Miguel de la Madrid: La herencia del libre mercado

Miguel de la Madrid será recordado por muchas cosas.
Pero sin duda una de las huellas más marcadas de su administración fue que su sexenio representó el período con la mayor inflación en la historia moderna del país.
Y es que durante su gestión el nivel de ese indicador llegó a promediar 100 por ciento anual.

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Dólares por barril era el precio en 1982. Cae en 1988 a 16.27 dólares por barril.

Miguel de la Madrid será recordado por muchas cosas.
Pero sin duda una de las huellas más marcadas de su administración fue que su sexenio representó el período con la mayor inflación en la historia moderna del país.
Y es que durante su gestión el nivel de ese indicador llegó a promediar 100 por ciento anual.
Sin embargo, hay quienes también reconocen que fue durante su sexenio cuando el país vivió una transición clave, económicamente hablando.
Fue entre 1982 y 1988 cuando De la Madrid decidió seguir el ejemplo de algunos líderes mundiales de su época quienes emplearon –en sus propios países– políticas económicas liberales.
Es decir, de tener un Estado con una gran injerencia en la economía se adquirió una política de libre mercado lo que en el corto y largo plazo significó un cambio radical en la forma de gobernar al país.
Sí, es verdad que el gobierno delamadrista podrá ser cuestionado en muchos aspectos. Pero en el caso particular de sus políticas económicas se puede decir que fue un presidente modernizador.
Y es que su período presidencial estuvo lleno de sobresaltos económicos que en parte fueron fruto de las malas administraciones que le antecedieron.
La nacionalización bancaria llevada a cabo por López Portillo, el control de cambios y el gasto excesivo de gobierno representaron una pesada losa para Miguel de la Madrid.
Por si esto no fuera suficiente a mitad de su sexenio se sufrió el temblor más devastador de la historia del país.
Y si el dato de la inflación llegó a acaparar los titulares en su administración –a decir de muchos– tuvo el tino de emplear ideas económicas modernas que en su momento desafiaron la tradición Keynesiana tan bien acogida en las décadas anteriores.
De la Madrid decidió seguir el ejemplo de países como Estados Unidos e Inglaterra quienes ya habían roto con la tradición económica Keynesiana.
Pero, ¿en qué consistió esta transformación que se le acredita a De la Madrid?
¿En qué contexto se dio este cambio?
Analicemos.

DE KEYNES A DE LA MADRID
Cuando Miguel de la Madrid apenas era candidato, las enseñanzas de John Maynard Keynes ya comenzaban a ser cuestionadas en algunos países.
Después de la Segunda Guerra Mundial las enseñanzas de este economista se habían tomado como verdad absoluta.
La teoría de que el uso de mayor gasto gubernamental representaba el principal motor de la economía, fue la predominante en el mundo durante mucho tiempo.
Y efectivamente, de esta manera se generó crecimiento sostenido por décadas. Hasta que finalmente llegó un punto de quiebre donde se tuvo –al mismo tiempo– un aumento sostenido en precios y una baja en el empleo.
Esto generó la crítica de economistas como Milton Friedman quien revivió la teoría desarrollada por Friedrich Hayek quien optaba por un liberalismo económico.
Aunque Friedman admiraba el valor de las ideas de Keynes, insistía que se habían vuelto obsoletas con el paso del tiempo.
Para economistas como Friedman acatar las ideas de Keynes había llevado a un alto nivel de gasto gubernamental en muchos países aunado a un alto proteccionismo nacional, sindicatos de alto poder y una gran cantidad de empresas paraestatales.
En resumen, el rol del gobierno en la actividad económica era predominante.
Sin embargo las cosas comenzaron a cambiar y ante la nueva visión económica entró en vigor una nueva corriente de libertad económica en las políticas de gobierno.
No es casualidad que las ideas de Ronald Reagan en Estados Unidos (1981-1989) y de Margaret Thatcher en Inglaterra (1979-1990) hayan sido tan semejantes y en la misma época.
Ambos gobiernos se caracterizaban por emplear distintos factores: reducción de impuestos y gasto gubernamental, intento de mantener inflación baja, privatización de industrias y la reducción de la regulación gubernamental.
A los pocos meses, México intentaría entrar en esa misma tendencia con resultados que aún están en la mesa de debate.

LAS MEDIDAS Y LAS CRÍTICAS
A principios de la década de los ochenta la liberalización económica no era un tema bien recibido.
Sin embargo, Miguel de la Madrid tomó la decisión de adoptar las medidas que se estaban llevando a cabo en otros países e implementarlas en México.
Para muchos, gracias al cambio radical en las políticas económicas, se logró detener el problema de endeudamiento que se había venido generando desde los sexenios anteriores.
Y es que Miguel de la Madrid llevó a cabo la eliminación del control de cambios establecidos por López Portillo.
Esto significó que el tipo de cambio sería dictado de nuevo por el mercado por lo que habría menos distorsiones en el comercio exterior.
Otra de las medidas que se acreditan a este sexenio fue la privatización de empresas estatales que tan sólo en seis años se redujeron de mil 551 a 413.
Además se promovió la desregulación de mercado y la descentralización del poder y se sentaron las bases para la reprivatización de la Banca.
Miguel de la Madrid desarrolló un plan de austeridad para mantener las finanzas públicas en niveles estables y se le considera pionero al estimular el comercio exterior cuando logró que México entrara al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio).
Para muchos, De la Madrid aplicó políticas económicas correctas que en su momento fueron muy criticadas debido a los sacrificios de corto plazo que se tuvieron que hacer.
Esto –dicen los defensores del ex presidente mexicano– también lo vivió Margaret Thatcher durante su período como primer ministro de Inglaterra.
¿Los frutos de las decisiones de Miguel de la Madrid seguirán generando beneficios para la economía mexicana?
La historia apenas comienza a juzgarlo.