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Austria: muralla al populismo

La victoria del ecologista Alexander Van der Bellen en Austria es el primer síntoma de un efecto post-Trump, pero a la inversa. 

 

El 30 por ciento de los que votaron por el candidato independiente lo hicieron sobre todo para detener el avance de la ultraderecha; más que por el candidato ecologista per se. 

La victoria del ecologista Alexander Van der Bellen en Austria es el primer síntoma de un efecto post-Trump, pero a la inversa. 

 

El 30 por ciento de los que votaron por el candidato independiente lo hicieron sobre todo para detener el avance de la ultraderecha; más que por el candidato ecologista per se. 

 

Esto significa que la salida a las urnas del domingo pasado fueron, en gran medida, un voto de rechazo contra lo que representa el discurso populista, y le permitió al candidato ecologista Van der Bellen movilizar a sus electores para evitar en su país un escenario similar al norteamericano.

 

De tal manera, la próxima llegada del candidato ecologista al poder invalida la hipótesis de un efecto dominó que pudiera hacer avanzar a la ultraderecha en la Unión Europea.

 

Voto a favor de Europa

 

Desde la victoria de los separatistas antiinmigrantes en Gran Bretaña y del discurso xenófobo y racista exportado desde Estados Unidos, la teoría de que un efecto dominó pudiera ganar terreno en plena temporada electoral en Europa, hacía fácil asumir que Norbert Hofer, contendiente por el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), sería el primer líder de ultraderecha en dirigir un país europeo, desde la Segunda Guerra Mundial.

 

De haber sido así, su victoria habría sido inmediatamente celebrada por los populistas –sobre todo los de Europa Occidental, como Francia, Italia y Gran Bretaña–, como la normalización de un discurso político radical en el poder. 

 

Un nuevo perfil ‘antisistema’

 

Norbert Hofer perdió. Y su oponente, un ecologista de 72 años – que está totalmente a contra corriente de este momento histórico–, reafirmó su victoria con el 53 por ciento de los votos, frente al 47 por ciento que reportó el populista.

 

Diversos medios locales afirman que solo fue posible responder al populismo de derecha con un populismo de izquierda.

 

Van der Bellen irrumpe como un nuevo político antisistema, pero europeísta, que apunta a poner un alto a la ultraderecha, y a ser una cara amable de las políticas económicas marcadas por Bruselas.

 

Se perdió una batalla, pero no la guerra

 

El presidente electo de Austria asumirá oficialmente sus funciones el 26 de enero de 2017, por un mandato de seis años. Pero el partido de Norbert Hofer sigue siendo la segunda fuerza política del país, y pronto, los austriacos volverán a las urnas para la renovación parlamentaria. En ese escenario el FPÖ sí podría salir vencedor.