Nos toca la explicación

La pérdida de credibilidad de Donald Trump apunta a que las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) serán con un lenguaje de cooperación; pero aún así persiste la oposición al tratado en ciertos sectores de Estados Unidos.

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo declaró la semana pasada, en un foro, que la defensa del tratado comercial “no sólo está en manos de México”, sino que corresponde hacer la tarea a los sectores empresarial y productivos de Estados Unidos, como ha quedado demostrado en los pasados cien días.

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Representa el déficit comercial respecto al volumen total de comercio entre Estados Unidos y México
“Cualquier mejora debe ofrecer una integración fluida con el TLCAN existente (…) Cualquier cambio debe dar amplio tiempo de transición para que las empresas puedan cumplir conforme trabajan con los gobiernos para incorporar los cambios a sus prácticas y procedimientos”
Cúpula empresarial de EU
La defensa del acuerdo trilateral por el lado mexicano, estará sustentada en tres pilares-objetivos; uno de ellos, que se reconozca que el TLCAN ha beneficiado a las tres naciones

La pérdida de credibilidad de Donald Trump apunta a que las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) serán con un lenguaje de cooperación; pero aún así persiste la oposición al tratado en ciertos sectores de Estados Unidos.

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo declaró la semana pasada, en un foro, que la defensa del tratado comercial “no sólo está en manos de México”, sino que corresponde hacer la tarea a los sectores empresarial y productivos de Estados Unidos, como ha quedado demostrado en los pasados cien días.

La defensa del acuerdo trilateral por el lado mexicano, estará sustentada en tres pilares: uno de ellos, que se reconozca que el TLCAN ha beneficiado a las tres naciones, porque no se puede sentar al país “en el banquillo de los acusados como el único ganador”; el segundo objetivo es incluir los nuevos temas de la economía mundial, como el comercio electrónico, las telecomunicaciones, la propiedad intelectual, los derechos laborales y ambientales.

Por último, refirió el asunto de la democracia, porque cada país debe someter la renegociación a sus congresos, ya que expicó que a diferencia de hace 22 años, en México dejó de existir un solo partido como hegemonía política porque cuando se negoció el tratado, el ejecutivo contaba con la mayoría del Congreso, ya que pertenecía al mismo partido, pero ahora no es así, por lo que cada país debe tomar en cuenta sus “restricciones políticas”. 

Ventana de oportunidad

El 16 de agosto fue la fecha establecida para el arranque formal de las pláticas, pero antes se realizará la reunión interparlamentaria México-Estados Unidos del 4 al 6 de junio en la Ciudad de México, lo que abre una ventana de oportunidad para sensibilizar a los legisladores estadounidenses de la importancia de la permanencia del acuerdo comercial y de que beneficie por igual a los países socios. Mientras que en el vecino país del norte, un grupo de líderes empresariales envió una carta al representante comercial de la Casa Blanca, Robert Lighthizer, para abogar por preservar el TLCAN, como un acuerdo trilateral, y evitar que en la renegociación se rompan las cadenas de suministro en Norteamérica.

La misiva fue firmada por los presidentes de la Asociación Americana de Ropa y Calzado (AAFA), la Asociación de Líderes Industriales ( RILA), la Federación Nacional de Menudistas y la Asociación de la Industria de la Moda (Usfia).

“Cualquier mejora debe ofrecer una integración fluida con el TLCAN existente (…) Cualquier cambio debe dar amplio tiempo de transición para que las empresas puedan cumplir conforme trabajan con los gobiernos para incorporar los cambios a sus prácticas y procedimientos”, solicitaron en el escrito.

Este llamado de la cúpula empresarial estadounidense coincidió con el proceso de la ronda de consultas de Lighthizer con los comités del Congreso, que tienen relación con el asunto comercial.

La principal oposición al pacto mercantil por parte del presidente de Estados Unidos radica en el déficit comercial de ese país con México, que al cierre de 2016 ascendió a 63 mil millones de dólares, una cifra superior a los 54 mil 600 millones de dólares de 2013. Al respecto, la cancillería mexicana  citó que EU registra un déficit moderado con México, el cual representa el 12 por ciento del volumen total de comercio entre ambas naciones.

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