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La confianza de Carstens

El gobierno mexicano encontró en el Foro Económico Mundial una nueva oportunidad para dejar en claro que México no es igual al resto de las economías emergentes.

El discurso oficial insiste en que la depreciación del peso no refleja los sólidos fundamentos macroeconómicos del país. La divisa mexicana ha perdido casi 27 por ciento de su valor en los últimos doce meses. Tan sólo en los últimos treinta días el peso se depreció 7.19 por ciento contra el dólar.

-26.94%
la depreciación
que el peso ha sufrido frente al dólar en los últimos 12 meses
“En el caso de México pienso que ha habido una sobrerreacción y es importante que sigamos insistiendo en fortalecer nuestros fundamentos”
Agustín G. CarstensGobernador del Banco de México

El gobierno mexicano encontró en el Foro Económico Mundial una nueva oportunidad para dejar en claro que México no es igual al resto de las economías emergentes.

El discurso oficial insiste en que la depreciación del peso no refleja los sólidos fundamentos macroeconómicos del país. La divisa mexicana ha perdido casi 27 por ciento de su valor en los últimos doce meses. Tan sólo en los últimos treinta días el peso se depreció 7.19 por ciento contra el dólar.

Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, declaró la semana pasada desde Davos, Suiza que bajo cualquier medición el peso se encuentra claramente subvaluado. Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (Banxico), se sumó a la postura de Videgaray, diciendo que “ha existido una sobrerreacción (del mercado), particularmente en el tipo de cambio”.

La caída del precio del petróleo, la normalización de las tasas de interés en Estados Unidos, la reciente turbulencia financiera derivada de menores expectativas de crecimiento global, así como la condición del peso como la divisa emergente más operada del mundo se han conjugado para llevar a la moneda mexicana a mínimos históricos.

Sin embargo, Carstens afirma que espera que ocurra una corrección en el tipo de cambio que revierta esta tendencia bajista del peso. 

La perspectiva se encuentra en línea con los señalamientos que hizo Videgaray al diario El Financiero: “Poco a poco, cuando la calma regrese a los mercados, los inversionistas van a diferenciar. Siempre ocurre así. Y claramente México tiene elementos muy positivos de diferenciación.”

Emergente distinguido

A pesar de que la política económica mexicana de los últimos años ha recurrido a la expansión de la deuda pública, el país aún es señalado como un ejemplo de prudencia fiscal y déficit controlado. 

A esto se suma un proceso de reformas que ha abierto el sector energético y de telecomunicaciones, así como un banco central capaz de controlar la inflación y un modelo exportador integrado a la única economía desarrollada con perspectivas de crecimiento estables: Estados Unidos.

Este conjunto de factores y políticas orientadas a la estabilidad han llevado a México a convertirse en una parte significativa de los mercados financieros globales. El peso es la octava moneda más líquida de todo el mundo. 

No obstante, esto ha generado costos de corto plazo, ya que la divisa es utilizada como moneda de cambio cuando los inversionistas buscan deshacerse de activos emergentes.

Carstens considera que México ha sido injustamente agrupado con el resto de los países emergentes, lo que deja al peso severamente subvaluado. Pero el funcionario mexicano sostiene que la situación podría revertirse: “Con el tiempo, esta presión tiende a desaparecer”.  

A diferencia de lo que sucede con el tipo de cambio, los fundamentos macroeconómicos sí se han reflejado en una demanda sin precedentes por activos mexicanos de largo plazo.

Recientemente, el gobierno mexicano emitió exitosamente bonos de deuda a diez años por 2.25 mil millones de dólares. Esto representa la séptima emisión más relevante a nivel global en lo que va del año. 

Espejo de la Fed

En lo que respecta a la política monetaria, Carstens se ha caracterizado por mantener un discurso consistente. Calificó como “esencial” el emparejamiento de las decisiones del Banco de México con las de la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense.

En diciembre, Carstens indicó que México no podía arriesgarse a no reaccionar frente a los movimientos de la Fed debido a la fuerte dependencia que tiene la economía mexicana respecto de Estados Unidos.

La constancia en la comunicación de Carstens es el de la prioridad que el banco central le da a continuar generando una sensación de estabilidad: “Tenemos mucho capital invertido en México y queremos que eso continúe”.

¿Y la Fed?

Las autoridades de Banxico podrían obtener esta semana una oportunidad para alinearse más claramente con la Fed, ya que el banco central estadounidense sostendrá su primera reunión de política monetaria del 2016 durante este martes y miércoles.

Una encuesta de 85 economistas realizada por Bloomberg señala de forma unánime que la Fed mantendrá intacta su tasa de interés de referencia en esta ocasión, tras haber realizado un alza de 25 puntos base en diciembre. El mercado de futuros asigna una probabilidad implícita de 96 por ciento a este escenario.

Sin  embargo, aún sin un cambio en las tasas de interés, la reunión de la Fed le permitirá a las autoridades estadounidenses actualizar su comunicación a los mercados acerca del curso que tomará su política en vista de la reciente volatilidad financiera global.

En sus pronósticos de diciembre, la Fed mostró una expectativa de cerrar el año con una tasa de interés un punto porcentual por encima del nivel actual de 0.25 a 0.5 por ciento. Los expertos interpretaron esto como cuatro alzas de 25 puntos base, repartidas cada dos reuniones del comité.

Pero la persistencia en la apreciación del dólar, la cual presiona el crecimiento económico e inflación en Estados Unidos, pone en duda el que la Fed pueda cumplir con estos planes. En consecuencia los mercados de futuros muestran que los inversionistas sólo prevén, cuando mucho, dos alzas de tasas para este año.

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