La amenaza de la inflación alimenticia

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, compuesta de 34 países, incluyendo México, informó que la inflación incrementó a 2.2 por ciento a tasa anual hasta septiembre, de 2.1 por ciento reportada en agosto.

Sin embargo, si se excluye de la ecuación a los precios de alimentos y combustible, se observa una disminución ligera, menciona el organismo con sede en París, Francia.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, compuesta de 34 países, incluyendo México, informó que la inflación incrementó a 2.2 por ciento a tasa anual hasta septiembre, de 2.1 por ciento reportada en agosto.

Sin embargo, si se excluye de la ecuación a los precios de alimentos y combustible, se observa una disminución ligera, menciona el organismo con sede en París, Francia.

A lo largo de toda la organización, y en algunos países que el organismo sigue de cerca, la inflación se ha visto impulsada por una alza en los precios energéticos. Italia vio un alza del 16 por ciento, Turquía del 14 por ciento y España del 13 por ciento.

Pero la historia importante para México es sobre la inflación alimentaria. De acuerdo a cifras del organismo, este es el país con el alza más alta en precios de los alimentos, al situarse en 10.7 por ciento, muy por encima del promedio de 2.1 para toda la OCDE.

El Banco de México, a través de una serie de pronunciamientos del gobernador Agustín Carstens, ha señalado que se trata de un problema que mantiene despierto al organismo.

El gobernador además dejó claro que pondera con cuidado el uso de los instrumentos a la mano del banco para rectificar la situación.

Desde luego se trata de un juego peligroso, puesto que aumentar la tasa de interés objetivo podría frenar las expectativas inflacionarias, pero afectar al crecimiento económico, mismo que sigue relativamente incierto ante la frágil recuperación de Estados Unidos.

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