Biden, Gutiérrez Müller y Grégoire: las mujeres del CLAN

Durante la Cumbre, las primeras damas de México, Canadá y EU se comprometieron a trabajar para impulsar a sus pueblos a través de labores como el fomento a la lectura y otras artes
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN) tiene consigo tres mujeres que velan por el respectivo impulso de sus países: Jill Biden, Beatriz Gutiérrez Müller y Sophie Grégoire.

Mientras que sus esposos, Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador y Justin Trudeau, se enfocan en temas de comercio, migración, seguridad e inversiones trilaterales durante la Cumbre, ellas en rubros sociales en favor de sus pueblos y comunidades originarias, así como en el fomento a la cultura, el arte, e incluso la estabilidad mental de las personas.

Las doctoras Biden y Gutiérrez Müller, por ejemplo, se comprometieron a trabajar juntas para asegurar que el futuro de sus pueblos “sea brillante” a través de la lectura, la libertad y el respeto.

Durante su estancia en Ciudad de México, la primera dama estadounidense asistió a un evento de Fandango por la lectura, una estrategia nacional de lectura del gobierno de México, donde resaltó las similitudes que no sólo había entre las dos naciones, sino con su igual mexicana.

Según relató, durante su primer encuentro con Gutiérrez Müller, el año pasado en la Casa Blanca para celebrar el 5 de mayo, a ambas les llamó la atención lo mucho que tenían en común por su aprecio a la lectura, su “pasión” por aprender y ayudar a otros a hacer lo mismo.

“Nuestra amistad surgió de ese amor compartido (…) Pude mostrarle la Biblioteca del Congreso de Washington D.C. Pasamos un tiempo maravilloso caminando por los pasillos históricos, llenos de libros que cuentan las historias de nuestros países”, detalló la doctora Biden.

De igual manera, aseguró que además de la poesía y la prosa, la danza y la música podían unir a los pueblos mexicano y estadounidense a través del tiempo, los idiomas y las fronteras.

“Esto nos muestra que nuestras diferencias son preciosas y nuestras similitudes infinitas”, recalcó.

Así también, dejó en claro que compartían el entendimiento de que la libertad, de fe, de expresión y de prensa, es la base de la democracia y que la voz del pueblo nunca puede silenciarse verdaderamente.

“Creemos que el amor es el mortero que nos mantiene unidos. Amor mutuo: eso nos inspira a dar nuestro corazón sin importar el costo; amor por nuestros países: eso nos empuja a luchar por la justicia y las oportunidades; y amor por nuestro mundo, que nos hace audaces y valientes para que podamos construir el futuro mejor que sabemos que necesitamos”, declaró la primera dama demócrata.

Para la doctora Arlene Ramírez, internacionalista y docente del Tecnológico de Monterrey, el encuentro entre las primeras damas de México y Estados Unidos, y próximamente con la de Canadá, era muy necesario, ya que eso siempre se ha dado para favorecer más el fomento a la lectura, el desarrollo cultural, la promoción de las tradiciones, entre otras actividades.

“Siempre ha existido este intercambio entre los dos países, pero había estado aletargado en los últimos cuatro años (del mandato del expresidente Donald Trump), sobre todo en la parte educativa”, asimila.

Atención a pueblos originarios

Otros grupos que esperan un acercamiento de las primeras damas son sus pueblos originarios que, además de necesitar de políticas públicas impulsadas por los presidentes, requieren de atención humanitaria por parte de sus respectivas esposas.

En Canadá, por ejemplo, se requiere darle seguimiento a la Investigación Nacional de los Asesinatos y Desapariciones de las Mujeres y Niñas indígenas que fue impulsada en 2019, donde se encontraron al menos mil 181 casos.

Respecto a Estados Unidos, se debe enfrentar la violencia a la que estén expuestas las mujeres nativas y que, a pesar de haber informes que lo comprueban, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental señala que muchas de las iniciativas o leyes que existen no se han aplicado.

En México, el Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA) informa que aun cuando hay mujeres originarias que promueven la salud colectiva, el fortalecimiento de la identidad y el arraigo comunitario, también hay grupos que siguen siendo violentados o discriminados por la propia sociedad.

El reto de las primeras damas

Aunque la visita de las primeras damas a México por la Cumbre de Líderes de América del Norte reforzó sus relaciones al comprometerse a impulsar a sus respectivos pueblos, el verdadero reto será cumplirlos.

“Creo que aquí el reto es operar efectivamente programas operativos que realmente vayan en favor de las comunidades que compartimos, no quedarse con la foto y las palabras dichas”, señala la doctora Arlene Ramírez.

Sin embargo, al tener tres primeras damas profesionistas y que han demostrado un impulso a sus connacionales a través del fomento a la literatura o a la salud, se espera que las promesas sean hechos cumplidos en el futuro, siempre y cuando el contacto entre ellas siga intacto para compartir información y el respaldo necesario como así lo harán los presidentes tras el término de la CLAN.

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