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¿Regreso al pasado?

Aunque con poca difusión y tomada en cuenta por pocos, la Estrategia Nacional de Energía tiene implicaciones importantes  para el futuro del país. 

En sentidos llanos, lo propuesto por la nueva administración del presidente Enrique Peña Nieto es una vuelta en U a la política energética del sexenio pasado.

Por ejemplo, se espera la creación de energía nuclear, un proyecto al que se le había puesto un alto en el 2011 durante la administración de Felipe Calderón. 

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por ciento se perdió en energía por factores “no técnicos” en el 2011
La inundación del mercado con gas shale barato de Estados Unidos hace poco rentables los proyectos en México
Algunos analistas ven poco viable solucionar los problemas energéticos del país por medio de la energía nuclear, pues ésta es muy cara por el costo fijo que implica construir una planta

Aunque con poca difusión y tomada en cuenta por pocos, la Estrategia Nacional de Energía tiene implicaciones importantes  para el futuro del país. 

En sentidos llanos, lo propuesto por la nueva administración del presidente Enrique Peña Nieto es una vuelta en U a la política energética del sexenio pasado.

Por ejemplo, se espera la creación de energía nuclear, un proyecto al que se le había puesto un alto en el 2011 durante la administración de Felipe Calderón. 

La razón es que la energía nuclear resulta muy cara por el costo fijo que implica construir una planta. 

De hecho, analistas de la industria energética ven como poco probable la intención de solucionar los problemas energéticos del país por medio de la energía nuclear. 

Lo mismo sucedió en el 2011, cuando los planes para construir 10 reactores nucleares para el 2028 fueron esencialmente desechados por la inversión en plantas de gas natural y ductos. 

El factor costo tuvo algo que ver, pero también el hecho de que existía un potencial interno para perforar gas “shale” en el norte del país. 

Enfoque ¿nuevo?

Como muchas administraciones pasadas, y gobiernos en todo el mundo, un enfoque importante es producir energía renovable. 

La nueva estrategia nacional pone como meta un 35 por ciento de uso de energía renovable para el 2024, algo que parece difícil de lograr en los ojos de diversos analistas. 

También se reciclan algunos ejes de administraciones pasadas, como “impulsar” a la industria nacional y la meta de ser autodependientes energéticamente. 

Un reemplazo al gas

Otro tema que resalta en el documento de 73 páginas es el evidente temor hacia el gas shale que Estados Unidos produce cada vez en mayor cantidad. 

Como adelantó Reporte Indigo en noviembre del año pasado, el precio del gas natural ha bajado más de 50 por ciento gracias a un incremento importante de la oferta estadounidense. 

Tan solo en Texas, existen miles de pozos queya extrayendo el gas para uso doméstico y exportación. Lo anterior implica que se han estado construyendo proyectos alrededor de la oferta barata, como nuevas plantas y ductos para usar el energético relativamente barato.

Si bien se podría reemplazar al gas con alternativas mexicanas, pues geográficamente existen también áreas aprovechables en el norte del país, la dinámica de oferta ya existente hace que la mejor opción simplemente sea comprar al vecino del norte. 

La inundación del mercado con gas barato de Estados Unidos hace poco rentables los proyectos en este lado de la frontera.

Es decir, a pesar de tener una de las reservas más grandes en el mundo, al menos en el corto y mediano plazo México tendrá que continuar importando el energético.

Bajo esos escenarios, se esperan ganancias importantes para las empresas que proveen servicios de distribución en México del gas natural o construyen ductos para transportar la creciente demanda.

De hecho, se espera un crecimiento de más de 10 por ciento en la industria de ductos en el presente año y al menos un 3 por ciento de crecimiento en la generación de energía por medio de gas natural. 

El reporte señala implícitamente que se necesita más inversión en gasoductos, puesto que la expansión del sistema ha sido “limitada” desde la creciente demanda registrada a mediados de los 90.

Mayor cantidad de ductos también proveería de una manera más barata de distribuir los energéticos, potencialmente reduciendo los precios a lo largo del país.

Factor inseguridad

Pero además de cuestiones de producción, otro factor que parece estar golpeando duramente los bolsillos del sector energético del país es el asociado a las prácticas ilícitas. 

En el reporte se asegura que “uno de los mayores impactos en las finanzas de las  empresas del sector se encuentra relacionado con las pérdidas no técnicas de energía”, es decir, desperdicio en distribución o por robos. 

El mismo documenta detalla que ha crecido el robo del combustible y la evasión del pago de energía, mientras que se cuenta con insuficientes recursos y personas dedicadas a perseguir el delito. 

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Energía, las pérdidas asociadas a problemas no técnicos se han incrementado sustancialmente de un 4.7 por ciento en el 2000 a un 7.6 por ciento en el 2011.

Es decir, la nueva administración, como todas las anteriores, habla de una estrategia que en los ojos de muchos parece por demás difícil de lograr. 

Cabe la posibilidad de que la estrategia simplemente sea parecida a la infinidad de planes publicados, pero no priorizados en la práctica, por la política pública. 

En este caso, como muchos analistas lo han hecho, no queda más que esperar una política energética parecida a la que hemos seguido durante años. 

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