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¿TLCAN para quién?

De acuerdo a Jorge Castañeda y a Carlos Heredia, los empresarios mexicanos realizan una tarea de ‘explotación patriótica’ para mantener bajos niveles salariales y asegurar la competitividad del país

“La democracia es cuando los indigentes, y no los dueños de la propiedad, son los gobernantes”
AristótelesFilósofo griego

Desde el exterior, la izquierda sindicalista canadiense y el Partido Demócrata de Estados Unidos critican que el modelo de competitividad de México está basado en gran medida en la perpetuación de un ingreso laboral miserable.

Las críticas se han vuelto demandas concretas. La representación de Canadá en la mesa de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) exigen una “homologación de estándares laborales” en la región. En pocas palabras, se pretende que México mejore gradualmente el salario y las condiciones de los trabajadores de la industria de exportación.

El gobierno y la iniciativa privada mexicana se han negado tajantemente. Bajo el pretexto de que se trata de un tema que responde a la dinámica del mercado, el equipo que comanda el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sostiene que se trata de una línea roja en la renegociación del TLCAN.

La negación ha llegado a tal grado que, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) declaró que existe la posibilidad de que México se levante de la mesa de negociaciones. Las palabras de Castañón no sólo hacen eco de la reticencia del sector privado a cambiar un modelo que condena al 84.6 por ciento de la población a ganar hasta tres salarios mínimos al día, según cifras de Coneval.  La opinión del CCE también refleja que el empresariado mexicano es el grupo nacional mejor representado en el rediseño del TLCAN.

“Cómo mejorar el TLCAN”

En ese sentido, en un momento en el que la hostilidad de la renegociación se ha vuelto evidente y que las conversaciones han llegado a un impasse, Jorge Castañeda y Carlos Heredia proponen un nuevo enfoque que permitiría, simultáneamente, mejorar las condiciones de los trabajadores mexicanos y satisfacer las necesidades  políticas que mantienen  Estados Unidos y Canadá en relación al TLCAN.

Castañeda, un intelectual público que fungió como secretario de Relaciones Exteriores en la primera mitad del sexenio de Vicente Fox, propone junto con Heredia, un exdiputado federal del PRD, que el libre acceso de los productos mexicanos al mercado TLCAN esté condicionado a la mejora salarial gradual de sus trabajadores.

En una artículo publicado en el portal Project Syndicate, se expone que el verdadero dilema comercial ha dejado de ser el del proteccionismo contra el liberalismo, como lo suponen el gobierno y la élite mexicana, representada en el CCE. Más bien, el dilema yace en si los tratados de libre comercio son cartas de derechos para el capital o para las personas.

Tres días después de tomar el poder, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos se retiraría del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su siglas en inglés). Fue el cumplimiento de una promesa de campaña. Para la base electoral del presidente, el TPP significaba una carta abierta para los intereses de las grandes corporaciones. A su manera de ver las cosas, las demandas de los sindicatos y de los consumidores no estaban contempladas en el que habría sido el mayor acuerdo comercial en la historia (los signatarios representaban el 40 por ciento de la economía global).

Los tratados de libre comercio se convirtieron en sinónimos de acuerdos entre élites que sólo benefician a una minoría. En México esta percepción no tendría que ser muy diferente a la de los reclamos de los sindicatos y comunidades industriales de Estados Unidos y Canadá.

La narrativa que propone la base electoral de Trump sugiere que México ha sido el gran ganador del TLCAN. Sin embargo, habría que ser más específico, ya que las ganancias de la productividad derivadas de la competitividad que ofrece el marco legal se concentran en el empresariado. Sander Levin, un congresista demócrata de Michigan, refiere que mientras la productividad en México creció 80 por ciento entre 1994 y el 2011, el salario real decreció en un 20 por ciento.

Estados Unidos y Canadá tienen un interés en reducir la brecha salarial con México, cuyos trabajadores del sector exportador ganan en promedio 2.30 dólares la hora, un salario más bajo que el de los empleados de manufactura en China y nueve veces menor al de sus contrapartes de la región TLCAN.

“Explotación patriótica”

Castañeda y Heredia argumentan que la iniciativa privada ha tomado una postura de “explotación patriótica”, en la que los empresarios asumen la obligación de mantener los salarios bajos para garantizar condiciones propicias de inversión y competitividad.

No obstante, los críticos del modelo mexicano, como Sander Levin, aseguran que las condiciones de pobreza laboral se explican en mayor medida por las acciones del gobierno mexicano para impedir sistemáticamente la formación de sindicatos independientes que negocien mejoras graduales al salario y las condiciones laborales.

En 1994, año en que entró en vigor el TLCAN, se registraron 472 huelgas en el país, de acuerdo al INEGI. En el 2016, la cifra se desplomó a 46.

El TLCAN ha hecho de México una potencia manufacturera de exportación. Se espera que el país se convierta en el quinto mayor productor de autos para el 2020.

Sin embargo, el trabajador mexicano no ha sido uno de los beneficiarios del desarrollo e industrialización que ha traído consigo el tratado. Prueba de ello es que el sector laboral es uno de los rubros de la economía mexicana que no ha logrado sobreponerse a la crisis de 2008-2009. De acuerdo a datos del Coneval, el poder adquisitivo del ingreso laboral ha caído alrededor de 12 por ciento desde el segundo trimestre del 2007.

Castañeda y Heredia son claros: los tratados de libre comercio deben resolver los problemas de los ciudadanos ordinarios, no representar meras cartas de derechos corporativos.

“Contrario a la creencia popular, el verdadero dilema del comercio global de nuestro tiempo no es el del liberalismo contra el proteccionismo, sino el de los derechos del capital contra los derechos de las personas”
Jorge Castañeda/Carlos HerediaExsecretario de Relaciones Exteriores/Exdiputado federal por el PRD

Cómo mejorar el TLCAN

Jorge Castañeda y Carlos Heredia consideran que el rediseño del acuerdo debe condicionar el acceso al mercado regional de las exportaciones mexicanas a la mejora gradual de las condiciones laborales en el país. Consulta su artículo aquí: http://bit.ly/2xC0rXy

Derechos del capital vs. Derechos de los trabajadores

2.30
Dólares la hora es el salario promedio del trabajador mexicano de la industria de exportación, nueve veces más bajo que en Estados Unidos y Canadá
-12.3%
Ha caído el poder adquisitivo del ingreso laboral en México desde el segundo trimestre del 2007, según datos del Coneval
80%
Creció la productividad en México entre 1994 y 2011, de acuerdo a datos del congresista demócrata Sander Levin
-20%
Cayó el salario real de los trabajadores mexicanos entre 1994 y 2011, de acuerdo a datos del congresista demócrata Sander Levin
472
Huelgas se registraron en 1994, de acuerdo al INEGI
46
Huelgas se registraron en 2016, de acuerdo al INEGI
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