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La amenaza de la eurozona

La debilidad de la economía europea amenaza al frágil crecimiento económico del mundo. 

De acuerdo a cifras de la Comisión Europea, el continente representa alrededor de 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo, por lo que los problemas en este territorio suelen traer más problemas que los ocurridos en Estados Unidos o China.

38
por ciento es la probabilidad de que Europa caiga en una recesión, el doble respecto a la última probabilidad calculada en abril, de acuerdo con el FMI
"Sería de gran ayuda para el panorama general de política pública si la política fiscal adquiriera un rol más importante en conjunto con la política monetaria. Creo que existe la holgura para esto…"
Mario DraghiPresidente del BCE
El bajo dinamismo del mercado europeo significa una reducción de la demanda externa para países emergentes que basan su crecimiento en exportaciones
http://youtu.be/Uixs-pX08kM

La debilidad de la economía europea amenaza al frágil crecimiento económico del mundo. 

De acuerdo a cifras de la Comisión Europea, el continente representa alrededor de 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo, por lo que los problemas en este territorio suelen traer más problemas que los ocurridos en Estados Unidos o China.

El Fondo Monetario Internacional espera que Europa crezca 0.8 por ciento este año. El bajo dinamismo del mercado europeo significa una reducción de la demanda externa para países emergentes que basan su crecimiento en exportaciones. 

En el 2012, los países de la periferia europea, caracterizados por altos niveles de deuda y desempleo, amenazan la continuidad del euro como moneda única de la Unión Europea. 

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, dio su discurso de “hacer lo que sea necesario” para salvar a la divisa. 

El mensaje fue bien recibido por los mercados y la disolución del euro pasó a ser un riesgo de segundo término.

Hoy, Europa podría caer en su tercera recesión desde el 2008. Ahora los países de la periferia (Grecia, Irlanda, Portugal, España) no representan el único factor de riesgo. 

Las economías desarrolladas del centro (Alemania, Italia, Francia) enfrentan un panorama sombrío caracterizado por un estancamiento secular y un bajo dinamismo del nivel de precios.

Italia ha sufrido tres recesiones desde el 2008, llevando su producción a niveles del año 2000. Analistas se refieren al fenómeno italiano como la “década y media perdida”. 

El año pasado, Francia registró un crecimiento marginal de 0.29 por ciento. La fragilidad económica ya está teniendo efectos políticos. Consultoras francesas estiman que la tasa de aprobación del presidente Francois Hollande se encuentra en un mínimo histórico de 13 por ciento.

La economía alemana es frecuentemente descrita como un oasis de dinamismo económico en medio de un escenario de deuda y bajo crecimiento. 

Sin embargo, la coyuntura alemana se torna más peligrosa. El índice de confianza empresarial del país se desplomó por sexto mes consecutivo a su nivel más bajo desde diciembre del 2012.

Además, el pronóstico de crecimiento alemán fue recortado por el FMI en su último reporte de perspectivas globales.

Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas de Alemania, declaró recientemente que la baja en los pronósticos económicos no significan un riesgo de recesión. Analistas consideran que las sanciones económicas impuestas a Rusia, uno de los principales socios comerciales de Alemania, explican el pobre desempeño de la economía alemana.

A principios de mes, el FMI incrementó la probabilidad de que la zona euro caiga en recesión a 38 por ciento, cifra que representa el doble de la probabilidad calculada en abril.

El fantasma de la deflación

La zona euro presenta una inflación promedio de 0.3 por ciento, donde el nivel de precios está cayendo en ocho países. 

La deflación es uno de los síntomas más graves de la trampa de liquidez, escenario de bajo crecimiento e inefectividad de la política monetaria convencional para dinamizar a la economía.

Japón es el caso más emblemático de la trampa de liquidez. Su economía se encuentra estancada desde hace casi 20 años, mismo tiempo que ha durado su tasa de interés de referencia debajo de 1 por ciento. 

El riesgo de la deflación yace en que si se genera una expectativa constante de que los precios continuarán cayendo, los agentes económicos cortan su consumo e inversión en detrimento del crecimiento.

Además, la caída de los precios exacerba la carga de la deuda. Europa pasó de tener una deuda de 66 por ciento del PIB en el 2007, a un nivel de 93 por ciento del PIB en el 2013.

La tasa de desempleo europea es del 11.5 por ciento, alcanzando niveles de 40 por ciento para los jóvenes de España e Italia. 

Esta situación ha ejercido presión sobre la política de austeridad fiscal dictada por Bruselas y avalada por los líderes alemanes. El déficit fiscal de la zona euro es de 3 por ciento del PIB.

Por si fuera poco, la política monetaria convencional no es una respuesta al problema europeo. 

Las tasa de interés de referencia del banco central se encuentra cerca de cero, por lo que ya no se pueden recortar los tipos de interés para incentivar el gasto de los agentes económicos.

Esto ha orillado al BCE a considerar políticas monetarias poco convencionales como la compra masiva de activos por parte del banco central. 

Mario Draghi ha prometido que la hoja de balance del BCE crecerá en un billón de euros en un plazo que no se ha definido. 

Trascendió que Blackrock, el administrador de activos más grande del mundo, fue contratado como asesor para las operaciones del BCE.

La semana pasada, el banco adquirió bonos europeos por 1.7 mil millones de euros.

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