Un éxito picante

Para muchos la salsa picante sriracha, de origen tailandés, es un excelente condimento. La popularidad de la salsa es tal que hasta existen recetarios dedicados totalmente a esta. 

Pero más allá de su popularidad culinaria, una compañía ha encontrado gran éxito gracias a ella.

Huy Fong Foods, una empresa estadounidense basada en California, produce la salsa sriracha más conocida en el mundo occidental. 

Con su característico empaque con la imagen de un gallo, su producto se ha vuelto altamente reconocible sin la necesidad de gastar en campañas publicitarias, y la popularidad de la receta utilizada les ha asegurado un gran volumen de ventas.

El sitio de noticias Quartz reporta que el año pasado Huy Fong Foods vendió 20 millones de botellas de salsa, obteniendo ganancias de aproximadamente 60 millones de dólares. 

Al mismo tiempo, las ventas siguen expandiéndose a un ritmo acelerado, y el crecimiento porcentual de estas alcanza anualmente los dobles dígitos.

David Tran, director ejecutivo de Huy Fong Foods, fundó su empresa hace 33 años en Los Ángeles, y asegura que su objetivo es simplemente “producir suficiente salsa fresca como para que quien sea que quiera (el producto) de Huy Fong pueda tenerlo. Nada más”.

La calidad manda

Actualmente, el negocio de las salsas picantes es una de las mayores industrias emergentes en el mundo. 

Tan solo en Estados Unidos, donde se encuentra entre las 10 industrias con el crecimiento más veloz en el país, las ventas globales de salsas picantes traen ganancias anuales que rondan los mil millones de dólares.

Para diferenciarse de sus competidores, Huy Fong Foods enfatiza la calidad de su producto, poniendo este objetivo por encima de la expansión en las ventas o el mayor reconocimiento de marca. 

Tran ha declarado orgullosamente que, gracias a la alta demanda, su compañía jamás ha gastado en vendedores o en publicidad.

Sin embargo, los factores que le han dado el éxito también limitan su crecimiento, pues los estándares de frescura empleados y su popularidad implican que hay una creciente disparidad entre la capacidad productiva de la empresa y la alta demanda por su salsa. 

Tan solo en el año pasado, la compañía procesó 45 millones de kilogramos de chiles en su producción de sriracha durante las 10 semanas que dura su temporada de cosecha. 

“Sólo podemos crecer tan rápido como nuestra habilidad para cosechar chiles crezca”, es como Tran lo ha explicado.