Signos de alerta

El Banco Mundial en su ‘Resumen 2017’ concluye que enfocar los esfuerzos de los gobiernos tanto en la nutrición, el crecimiento y la educación es una inversión crucial para el crecimiento económico individual y global

04 de Ene, 2018

A pesar de que durante 2017 el Banco Mundial registró una mejora en la economía mundial, también hubo fenómenos y circunstancias que impactaron severamente a la población y que afectaron el desarrollo.

Un análisis efectuado por el organismo pone el foco de atención en problemáticas como la emergencia alimentaria, el desempleo, los nulos avances en materia de educación y las preocupantes cifras de emisión de carbono como algunos de los sucesos más dañinos durante el año pasado.

El artículo titulado “Resumen del año 2017 en 12 gráficos” publicado por el Banco Mundial hace de igual forma especial énfasis en los fenómenos naturales que se registraron en todo el mundo (en la actualidad se producen cuatro veces más desastre naturales que en la década de 1960) y su impacto socioeconómico.

En contraparte, el Banco Mundial rescata algunos aspectos como el crecimiento de las energías renovables y el impulso del sector privado como generador de empleos y motor de la economía, como ejemplos a seguir para asegurar el desarrollo.

El Banco Mundial reconoce que la innovación y la tecnología están aumentando la calidad de vida en el mundo, lo cual se refleja en una ligera disminución de la pobreza extrema a nivel global

De igual forma, a pesar de que la calidad de la educación está por debajo de las expectativas en la era digital, el organismo reconoce que la innovación y la tecnología están aumentando la calidad de vida en el mundo lo cual se refleja en una ligera disminución de la pobreza extrema a nivel global.

Focos rojos

Si bien el informe intenta sintetizar la situación global que queda al concluir 2017 en 12 puntos, hay algunas tendencias que ya han llegado a niveles alarmantes y que requieren de acciones inmediatas.

El primer punto es la cantidad de personas que enfrentaron hambre y que estuvieron en condición de requerir ayuda de emergencia durante el año anterior, alrededor de 83 millones de personas según las cifras del Banco Mundial, 14 millones más que en 2016.

Las estimaciones del organismo es que para el año en curso 76 millones de personas podrían necesitar asistencia alimentaria en 2018.

La población más numerosa en situación de crisis alimentaria se encuentra en Yemen, donde alrededor de 17 millones de yemeníes no tienen suficientes alimentos para subsistir, entre ellos más de 3 millones de niños y mujeres embarazadas y lactantes con severos problemas de desnutrición.

Estrechamente relacionado con el tema alimentario está otro punto del análisis del banco mundial que aborda el tema del retraso en el crecimiento y cómo la nutrición afecta el aprendizaje en la población infantil.

Si se eliminara el matrimonio infantil para 2030, los beneficios en términos de bienestar para las poblaciones podría ascender a más de 500 mil millones de dólares anuales

Aunque se han registrado avances en la disminución de la cantidad de infantes con retraso en el crecimiento, aún hay regiones -principalmente en el continente africano- donde la tendencia continúa al alza, lo que compromete el desarrollo de las generaciones futuras, debido al impacto que tiene para la vida adulta la nutrición y el desarrollo en los primeros años de vida.

Aunado a ello, el Banco Mundial concluye que existe una crisis global de aprendizaje, en donde cientos de millones de niños están creciendo sin contar con las habilidades básicas para enfrentar el mundo e incluso los países más ricos están rezagados.

Inversión para el futuro

Una de las conclusiones del estudio es que enfocar los esfuerzos de los gobiernos tanto en la nutrición, el crecimiento y la educación es una inversión crucial para el crecimiento económico individual y global ya que los empleos del futuro exigen nuevas y complejas habilidades y la preparación se reflejará en una mayor calidad de ingresos.

Otra de las grandes crisis sociales que no se han podido erradicar es el matrimonio infantil. Según cálculos del Banco Mundial cada año 15 millones de niñas se casan antes de cumplir 18 años, lo que reduce considerablemente sus posibilidades de estudiar y tener mejores ingresos en el futuro además de acrecentar el riesgo de sufrir violencia doméstica o de dar a luz antes de la mayoría de edad.

Para entender el impacto que tiene el matrimonio infantil en el desarrollo global, el organismo calcula que si se eliminara esta práctica para 2030, los beneficios en términos de bienestar para las poblaciones podría ascender a más de 500 mil millones de dólares anualmente.

Otra problemática identificada en el análisis es el hecho de que alrededor del 60 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años en el mundo se encuentran desempleados, lo que además de afectar el crecimiento puede conducir al descontento social y a posibles disturbios.

Finalmente, en cuanto al tema medioambiental, el organismo advierte que las concentraciones de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero alcanzaron su nivel más alto en 800 mil años durante 2017, por lo que los compromisos de los Acuerdos de Paris entre los jefes de Estado cobran hoy relevancia histórica para revertir la situación.