Historia de las tarjetas de crédito

Las tarjetas de crédito son indispensables en la actualidad. Ni siquiera hace falta ser mayor de edad para tenerlas. Incluso han creado algunas que son prepagas, para aquellos cuya situación crediticia no es impoluta

Las tarjetas de crédito son indispensables en la actualidad. Ni siquiera hace falta ser mayor de edad para tenerlas. Incluso han creado algunas que son prepagas, para aquellos cuya situación crediticia no es impoluta.

Las tarjetas de crédito ya son moneda corriente en todas partes del mundo. Facilitan suscripciones, otorgan descuentos, habilitan promociones y hasta pueden llegar a ser la tarjeta de entrada a eventos o beneficios a los que no se accede con dinero. Y hace no muchas décadas, eran sinónimo de un alto estatus social, algo que en el presente no se mantiene más allá de aquellas que por su color sugieren exactamente eso, como las Black o las Platinum.

A su vez, hoy en día cobraron aún más valor que el que tenían algunos años atrás. Con el avance de la pandemia del coronavirus y las restricciones y cuidados que se adoptaron para reducir los contagios, las tarjetas de crédito evitan el contacto y la manipulación del dinero papel.

Además, en épocas donde las restricciones de circulación y la clausura de distintos establecimientos cerrados, los fanáticos del ocio y las apuestas se vieron obligados a migrar hacia sus opciones virtuales, encontrando en online-casino-espana.es los mejores casinos y salas de juego, donde es necesario también contar con tarjetas de crédito.

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Cómo se inventaron las tarjetas de crédito

Sin embargo, no siempre existieron las tarjetas de crédito. Es más, pocos saben cómo se inventaron y cómo fueron evolucionando hasta llegar al panorama actual, en el que prácticamente son indispensables para la vida cotidiana.

De hecho, una curiosidad del destino y de esos mitos que suelen preservarse en el tiempo es que le asignan a Frank X. McNamara, el fundador de Diners Club, la invención y producción de la primera tarjeta de crédito.

La historia relata que McNamara, hablando de un cliente que no podía hacerle frente a sus obligaciones financieras, se encontró con que no contaba con suficiente dinero en efectivo para pagar la cena de esa noche.

De esa manera, motivado por el embarazoso momento que había significado eso, Frank X. McNamara creó Diners Club (el club de la cena, en inglés), una tarjeta que le permitía a sus usuarios abonar en aquellos restaurantes en los que previamente habían acordado su aceptación.

Sin embargo, por más cierta que fuera esa historia, aquella no fue la primera tarjeta de crédito. Las tarjetas de crédito empezaron a emitirse desde la primera década del siglo XX, según un documento de la Reserva Federal de Filadelfia que explica que almacenes y gasolineras fundaron ese camino, aunque con el fracaso como único resultado, ya que estaban circunscritas a áreas geográficas y establecimientos concretos.

No fue hasta 1958, cuando se crearon BankAmericard (hoy lo conocemos como VISA) e Interbank Card Association (que hoy es conocido como MasterCard) y con ellos nacieron las tarjetas de crédito modernas que actualmente utilizamos. El mismo año hizo lo propio American Express, aunque recién un año después reemplazaron las originales de papel por las más convenientes tarjetas de plástico.

Para la década de 1980, las tarjetas de crédito ya eran universales y, aunque no para todos, eran una realidad en casi todos los países del mundo. Hoy en día, más del 70% de la población las utiliza y su número va en frenético aumento. También es habitual tener más de una.

Por eso, ya sea convencional o una prepaga, emitida por un banco o directamente por la compañía financiera, titular o extensión, la tarjeta de crédito ofrece, sin dudas, más beneficios que el dinero en efectivo.

De hecho, como se mencionó anteriormente, abarcan a todo el público sin ningún tipo de restricción en edades, costumbres, área geográfica ni gustos. Las tarjetas de crédito se pueden usar para pagar servicios, para suscribirse a plataformas de streaming, para obtener descuentos en marcas y hasta para ganar dinero apostando en los mejores sitios de juego y casino online que ofrece online-casino-espana.es.

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