Juguete mexicano: ¿game over?

En la preparación de la Navidad, las familias mexicanas emprenden la búsqueda del juguete perfecto para regalar a los niños y niñas que se portaron bien durante todo el año.

Pero si dedicaran unos minutos a estudiar el origen del juguete, verían cada vez menos presencia de la marca mexicana en los juegos y juguetes.

Mientras que en México aún se producen juguetes artesanales como la marioneta y el balero, también existe una importante industria manufacturera de juguetes dirigida a la exportación.

Jesús M. Badiola Jesús M. Badiola Publicado el
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En el mercado nacional existen 34 marcas de juguetes registradas en la Profeco, de las cuales solo cinco son mexicanas

En la preparación de la Navidad, las familias mexicanas emprenden la búsqueda del juguete perfecto para regalar a los niños y niñas que se portaron bien durante todo el año.

Pero si dedicaran unos minutos a estudiar el origen del juguete, verían cada vez menos presencia de la marca mexicana en los juegos y juguetes.

Mientras que en México aún se producen juguetes artesanales como la marioneta y el balero, también existe una importante industria manufacturera de juguetes dirigida a la exportación.

Desde triciclos y carros de pedales, hasta consolas de videojuegos y juegos de mesa, la industria del juguete en México exporta más de 1.2 mil millones de dólares, particularmente hacia Estados Unidos.

Tal industria genera 28 mil empleos directos, en más de 220 empresas en el país, de las cuales la mayoría son microempresas.

Pero esta industria se ha ido deteriorando en los últimos años. En el 2008 se exportaban cerca de 2.2 mil millones de dólares en juguetes hacia Estados Unidos y era limitado el número de competidores en el mercado mexicano.

Ahora se observa un panorama radicalmente diferente. En cuatro años las exportaciones de juguetes se han reducido a la mitad, y solo en el último año, nuestras importaciones  aumentaron un 72 por ciento, con un número histórico de países trayendo mayor competencia a los productores nacionales.

Con el arribo de un mayor número de contenedores extranjeros llenos de muñecas y videojuegos para la infancia mexicana, y la producción local en retroceso, ¿cómo se podrá salvar el juguete mexicano?

Notorio desbalance

En el mercado nacional existen 34 marcas de juguetes registradas en la Profeco, de las cuales solo cinco son mexicanas: Apache, Fotorama de México, Impala, Mi Alegría y Prinsel, que enfrentan la competencia de 16 empresas estadounidenses, entre las cuales las primeras dos, Mattel y Hasbro, son las jugueteras más grandes del mundo.

Además, anteriormente nuestras importaciones de juegos y juguetes estaba a la par con nuestras exportaciones, y provenían fuertemente de manufactura china.

El ambiente del juguete en México ha evidenciado un cambio notorio en los últimos años, tanto con la introducción de nuevos competidores al mercado, como la disparidad en nuestra balanza comercial de juguetes, el cual muestra a nuestras importaciones triplicando nuestras exportaciones totales.

En el 2008, China acaparaba el 74 por ciento de las importaciones de juguetes al país. Para el 2011, su participación dentro de las importacoines totales al país se redujo al 34 por ciento, porque se abrieron las puertas para mayor importación de países como Japón, Austria y Estados Unidos.

El repunte de las importaciones de juguetes que se percibió en el 2011 rompió con la tendencia a la baja que se había experimentado desde el 2008.

Con 3.53 mil millones de dólares importados en juguetes, y previendo que la producción nacional para exportar ha ido en descenso, se puede afirmar que la industria mexicana del juguete se ha debilitado ante presiones externas.

El comercio 
estadounidense

Estados Unidos es el primer destino para los productores de juguetes alrededor del mundo. En el 2011, EU importó más de 28.6 mil millones de dólares en juegos y juguetes, y exportó más de 7.04 mil millones de dólares de su producción nacional.

Después de la crisis del 2008, las exportaciones de juegos y juguetes de México hacia Estados Unidos cayó un 35.4 por ciento en el primer año, y continuó reduciéndose hasta establecerse en alrededor de 1.12 mil millones de dólares, la mitad que en el 2008.

Aunque México también exporta hacia otros países, el mercado estadounidense acapara el 91.05 por ciento de las exportaciones de juguetes mexicanos.

A diferencia, mientras que las exportaciones de juguetes chinos también se vieron afectados por la crisis en el 2008, sus ventas hacia Estados Unidos se han ido recuperando hasta superar el valor de sus exportaciones anterior a la crisis.

En el 2011, China vendió más de 12.3 mil millones de dólares en juguetes para Estados Unidos, siendo solo el 36.6 por ciento de sus exportaciones por el mundo.

De tal forma, se puede notar cómo la industria juguetera en México no ha podido combatir las fuertes presiones de la competencia foránea.

Además, el mal manejo de la industria frente a la crisis mundial del 2008 debilitó de forma sustancial las relaciones comerciales que se tenían con Estados Unidos.

Cuando nuestro vecino al norte empieza a comprar un mayor número de juegos y juguetes del mercado internacional, la participación de México se despliega a niveles históricamente bajos. ¿Quién podrá salvar al juguete mexicano?

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