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Ahora o nunca

En una sesión informativa en las sede de la ONU en México, Dolores Barrientos, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Virginie Bioteau, consejera para Asuntos Globales de la Embajada de Francia, explicaron cuáles son las metas y los acuerdos que se quieren alcanzar en la próxima cumbre de París.

Esta es la primera COP que se realiza en Europa después de la de Copenhague en 2009, la cual fracasó rotundamente al no poder extender el Protocolo de Kioto.

En una sesión informativa en las sede de la ONU en México, Dolores Barrientos, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Virginie Bioteau, consejera para Asuntos Globales de la Embajada de Francia, explicaron cuáles son las metas y los acuerdos que se quieren alcanzar en la próxima cumbre de París.

Esta es la primera COP que se realiza en Europa después de la de Copenhague en 2009, la cual fracasó rotundamente al no poder extender el Protocolo de Kioto.

Por otro lado, los datos confirman que Estados Unidos y China son dos de los países que más gases de efecto invernadero producen. Y además, estas naciones han sido las que más obstáculos generan para la obtención de un acuerdo global jurídicamente vinculante.

Sin embargo, ambas diplomáticas confirmaron que los países que más sufrirán las consecuencias de un aumento mayor a 2 grados en la temperatura del planeta no serán los países de primer mundo.

De acuerdo con varias gráficas, los países insulares y las regiones costeras de los países del hemisferio sur, sufrirán más estragos si aumenta el calentamiento global y esto orillará a sus habitantes a emigrar.

Con respecto al suministro de agua, investigaciones recientes confirman que aunque la mayor parte de Latinoamérica no sufrirá escasez física, México, el Magreb y el Medio Oriente sí tendrán que lidiar con este problema en menos de una década. 

Ante la posibilidad de que la cumbre de París sea un fracaso por la falta de voluntad política de países como EU o China, Boiteau comentó: “En todas la negociaciones hay riesgos de fracaso, pero no podemos permitirnos no intentarlo”.

Grandes expectativas

La COP 21 es el evento diplomático más grande que se ha organizado en territorio francés desde la Declaración de los Derechos Humanos en 1948.

Las expectativas para que esta cumbre sea un éxito son muy altas, pero el único indicador de éxito será un acuerdo global, que vincule jurídicamente a todos firmantes (196 miembros) y evite que la temperatura suba a más de 2 grados centígrados.

Barrientos y Boiteau consideran que existe la voluntad política para pensar que este es el mejor momento para actuar y confían en que la Cumbre de París logrará un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto. 

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COP21 Vendo, luego existo

En 1643, el filósofo francés René Descartes pronunció su célebre frase “Corgito ergo sum”, traducida comúnmente al español como “pienso, luego existo” en su obra el “Discurso del Método”. 

La locución se convirtió en un elemento fundamental del racionalismo occidental, el cual a su vez definió los parámetros del pensamiento moderno. 

COP21 Más acciones menos palabras

Los discursos que dieron los líderes del mundo en el arranque de la COP21 establecieron una expectativa muy alta para la cumbre.

“Un acuerdo en París debe incluir claramente a las naciones más pobres”, aseguró David Cameron, Primer Ministro del Reino Unido. 

Barack Obama reforzó lo anterior al comentar que los recursos financieros deben llegarle a los países que más lo necesitan, para que las poblaciones más vulnerables puedan resistir los actuales embates del clima, y exhortó a la audiencia diciendo:

“Ya, pongámonos a trabajar”.

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Cada vez más gobiernos que anteriormente se mantenían indecisos sobre su aproximación al problema del Cambio Climático se han pronunciado en favor de redoblar esfuerzos. 

La expectativa para que cambie la tradicional renuencia de países como China o Canadá a combatir el problema con firmeza, ha sido renovada por el cambio de visión del presidente de Estados Unidos. 

La postura de EU, uno de los grandes consumidores y productores de energía fósil en el mundo, es decisiva para apuntalar el progreso de la lucha contra el cambio climático.