El Ejército de Colombia estableció un corredor entre las comunidades de Cúcuta y Tibú, atrapadas en la violencia, y se ha unificado la seguridad bajo mando militar. Foto: Especial

¿A qué se debe el conflicto entre el ELN y las FARC?

En Colombia las negociaciones entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional fueron suspendidas y pobladores del Catatumbo evacuados después de la violencia provocada por la guerrilla

Las montañas colombianas no son ajenas a la violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y facciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que  detonaron una nueva ola de enfrentamientos que amenaza a la población local.

Al este de Colombia, en la frontera con Venezuela, la región del Catatumbo vivió el pasado  fin de semana uno de los episodios más sangrientos en la historia reciente del país. Los enfrentamientos entre los guerrilleros del ELN y miembros desmovilizados de las FARC provocaron la muerte de 80 personas y 20 heridas. Además, los ataques a varias comunidades rurales de la región han provocado el desplazamiento forzado de un número indeterminado de personas.

Mientras el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se trasladó a la zona y exhortó a los grupos armados a la desmovilización, el Ejército colombiano evacuó a familias y coordinó la respuesta de las Fuerzas Armadas para la asistencia humanitaria que requieren los desplazados.

Para Velásquez, “la prioridad es salvar vidas” y para ello se estableció un corredor entre las comunidades de Cúcuta y Tibú, atrapadas en la violencia, y se unificó la seguridad bajo mando militar con la intención de regresar al órden público en una región donde los recursos naturales y las plantaciones de hoja de coca la han hecho presa de las pugnas entre grupos armados desde hace años.

La doctora Claudia Edith Serrano, latinoamericanista y docente de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, señala que el despliegue de tropas de las Fuerzas Armadas colombianas no responde a un enfrentamiento directo con la guerrilla sino a un posicionamiento con la intención de prevenir una escalada de violencia aún mayor.

“Es necesario que haya una presencia de las instituciones castrenses del Estado colombiano, pues de otro modo el ELN, que no ha contribuido a crear un clima de paz mientras se logran destrabar los acuerdos, puede generar otras violencias que perjudicarían a la población civil; entonces, la idea del Ejército colombiano no es que entren a un fuego cruzado con la guerrilla sino que permanezcan en zonas donde aún no tiene presencia el ELN para que ellos puedan resguardar a la población”, anota la profesora.

Contradicciones entre el ELN y el gobierno colombiano

La violencia de este fin de semana creció de forma exponencial después de que el presidente Gustavo Petro suspendiera los diálogos de paz con el grupo guerrillero por segunda vez en menos de un año. De acuerdo con el gobierno de Petro, el ELN no tiene voluntad para negociar con las autoridades e incluso ha acusado al grupo armado de cometer crímenes de guerra en Catatumbo.

Según el gobierno colombiano, el ELN asesinó a cinco miembros desmovilizados de las FARC, montó una ofensiva coordinada en cinco municipios del Catatumbo y atacó a líderes sociales y civiles desarmados.

En contraposición con las aseveraciones del gobierno, el ELN se ha deslindado de las muertes de los exmiembros de las FARC y acusó a una facción del grupo desmovilizado de atacar a los firmantes de la paz en un intento por incriminarlos. De acuerdo con un comunicado emitido por el grupo armado, los exintegrantes de FARC han utilizado su posición como “firmantes de paz” para operar como militantes de otras facciones armadas y atacar a la población y otras comunidades organizadas; razón por la cual comenzaron los enfrentamientos.

La doctora Serrano explica que los procesos de paz y las desmovilizaciones de otras guerrillas en el país cambiaron las dinámicas entre los grupos armados colombianos que utilizaron para su financiación el control de zonas estratégicas del territorio.

“El enfrentamiento se explica por un reacomodo en zonas estratégicas. Normalmente la guerrilla controla zonas de carácter rural debido a su vinculación con la producción de sustancias ilícitas, como el cultivo de la hoja de coca; entonces, siempre ha existido esta rearticulación de los grupos armados para mantener el control de ciertas áreas; en el caso del Catatumbo había una mayor presencia de las FARC, y al estar desmovilizados desde el acuerdo de paz la intención del ELN es evitar que llegue otro grupo a apropiarse ese espacio”, apunta la especialista.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, pausó los diálogos de paz con el ELN por considerar que había cometido crímenes de guerra. Foto: Especial

Las complicaciones para la paz

La historia de los grupos guerrilleros en Colombia ha marcado la vida moderna del país; la lucha entre estos movimientos armados de izquierda, el gobierno y los grupos paramilitares de extrema derecha cobró la vida de al menos 220 mil personas entre 1958 y 2012, de acuerdo con Centro Nacional de Memoria Histórica.

Desde 2016, los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, la guerrilla más numerosa del país, lograron que el grupo depusiera las armas y se integrarán al sistema partidista colombiano; sin embargo, algunos de sus militantes decidieron no acogerse al armisticio y continuar con la lucha armada. El ELN argumenta que la ofensiva montada en estos días es en contra de las disidencias de las FARC que continúan con sus actividades.

Pese a su no inclusión en los procesos de paz que desmovilizaron a las FARC en 2016, el gobierno de Gustavo Petro implementó una mesa de negociación con el ELN desde 2022, y desde entonces ha intentado llegar a un acuerdo con el grupo guerrillero en cinco ocasiones.

La doctora Serrano aclara que los procesos de paz con estos grupos armados suelen ser muy complicados, pues no solamente buscan su desmovilización sino también la reparación del daño para las víctimas de sus actividades guerrilleras.

“Las guerrillas apelan por obtener una vía pacífica de participación política, pero siempre está en juego cómo se va a resarcir el daño, pues en este tipo de enfrentamientos siempre hay desapariciones forzadas y asesinatos a la población civil; entonces, los afectados demandan que se les lleve a la justicia pese a que exista un proceso de paz  y  los miembros de la guerrilla buscan que se garantice que su integridad sea respetada en procesos transparentes de justicia. Esto lo complica porque el gobierno apuesta por llevarlos a la justicia mientras para la población que sufrió sus actividades lo consideran como consecuencias muy laxas”, finaliza la académica.

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