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Modelo alemán

“Me encuentro trabajando en una empresa familiar alemana, que ha mantenido su tradición a lo largo de sus 251 años de operación. La cantidad de extranjeros es escasa, lo que me ha permitido sumergirme al mundo laboral alemán puro.

Una cosa he aprendido y me ha quedado muy clara, más tiempo de trabajo no significa mayor productividad. Los alemanes tienen una cantidad de días festivos que da envidia, con más de cinco “puentes” al año, además de 30 días laborales de vacaciones al año. Con todo esto, mantienen una competitividad elevada en el mundo.

“Me encuentro trabajando en una empresa familiar alemana, que ha mantenido su tradición a lo largo de sus 251 años de operación. La cantidad de extranjeros es escasa, lo que me ha permitido sumergirme al mundo laboral alemán puro.

Una cosa he aprendido y me ha quedado muy clara, más tiempo de trabajo no significa mayor productividad. Los alemanes tienen una cantidad de días festivos que da envidia, con más de cinco “puentes” al año, además de 30 días laborales de vacaciones al año. Con todo esto, mantienen una competitividad elevada en el mundo.

El desarrollo profesional, creo yo, ha tomado prioridad en nuestras vidas mayor al propio desarrollo personal. Uno puede caer a manejar su vida en torno al trabajo en una cultura en donde, supuestamente, el tiempo dedicado es directamente proporcional con la calidad. Aquí en Alemania te dan todas las comodidades para que no lo hagas y puedas tener tiempo libre.

Incluso dentro de la empresa existen muchos recesos. Pausas para café en donde todo el departamento se reúne, pausa para comer, que dura mucho más que la media hora que se registra. Pero en el tiempo de trabajo, solo eso se hace. Al saber que tienes tiempo limitado, organizas tu vida con mayor productividad.

Creo firmemente en este estilo de trabajo y la cantidad de efectos positivos que desenlaza en el trabajador y la empresa. Debes tener vida fuera del trabajo sin sacrificar algo. No se trata de aquel triángulo del estudiante en la que debe elegir dos opciones de tres: calificaciones, vida social o dormir.

Alejandro García es estudiante de Ingeniería Química del ITESM. Trabaja en Faber Castell en Nuremberg, Alemania.

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