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Volado en la Fed

Anunciará la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, un alza en su tasa de interés de referencia durante su reunión del 16 y 17 de septiembre? La respuesta podría ser encontrada arrojando una moneda al aire, en la opinión de algunos analistas.

Expertos como Bill Gross, cofundador de la administradora de activos Pimco y apodado “el rey de los bonos”, sugieren que las probabilidades de que la Fed, el banco central más influyente del mundo, alce su tasa o la mantenga en el mismo lugar son idénticas. 

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por ciento el intervalo en el cual se ha mantenido la tasas de interés de referencia de Estados Unidos, a un mínimo histórico, desde finales del 2008
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Anunciará la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, un alza en su tasa de interés de referencia durante su reunión del 16 y 17 de septiembre? La respuesta podría ser encontrada arrojando una moneda al aire, en la opinión de algunos analistas.

Expertos como Bill Gross, cofundador de la administradora de activos Pimco y apodado “el rey de los bonos”, sugieren que las probabilidades de que la Fed, el banco central más influyente del mundo, alce su tasa o la mantenga en el mismo lugar son idénticas. 

“La realidad es que un alza de tasas en septiembre es básicamente un volado”, dijo Guy LeBas, director de estrategia de renta fija en Janney Montgomery Scott, en entrevista con el diario The Wall Street Journal.

Para los mercados emergentes como México esta incertidumbre ha alimentado fugas de capital y fuertes depreciaciones. Un ejemplo que refleja esto es el peso mexicano, que se ha depreciado casi 15 por ciento frente al dólar en lo que va del 2015.

Por un lado, dando credibilidad a un escenario de alza en septiembre, los más recientes indicadores continúan mostrando una recuperación económica en Estados Unidos. Con la tasa de desempleo en 5.1 por ciento, su punto más bajo desde abril del 2008, el mercado laboral se encuentra en lo que la Fed considera pleno empleo.

Pero como contrapeso a esto la desaceleración económica en China y otros mercados emergentes, así como la volatilidad que recientemente se ha visto en los mercados financieros y el hecho de que la inflación en Estados Unidos sigue por debajo del objetivo oficial, justificarían el que la Fed postergara hasta diciembre su alza de tasas.

Paciencia vs. tardanza

Para Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Fed debería de “confirmar absolutamente” la salud de la economía antes de realizar un alza de tasas.

Durante una conferencia de prensa realizada el sábado en Turquía, Lagarde indicó que el FMI piensa que sería mejor “que no haya incertidumbre, ni por el frente de estabilidad de precios ni por el de empleo y desempleo, antes de que de hecho haga ese movimiento (en las tasas)”.

La advertencia de Lagarde parece alinearse con la postura del Banco Central Europeo (BCE), cuyo presidente, Mario Draghi, anunció una expansión a su programa de estímulo monetario esta semana.

Pero contrario a lo sugerido por Lagarde o Draghi, el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, indica que esperar hasta tener certeza absoluta es arriesgarse a llegar demasiado tarde. 

“Debido a que la política monetaria influencia la actividad real con un retraso sustancial, no deberíamos esperar hasta que la inflación regrese al 2 por ciento para comenzar a apretar (las tasas de interés)”, explicó Fischer durante el simposio económico anual organizado por la Fed en Jackson Hole, Wyoming.

Una postura aún más fuerte que la de Fischer proviene de Jeffrey Lacker, presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, quien la semana pasada indicó que la reducción de la holgura en el mercado laboral y el comportamiento de medidas de inflación de menor plazo justifican un alza de tasas en septiembre.

“No estoy argumentando que la economía sea perfecta, pero tampoco está contra las cuerdas, requiriendo tasas de 0 por ciento para que vuelva al cuadrilátero”, dijo Lacker el viernes durante un discurso, agregando que “es tiempo de alinear nuestra política monetaria con el progreso significativo que se ha hecho”.

La apuesta de Banxico

Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (Banxico), ha declarado en el pasado que el banco central mexicano está listo para alzar su propia tasa de interés de referencia cuando la Fed actúe, o incluso antes de esto si es necesario.

Actuar de forma adelantada podría minimizar la fuga de capital y depreciación del peso que históricamente han acompañado un alza de tasas en la Fed. 

Sin embargo, durante el simposio de la Fed en Jackson Hole, Carstens señaló que “es muy probable” que el alza de tasas de interés en México se de días después de una decisión similar en Estados Unidos.

Esto hace referencia al hecho de que los calendarios de ambos bancos centrales se encuentran casi alineados: tanto en septiembre como en diciembre las reuniones de Banxico están planeadas a menos de una semana de distancia posterior a las de la Fed.

Sin embargo, las minutas de la última reunión de Banxico muestran que uno de los cinco miembros de su junta de gobierno votó a favor de un alza de tasas, mientras que dos más dijeron que estarían dispuestos a hacer lo mismo si se presentarán grandes fugas de capital en el mercado mexicano de bonos.

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