La píldora que ‘alivia’ la economía

La pastilla anticonceptiva, descubierta gracias a una tesis de un estudiante mexicano en 1925,  ha causado una buena cantidad de polémica. 

Desde su aprobación en Estados Unidos en 1959 y comercialización en 1960 ha sido objeto de dura crítica  religiosa. Recientemente se debatía entre los aspirantes a ocupar la presidencia de ese país si los seguros públicos deberían pagar el uso de ella.

En México, un país con mayor cantidad de católicos, el debate ha sido menor, y se enfoca en la moralidad respecto al uso de métodos para inhibir la reproducción.

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Porcentaje de reducción de la brecha de ganancias entre géneros gracias a la píldora anticonceptiva, en 1990.
Diversos estudios económicos han demostrado que la píldora anticonceptiva permite a las mujeres mayor poder de decisión.

La pastilla anticonceptiva, descubierta gracias a una tesis de un estudiante mexicano en 1925,  ha causado una buena cantidad de polémica. 

Desde su aprobación en Estados Unidos en 1959 y comercialización en 1960 ha sido objeto de dura crítica  religiosa. Recientemente se debatía entre los aspirantes a ocupar la presidencia de ese país si los seguros públicos deberían pagar el uso de ella.

En México, un país con mayor cantidad de católicos, el debate ha sido menor, y se enfoca en la moralidad respecto al uso de métodos para inhibir la reproducción.

Sin embargo, pocos se han preguntado lo que vale, para la sociedad, la pequeña píldora diaria. 

Diversos estudios económicos han demostrado que la pastilla anticonceptiva permite a las mujeres invertir más tiempo en su educación y, por lo tanto, tener ingresos más altos en el futuro. 

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Michigan y la Universidad de Virginia tomó ventaja de lo que los economistas llaman “experimento natural”.

Aprovechando que en la década de los 70 diversas localidades en Estados Unidos disminuyeron la edad mínima necesaria para obtener la pastilla anticonceptiva, de 21 a 18 años, tomaron datos de 5 mil mujeres en 1968. 

Posteriormente compararon diferentes resultados de ingreso de aquellas que tuvieron acceso a la pastilla contra las que no. 

Encontraron que las mujeres que usaron la píldora en los 60, y por lo tanto no fueron madres jóvenes, ganan en promedio 8 por ciento más que las que no la aprovecharon.

Además, encuentran que la píldora fue responsable de cerrar la brecha de ingreso entre hombres y mujeres en al menos 10 por ciento durante los 80, y en 31 por ciento  durante los 90. Otros estudios demuestran que también incide en el matrimonio, al permitir mayor posibilidad de descartar prospectos antes de elegir una pareja definitiva.

El debate continuará por un tiempo, pero se podría decir que según la evidencia científica y de variables económicas, independientemente de si la pague el Estado o no, la píldora sí vale lo que cuesta. 

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