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Reformar la reforma

En febrero de este año, el Gobierno federal sometió a Pemex a cirugía. Se removió a Emilio Lozoya de la dirección general y se nombró a José Antonio González Anaya, cuyo historial en el sector público estaba marcado por una gestión de reducción de costos y saneamiento financiero en el IMSS.

 

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millones de barriles diarios será la producción petrolera de Pemex en el 2020, según Morgan Stanley, una baja respecto de los 2.1 millones de barriles que se producen diariamente en la actualidad
Los negocios son una combinación de guerra y deporte”
André MauroisEscritor francés
La baja continua en la producción petrolera expone fallas en el marco regulatorio y fiscal de la reforma de 2014 que acabó con décadas de monopolio estatal y buscaba la muy necesitada inversión extranjera”
Reporte de Morgan Stanley
Existen oportunidades para incrementar la producción, pero no hay dinero para hacerlo” 
George BakerAnalista de Mexico Energy
Intelligence

En febrero de este año, el Gobierno federal sometió a Pemex a cirugía. Se removió a Emilio Lozoya de la dirección general y se nombró a José Antonio González Anaya, cuyo historial en el sector público estaba marcado por una gestión de reducción de costos y saneamiento financiero en el IMSS.

 

La firma petrolera mexicana se encontraba en el punto más crítico en su historia. La prima de riesgo de los bonos de Pemex se elevó considerablemente, lo que significó una amenaza para la estabilidad de los instrumentos de deuda del Gobierno federal, dada su alta correlación con los títulos de Pemex.

 

La nueva dirección anunció un ambicioso programa de recorte al gasto presupuestario con el fin de preparar a la compañía para ser competitiva en el marco de la Reforma Energética.

 

Cuando González Anaya dio a conocer la nueva estrategia de Pemex, emitió dos pronunciamientos clave. El primero, que la compañía no enfrentaba un problema de solvencia, sino de liquidez. El segundo, que la Reforma Energética representaba la mayor fortaleza de Pemex.

 

Seis meses después de que se hizo este anuncio, un reporte del banco Morgan Stanley, firmado por el Jefe de Investigación de Petróleo Martijn Rats, pone en tela de juicio estos pronunciamientos. El análisis concluye que las finanzas y la producción de Pemex continuarán su tendencia de deterioro.

 

Se argumenta que esta trayectoria, aunada a la debacle del mercado petrolero que inició a mediados del 2014, resalta las debilidades de la Reforma energética.

 

Crisis de efectivo

 

De acuerdo a Morgan Stanley, el primer pronunciamiento de González Anaya tiene un trasfondo estructural más grave. 

 

Pemex presenta un severa crisis de efectivo, mucho peor que la de compañías energéticas estatales similares a la firma mexicana. La agencia Bloomberg, la cual obtuvo el reporte de Morgan Stanley, estima que el flujo de efectivo negativo de Pemex será de 22 mil millones de dólares en el 2016. 

 

En comparación, la colombiana Ecopetrol y la rusa Rosneft presentan flujos de efectivo positivos. Asimismo el déficit de efectivo de Petrobras y de la firma argentina YPF apenas rebasa los mil millones de dólares.

 

El boquete de efectivo en Pemex no sólo obedece a la coyuntura de bajos precios petroleros, que han caído más de 50 por ciento en los últimos dos años. Esto también se debe a que la producción petrolera de Pemex ha seguido una trayectoria de declive en la última década.

 

Actualmente, la firma mexicana produce 2.1 millones de barriles diarios. Para el 2020, Morgan Stanley espera que esta cifra se reduzca a 1.6 millones de barriles diarios, la mitad del nivel de producción máximo alcanzado en 2004.

 

George Baker, analista de la firma Mexico Energy Intelligence, señaló a Bloomberg que existen muy pocas probabilidades de que Pemex pueda revertir esta tendencia en el corto plazo: “Existen oportunidades para incrementar la producción, pero no hay dinero para hacerlo”.

 

Un caída en la producción de esta magnitud pone en riesgo la solvencia de largo plazo de Pemex, considerando el entorno adverso: la firma cuenta con una deuda total de casi 100 mil millones de dólares, sus dos principales yacimientos se encuentran en la fase final de su actividad productiva, la fragilidad del flujo de efectivo limita las alianzas estratégicas que podrían ayudar a Pemex a revertir la baja producción, además de que Morgan Stanley considera que la falta de tecnología y de fondos para operar abonan a esta coyuntura crítica.

 

Reforma 2.0

 

El segundo pronunciamiento de José Antonio González Anaya de que la reforma es la mayor fortaleza de Pemex, hace referencia a las potenciales alianzas estratégicas de la firma. En ese sentido, la figura del Farmout, donde Pemex cede el control y una parte de los derechos a otra compañía para que explote campos que ya le han sido asignados a la firma mexicana, emerge como una ventana de oportunidad.

 

El problema, según Morgan Stanley, es que la reestructuración financiera de Pemex inhibe el potencial de estas oportunidades.  En los últimos dos años, la gerencia de la petrolera mexicana ha realizado una reducción al gasto de 162 mil millones de pesos.

 

Además, Morgan Stanley argumenta que la reforma ha perdido su atractivo inicial: “Esperamos ver algunos asuntos preocupantes en los que el sector privado se mostrará titubeante respecto a su compromiso de largo plazo con México”.

 

El banco es tajante en su análisis: “La baja continua en la producción petrolera expone fallas en el marco regulatorio y fiscal de la reforma de 2014 que acabó con décadas de monopolio estatal y buscaba la muy necesitada inversión extranjera”.

 

En ese sentido, la recomendación de Morgan Stanley es realizar una “Reforma Energética 2.0”: “Una Reforma Energética revisada deberá estar en la agenda de la siguiente administración”.

 

En un momento en el que la baja del valor del petróleo ha cambiado el paradigma de la industria de acumular reservas petroleras como un fin en sí mismo, estas preocupaciones regulatorias representan un riesgo adicional para el éxito de la reforma energética.

 

De acuerdo a la firma de consultoría energética Wood Mackenzie, las firmas petroleras globales han reducido su gasto en nuevas inversiones y proyectos en un billón de dólares en los últimos dos años.

 

Además, en la competencia por inversiones en nuevos proyectos alrededor del mundo, México no se encuentra posicionado de la mejor manera. Según Pemex, el costo esperado promedio del portafolio de reservas de la compañía es de 23 dólares por barril.

 

Scott Sheffield, director general de Pioneer Natural Resources, dijo recientemente que el costo promedio de producción de un barril de petróleo en la cuenca shale Permian en Texas es de 2.25 dólares.