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Se cumplen dos años de la visita de Trump a México, ¿cómo va la relación?

Este viernes se cumplen dos años de que el republicano sostuvo un encuentro con el presidente de México en este país, una decisión de política exterior que sentó un precedente en la relación bilateral entre ambos países

“Es una relación que se ha deteriorado por lo impredecible que es el mandatario republicano”
Raymundo TenorioCofundador del Centro de Estudios Interdisciplinarios y Prospectiva

Nadie la olvida. El 31 de agosto de 2016, el mandatario mexicano recibió en Los Pinos al entonces candidato presidencial Donald Trump, en medio de un descontento social generado por la retórica antimexicana del aspirante. La visita dejó una foto oficial y una oleada de reacciones negativas

Hoy, a dos años de distancia, el país mantiene una ríspida relación con su principal socio comercial marcada, principalmente, por los ataques del estadounidense.

“México se encuentra en uno de los momentos más complicados y desafiantes en la historia de la relación bilateral con Estados Unidos”, dice Arlene Ramírez-Uresti, internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca.

“El presidente Trump ha sido muy agresivo contra México y se ha caracterizado por hacer una política según su estado de ánimo”
Arlene Ramírez-UrestiInternacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca

El encuentro entre el neoyorquino y el mandatario mexicano generó la molestia del 88.2 por ciento de los mexicanos, según Consulta Mitofsky.

En días pasados, el presidente de México admitió en un video que subestimó el “resentimiento social” hacia Donald Trump, aunque reconoció que la visita tuvo resultados positivos.

La justificación del jefe de Estado fue que el discurso “agresivo” del entonces candidato estaba teniendo un “impacto negativo en las finanzas públicas” de México

Durante 2016, los comentarios y tuits del republicano llevaron al peso a caer a su peor nivel y tras su triunfo electoral, la moneda se convirtió en la divisa con el peor desempeño a nivel mundial.

La también doctora en relaciones internacionales considera que el costo político del encuentro fue alto, pero no había otra opción, ya que el futuro de la relación bilateral entre los países dependía en gran medida de esa decisión.

“El haber aceptado fue un error necesario. De una forma u otra tenía que ocurrir por el escenario que se avecinaba con la renegociación del TLCAN y la agenda migratoria”, precisa Ramírez-Uresti.

Relación complicada

Desde antes de su campaña presidencial, Trump amenazó con levantar un muro en la frontera con México y aunque esto no ha prosperado, sí ha endurecido la política migratoria del país.

Además, amenazó a las empresas estadounidenses de abstenerse a invertir en otros mercados, en particular en el mexicano, y de hacerlo se les obligaría a pagar un impuesto.

Esto provocó que algunas firmas suspendieran proyectos o trasladarlos. Pero, hubo algunas que permanecieron en México, a pesar de las intimidaciones.

Una medida para retener a las empresas en Estados Unidos fue impulsar la reforma fiscal, la cual entró en vigor en enero pasado.

El principal atributo de esta iniciativa fue la reducción de 35 por ciento a la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) corporativo

No obstante, el ajuste tributario no ha dado muchos resultados, debido a que varias compañías aún analizan si permanecen en sus actuales mercados o se trasladan a territorio estadounidense.

Raymundo Tenorio, analista económico del Tec de Monterrey, explica que esto responde a que en esta decisión intervienen otros factores relacionados con el cierre de las negociaciones del TLCAN y los aranceles a las importaciones de acero y aluminio.

“Las empresas están esperando, pero en cuanto haya una mayor certeza de lo que ocurrirá es muy probable que veamos movimientos”, expone el también cofundador del Centro de Estudios Interdisciplinarios y Prospectiva (CEIP).

El impacto económico para el país también se ha visto con las inversiones extranjeras. El académico asegura que la retórica del republicano ha inhibido los nuevos flujos y la reinversión de las firmas trasnacionales estadounidenses.

Asimismo, las regulaciones fitosanitarias se endurecieron para productos originarios de México.

Un elemento clave en la ecuación es la política de ‘tuitazos’ del presidente estadounidense, la cual ha generado un desequilibrio en los mercados financieros.

“Sus tuits se han convertido en una montaña rusa que ha ocasionado un deterioro en el tipo de cambio y en la estabilidad financiera de México”, agrega Tenorio.

¿Por fin amigos?

El triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las elecciones del 1 de julio fue bien recibido por el estadounidense o al menos eso es lo que ha dejado entrever en las últimas semanas.

Las muestras de ‘aprobación’ se expresaron desde el día en que se dio a conocer el virtual triunfo del político tabasqueño.

Trump felicitó al morenista en un mensaje publicado en su cuenta personal de Twitter y externó sus deseos de “trabajar con él” en favor de ambos países.

Hasta ahora, el gesto más representativo ha sido la visita de una delegación del gobierno estadounidense el pasado 13 de julio a territorio azteca.

En la reunión, que tuvo lugar en la casa de campaña de AMLO, estuvieron presentes el secretario de Estado, Mike Pompeo; los de Tesoro, Steven Mnuchin, y de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, así como Jared Kushner, yerno y mano derecha del Jefe de Estado de la nación más poderosa del mundo, además de otros funcionarios de alto nivel.

Para Arlene Ramírez-Uresti, del Tec de Monterrey, campus Toluca, esta visita fue anticipada, pues ocurrió cuando el presidente electo aún no había recibido la constancia de mayoría por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

“Fue precipitado que AMLO se reuniera con miembros del gabinete del presidente Trump. En este caso, la opinión pública no fue tan dura y no criticó, al contrario, la reacción fue positiva y le dio el aval de que se sentaran en la misma mesa”.

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