Brasil va por la COP con promesa de Lula da Silva

Como parte de sus promesas gubernamentales, Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que propondrá a Brasil como sede de la COP30; una promesa que vendrá con diferentes retos como mejorar las políticas ecológicas de su nación, la cual decayó en materia medioambiental durante el gobierno actual
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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A dos meses de tomar posesión como presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva ya cuenta con múltiples objetivos a implementar en favor de su población.

En materia medioambiental, por ejemplo, aseguró que habría mayor inversión en ciencia, tecnología y educación para luchar contra el cambio climático, y que se valorarían aún más los conocimientos de sus comunidades originarias para enfrentar el problema.

“Los pueblos originarios y los que residen en la región Amazónica deben ser los protagonistas de su preservación”, detalló el izquierdista durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto.

Asimismo, declaró que en su próximo gobierno ofrecería a Brasil para ser sede de la COP30, en 2050, provocando con ello que a partir de que inicie su mandato en enero de 2023 una gran cantidad de activistas estén pendientes de sus políticas ecológicas.

Para sacar adelante a Brasil en materia medioambiental y pueda ser sede de la Conferencia, Lula da Silva tendrá múltiples retos por delante, considerando que en los últimos años su nación ha ido en descenso con respecto a la protección y prevención de sus áreas verdes.

Mientras que en 2011 Brasil se ubicó en el número cuatro del ranking de los 60 países con mejores políticas climáticas del Índice de Desempeño de Cambio Climático (CCPI), en 2018 bajó al 19, y este año al 38.

De acuerdo con los especialistas del informe, Brasil ha bajado de posiciones, entre otras cosas, porque sus políticas de deforestación no cuentan con fondos suficientes y porque las instituciones que juegan un papel importante en la política ambiental han sufrido ataques y recortes de fondos por parte del Gobierno federal desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en 2019.

Además, exponen su preocupación por el uso de combustibles fósiles en el país, la cual se ha intensificado desde que surgió la crisis energética por la guerra rusa contra Ucrania, y por la deforestación que ha aumentado a un nivel récord.

“Si bien Brasil tiene el objetivo de cero deforestación ilegal para 2028, la deforestación, de hecho, ha aumentado a un nivel récord desde 2006 junto con los incendios forestales en los biomas de la Amazonia y la sabana tropical bajo el Gobierno federal actual”, se lee en el informe del CCPI.

Ante esos antecedentes, la doctora Claudia Edith Serrano Solares, internacionalista y docente de la UNAM, coincide en que Lula da Silva sin duda tiene un gran desafío para cumplir con sus objetivos, sobre todo por la cantidad de intereses políticos y económicos que están todavía en torno a qué acciones se tendrían que tomar en Brasil para poder mitigar los efectos del cambio climático.

Por otro lado, asegura que el izquierdista tendría que enfrentarse a los grupos negacionistas que han coadyuvado a la explotación de las tierras de la Amazonia, y los cuales el presidente Jair Bolsonaro dejaría como herencia tras el término de su mandato.

“Esas voces van a persistir y van a ser un reto enorme para lograr conciliar intereses y volver a la agenda de conservación de la biodiversidad.

“Entonces, (Lula da Silva) debe, de manera interna, conciliar nuevamente intereses y sumar esfuerzos para posteriormente lograr tener una proyección internacional y crear lazos con otros mandatarios o gobiernos que están a favor de implementar políticas o proyectos específicos al cuidado del medio ambiente”
Claudia Edith Serrano SolaresInternacionalista y docente de la UNAM

Desde esa perspectiva, mientras que a nivel nacional el presidente del Partido de los Trabajadores se enfoca en la población que aún está en contra de sus políticas medioambientales, debe empezar a comunicarse con sus homólogos internacionales interesados en el tema para compartir información y ayudar a controlar la problemática.

El impulso de Lula da Silva en Brasil

Al demostrar su interés por luchar contra el cambio climático, el presidente electo de Brasil no sólo se une a un desafío de alcance mundial, sino que defiende a las y los brasileños que han sido perjudicados por lo mismo.

“Su participación en la lucha le permite recuperar la confianza de estas personas que están sufriendo por la deforestación, pero además por la llegada de mineros que están extrayendo minerales en detrimento de la biodiversidad.

“Pero no sólo eso, Lula da Silva está colocando la voz de los pueblos originarios en una COP, la cual normalmente se inclina por darle mayor visibilidad a los gobiernos y no a otros grupos que de alguna manera están administrando ese ambiente”, agrega la doctora Serrano Solares.

Bajo esa línea, además de impulsarse la imagen del izquierdista con la propuesta de nuevas políticas ecológicas, Brasil podría ir en ascenso al ser reconocido como uno de los Estados que más respaldo le dan al tema.

“Sin duda se le volvería a dar a Brasil una proyección importante, porque recordemos que durante los primeros gobiernos de Lula hubo acercamientos con bloques multilaterales para velar el cuidado del medio ambiente; entonces, se regresaría al posicionamiento geopolítico, a generar contrapesos que permitan esfuerzos más concretos sobre el cambio climático y la conservación de la biodiversidad”, resalta la académica.

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