbolismos más significativos desde que ambos mandatarios anunciaron en diciembre pasado la normalización de las relaciones de sus países.

“Los avances logrados antes de la cita panameña, que sellará el proceso con la imagen de Castro y Obama sentados por primera vez en la misma mesa de diálogo, han sido casi tan inimaginados como la foto que saldrá de la Cumbre”, publicó ayer El País. 

Aun así, especialistas advierten que estos pasos son sólo el comienzo, pues todavía hay muchos problemas sin resolver para hablar de una verdadera reconciliación, como intercambio comercial y libertades civiles, económicas y políticas.

“Cuando tienes dos países que realmente no se han hablado así, el uno al otro, en más de 50 años, tienes un montón de asuntos que tratar”, dijo a The New York Times Benjamin Rhodes, consejero de seguridad nacional de EU.  

Venezuela: víctima y villano

La actitud cálida de Obama hacia Castro contrastará con una más fría hacia Maduro.

El mismo sondeo de MSNBC y Telemundo mostró que la mitad de la ciudadanía estadounidense aprueba las sanciones que Washington impuso al régimen chavista en diciembre y en marzo ante las represalias contra los políticos opositores.

Expertos señalan que estas medidas marcarían la Cumbre, pues el presidente venezolano intentaría acaparar la atención para que sus aliados ataquen a Obama, quien por ahora goza de alta popularidad en la región por su política hacia Cuba.

“La Cumbre podría estancarse en el disgusto de la región hacia las sanciones, lo que Maduro y sus aliados han usado como prueba de que EU continúa con su conducta paternalista”, dijo a The Washington Post Carl Meacham, director del Programa de América del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. 

A pesar de esto, Venezuela también sufre la presión de 28 organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que se sumaron a los expresidentes para exigir que los asistentes a la Cumbre combatan la represión chavista.

“La denuncia introduce un tema ríspido en el encuentro de Panamá, y sin duda generará controversia”, informó ayer el diario argentino Clarín. 

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