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de oportunidades

Ayer comenzaron en Washington las negociaciones entre los Estados Unidos y los 28 países de la Unión Europea para discutir los términos de un posible acuerdo comercial que tendría un impacto considerable sobre el comercio mundial. 

Bloomberg Businessweek reporta que el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) afectaría aproximadamente al 30 por ciento del comercio global. 

Ayer comenzaron en Washington las negociaciones entre los Estados Unidos y los 28 países de la Unión Europea para discutir los términos de un posible acuerdo comercial que tendría un impacto considerable sobre el comercio mundial. 

Bloomberg Businessweek reporta que el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) afectaría aproximadamente al 30 por ciento del comercio global. 

El acuerdo eliminaría 10.5 mil millones de dólares de aranceles y fomentaría el comercio, con un aumento estimado en 280 mil millones de dólares al año.

Aunque Bloomberg reporta que los negociadores de ambos lados del Atlántico desean lograr un acuerdo antes del final del 2014, es poco probable que la negociación finalice para entonces.

Discusiones como esta suelen tomar años, y los acuerdos requieren posteriormente ser ratificados por las legislaturas de los países participantes. Como referencia, el más reciente acuerdo comercial de Estados Unidos (con Corea del Sur) comenzó a ser negociado en 2006 y no fue finalizado hasta el 2011.

Posibles acuerdos

Si se logra concretar, el TTIP tendría efectos a ambos lados del Atlántico para diversas industrias. Los analistas esperan que las negociaciones se centren principalmente en materia de regulación, ya que las tarifas aduanales a ambos lados del Atlántico ya son bastante bajas.

En lo referente a agricultura y las industrias farmacéutica, de telecomunicaciones y automotriz, los negociadores buscan que se logre un empate entre los estándares y regulaciones de Estados Unidos y la UE, ya que las diferencias son causa de confusión y problemas. 

Sin embargo, es importante apuntar que en ciertos temas lo que se busca por ambas partes es incrementar la ventaja comercial que sus empresas tienen.

Adicionalmente, la UE y los bancos estadounidenses buscan que la regulación bancaria sea parte del tratado. El gobierno de Barack Obama se opone, ya que no quiere que las reglas más estrictas impuestas en Estados Unidos después del 2008 se debiliten.

¿Y para México?

José Antonio Meade, secretario de Relaciones Exteriores, declaró en junio que confía en que el TTIP preserve las ventajas e integración comerciales que México tiene en Norteamérica como parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). 

Del otro lado de la frontera, Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, ha indicado que el acuerdo con la UE no dañará la alianza preestablecida del TLCAN ni pondrá a este acuerdo en desventaja.

Pero a pesar de este discurso de cooperación, todavía no queda claro el rol que deberán tomar los socios comerciales de Estados Unidos, México y Canadá en el TTIP. ¿Se está quedando México fuera de la jugada?

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