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La guerra de las monedas

Ningún país la ha declarado abiertamente, pero en la opinión de los expertos una “guerra de divisas” ha envuelto al mundo en los últimos meses.

Esta “guerra” ocurre cuando los países compiten mediante sus políticas monetarias, recortando sus tasas de interés y debilitando sus divisas. Estas medidas se implementan con la esperanza de impulsar sus ingresos de exportaciones y los precios de sus importaciones, para así dar un estímulo a su crecimiento económico e inflación.

"O el fortalecimiento del dólar debilitará a la actual locomotora del crecimiento global (los Estados Unidos) o los esfuerzos casi al unísono de devaluación fracasarán en sus objetivos"
Bill GrossCofundador
de la administradora
de activos PIMCO
"La razón por la cual es una guerra es porque en última instancia es un juego de suma-cero, alguien gana sólo porque alguien más pierde"
David WooDirector global de investigación de tasas de interés y divisas en BoA-ML
El peso se ha depreciado casi 10 por ciento desde noviembre, y el crecimiento económico podría verse afectado negativamente
https://www.youtube.com/watch?v=Lxxaenon5G8

Ningún país la ha declarado abiertamente, pero en la opinión de los expertos una “guerra de divisas” ha envuelto al mundo en los últimos meses.

Esta “guerra” ocurre cuando los países compiten mediante sus políticas monetarias, recortando sus tasas de interés y debilitando sus divisas. Estas medidas se implementan con la esperanza de impulsar sus ingresos de exportaciones y los precios de sus importaciones, para así dar un estímulo a su crecimiento económico e inflación.

México parece aún no haber entrado a las trincheras, con su banco central manteniendo estable su tasa de interés de referencia en un mínimo histórico de 3 por ciento. 

Pero el país ya se vio afectado mediante una depreciación de casi 10 por ciento en el tipo de cambio del peso frente al dólar desde noviembre a la fecha, e incluso podría ver un efecto negativo sobre su crecimiento económico a medida que sus exportaciones se vuelven menos competitivas.

La autoridad en la materia, el Banco de México (Banxico), ve complicada su actuación debido a factores externos. 

Aunque la inflación ha caído considerablemente en los últimos meses y el crecimiento se ha mantenido decepcionante, Banxico no puede recortar tasas tan fácilmente en un año en que la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, planea alzar las suyas.

Es por esto que, contrario a la tendencia en otros mercados emergentes, el mes pasado el gobernador de Banxico, Agustín Carstens, dijo que “con la inminencia de una alza de tasas de interés en Estados Unidos, hay una alta probabilidad de que las tasas en México tengan que incrementarse este año”.

Después de la calma…

Después de un periodo de casi cuatro años de tendencia a la baja, en los últimos meses la volatilidad cambiaria se ha disparado, con los tipos de cambio entre el dólar, el yen y el euro viendo su segundo mayor nivel de variación en los últimos 15 años (tan solo superado por lo visto en  la crisis del 2008), según cálculos de Bank of America-Merrill Lynch (BoA-ML).

Otra medida utilizada por BoA-ML, que utiliza las monedas y producto interno bruto (PIB) de 20 de las mayores economías del mundo, muestra que la volatilidad cambiaria se encuentra en su tercer mayor nivel en las últimas dos décadas, superado sólo por la crisis del 2008 y la crisis de 1997-1998.

David Woo, director global de investigación de tasas de interés y divisas en BoA-ML, reportó recientemente que “hay un creciente consenso en el mercado que una guerra de divisas tácita ha estallado. La razón por la cual es una guerra es porque en última instancia es un juego de suma-cero – alguien gana sólo porque alguien más pierde”.

“La mayor volatilidad cambiaria aumentará tanto el riesgo como el costo de las transacciones transfronterizas, ya sea en comercio de bienes o en flujos de capital”, agregó Woo en un reporte para sus clientes.

…la tempestad cambiaria

A esta advertencia se agrega Bill Gross, cofundador de la administradora de activos PIMCO, quien la semana pasada dijo que “o el fortalecimiento del dólar debilitará a la actual locomotora del crecimiento global (los Estados Unidos) o los esfuerzos casi al unísono de devaluación fracasarán en sus objetivos”.

Gross además advirtió que las tasas de negativo bajísimas o incluso negativas que han perdurado últimamente afectan negativamente el funcionamiento de los mercados financieros, incentivando a los inversionistas a buscar mayores rendimientos mediante activos más riesgosos y volviendo así más vulnerable al sistema financiero.

La revista The Economist señala que esta situación se debe principalmente a dos factores.

Por un lado están los recortes en las tasas de interés que muchos bancos centrales han empleado recientemente para intentar estimular sus economías, y por otro la divergencia entre las políticas de la Reserva Federal y las de los otros dos mayores bancos centrales del mundo (el Banco de Japón y el Banco Central Europeo).

Desde que empezó el año, la mayoría de los principales bancos centrales del mundo han implementado programas de estímulos monetarios y cada día parece que más países se les están uniendo.

De acuerdo con un monitoreo de 57 bancos centrales mantenido por Bloomberg, la ola de estímulo la inició Uzbekistán el 1 de enero con la reducción de sus tasas de interés de referencia.

Desde entonces, 17 bancos centrales han realizado recortes similares con la esperanza de reactivar sus economías. Los últimos en subirse al barco de los estímulos fueron el Banco Popular Chino y el banco central de Polonia la semana pasada.

Algunos analistas afirman que tanto Canadá como Australia realizarán otro recorte este año.  Bloomberg también espera que Noruega, Hungría y Tailandia realicen sus estímulos durante este mes y Corea del Sur se una a la tendencia en Abril.

Por su parte, se espera que hoy inicie el programa masivo de compra de activos del Banco Central Europeo.

Este tipo de medidas se han popularizado gracias en parte a que la caída de los precios del petróleo y otros factores han eliminado presiones inflacionarias sobre las autoridades monetarias, por lo que tienen un mayor espacio para maniobrar sus paquetes de estímulos.

Ola de estímulos

Desde entonces, 17 bancos centrales han realizado recortes similares con la esperanza de reactivar sus economías. Los últimos en subirse al barco de los estímulos fueron el Banco Popular Chino y el banco central de Polonia la semana pasada.

Algunos analistas afirman que tanto Canadá como Australia realizarán otro recorte este año.  Bloomberg también espera que Noruega, Hungría y Tailandia realicen sus estímulos durante este mes y Corea del Sur se una a la tendencia en Abril.

Por su parte, se espera que hoy inicie el programa masivo de compra de activos del Banco Central Europeo.

Este tipo de medidas se han popularizado gracias en parte a que la caída de los precios del petróleo y otros factores han eliminado presiones inflacionarias sobre las autoridades monetarias, por lo que tienen un mayor espacio para maniobrar sus paquetes de estímulos.

La paciencia de la Fed

El único que parece ir en contra de la tendencia de estímulos es la Fed.

A diferencia de la mayoría de los países desarrollados, los indicadores de Estados Unidos afirman cada día más que la nación está consolidando una verdadera recuperación económica.

Las presiones para aumentar las tasas se hacen cada vez más grandes sobre la Fed. La presidenta del organismo, Janet Yellen, afirma que serán pacientes y esperarán hasta ver una recuperación más sólida antes de hacer cualquier cambio, lo que podría ser en cualquier momento.

Sin embargo, los últimos indicadores han superado las expectativas de los analistas, así que las apuestas de los analistas se inclinan a que en junio, no en septiembre como otros habían especulado, la Fed alzará sus tasas.

Aunque esto debería ser noticias buenas para México ya que significa que su mayor socio comercial se está recuperando, también traerá efectos negativos. El alza de tasas en Estados Unidos provocará irremediablemente una fuga de capitales extranjeros de países emergentes como el nuestro.

Este tipo de efectos los ha vivido México desde el año pasado cuando el discurso de la Fed comenzó a tomar un nuevo rumbo, pero el verdadero golpe vendrá cuando las autoridades estadounidenses decidan finalmente realizar el cambio.

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