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Los últimos dos trimestres, la compañía ha presentado una tasa de crecimiento negativa en sus ingresos. Esto no había sucedido desde el 2001
La presentación de Apple estuvo exenta del tradicional frenesí que rodea al anuncio de nuevos productos de la compañía de Cupertino, California.
Las expectativas en torno a la firma con el mayor valor de capitalización de mercado se han diluido gradualmente en los últimos años. Tanto Wall Street como Silicon Valley han perdido el entusiasmo que era característico de una empresa que en el 2015 registró 233 mil millones de dólares en ventas y 217 mil millones de dólares en reservas de efectivo.
El evento de Apple, llevado a cabo ayer en San Francisco, California, incluyó la presentación de un nuevo iPhone resistente al agua, una asociación con Nintendo, así como la introducción de audífonos inalámbricos.
Sin embargo, el grueso de analistas de la industria se muestran escépticos de que esto pueda revertir la tendencia de ingresos decrecientes de Apple.
Los últimos dos trimestres, la compañía ha presentado una tasa de crecimiento negativa en sus ingresos. Esto no había sucedido desde el 2001. En el tercer trimestre del 2016, la compañía presentó 42.3 mil millones de dólares en ventas, casi un 15 por ciento menos que en el mismo periodo del año pasado. Apple registró una baja de ingresos incluso en el incipiente mercado de China.
Gran parte de este declive obedece a una tendencia de largo plazo que denota una baja constante en la venta de iPhones, responsables de más de la mitad de los ingresos de la compañía. El crecimiento bianual de la venta de teléfonos de Apple pasó de 93.7 por ciento en el primer trimestre del 2012 a 13.1 por ciento en el tercer trimestre del 2016.
Una parte de esta baja obedece a una consolidación del mercado global de teléfonos inteligentes. La firma de investigación de mercados IDC estima que la venta de teléfonos inteligentes crecerá apenas 2 por ciento este año, una tasa que se encuentra muy por debajo del promedio de largo plazo de la
industria.
Por otro lado, el consenso de analistas argumenta que el mercado de iPhones ha tocado su techo.
La firma Bernstein Research calcula que el 80 por ciento de los ingresos que generarán las ventas de iPhones provendrán de usuarios que ya cuentan con una versión anterior del teléfono inteligente de Apple.
Punto de inflexión
El declive de las ventas de iPhone contrasta con un incremento en la división de servicios de software de Apple. Esto representa un cambio de paradigma que se ha vuelto patente en la visión de futuro de la gerencia de la compañía.
El proyecto que recibe la mayor parte del gasto de investigación y desarrollo de Apple es el desarrollo de un automóvil eléctrico y autónomo.
Sin embargo, el interés de la compañía en lo que pretende ser el centro de un nuevo modelo de movilidad urbana no es exclusivo de Apple. Uber, Google, Tesla y las grandes armadoras automotrices también se han embarcado en una carrera por asegurar el liderazgo de la industria de los vehículos autónomos.
El éxito de Apple en la última década se debió en gran medida a que irrumpió un segmento de los teléfonos inteligentes de manera prácticamente exclusiva, lo cual le permitió sacar provecho a altos márgenes de ganancia. Ahora, con la competencia en marcha, no hay certeza de que la firma asegure el liderazgo de una industrian incipiente.
Por si fuera poco, la compañía enfrenta un litigio fiscal con la Comisión Europea, la cual determinó que Apple debe pagar 13 mil millones de euros por impuestos no cobrados en Irlanda.