Las horas de Julian Assange en Londres están contadas. Tras dos años de permanecer en una prisión británica, su estadía podría cambiar

Assange, cerca de la extradición a Estados Unidos

Tras la decisión de un Tribunal de Londres de extraditar al programador australiano a la Unión Americana, donde se comprometieron a trasladarlo a su país natal, se espera que su defensa alargue este proceso argumentando la falta de libertad de expresión contra el fundador de WikiLeaks

Las horas de Julian Assange en Londres están contadas. Tras dos años de permanecer en una prisión británica, su estadía podría cambiar al ser autorizada su extradición a Estados Unidos.

El pasado viernes, el juez Timothy Holroyde, del Tribunal de Apelaciones de Londres, aseguró que admitía un recurso presentado de parte de la Unión Americana, a fin de poder enviar al fundador de WikiLeaks a su Estado.

En el país norteamericano, Assange, de 50 años, tiene 18 cargos en su contra, incluyendo el hackeo de las bases de datos del Ejército para adquirir información secreta relacionada con la guerra de Afganistán e Irak, lo cual hizo público en su portal.

Y aunque con los cargos que presenta Assange ante el gobierno estadounidense, éste podría alcanzar hasta 175 años de pena en la cárcel, las autoridades norteamericanas se comprometieron a enviarlo a Australia, su país de origen, para que enfrente su pena, y no ser transferido a una prisión de alta seguridad.

Estados Unidos llegó a dichos compromisos luego de que la jueza Vanessa Baraitser diera a conocer que el programador tenía problemas de salud mental, lo cual incluso podría llevarlo al suicidio si percibía las condiciones tan duras que caracterizan a las cárceles estadounidenses.

Ante la decisión del Tribunal londinense, no sólo la familia del programador ha alzado la voz para defenderlo, sino también distintas organizaciones, entre ellas la Amnistía Internacional de Europa, la cual, en voz de su director Nils Muiznieks, destacó que extraditar a Assange conllevaría a actos de tortura u otros malos tratos hacia el periodista.

Así también, Muiznieks agregó a través de un comunicado que las acusaciones del gobierno de Estados Unidos representaban una amenaza para la libertad de prensa en todo el mundo, socavando el papel de los periodistas y editores.

Es el recurso de la libertad de prensa y expresión que la doctora Ismene Ithaí Bras, internacionalista y académica de la UNAM, considera que la defensa de Assange podría utilizar como última opción para defender al australiano, y al menos así alargar su paso hacia la nación norteamericana.

“Me parece extraño que su defensa no haya presentado este recurso desde un inicio y se haya inclinado más por la cuestión de su salud; sin embargo, quisiera creer que se va a utilizar ahora como una de sus últimas opciones”, detalla.

De igual manera, destaca que era de esperarse la decisión del Tribunal británico a favor de la extradición, tomando en cuenta la buena relación que Reino Unido tiene con Estados Unidos, dándole el dictamen a su socio internacional y no a Assange.

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