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Guerra aérea

Las tres mayores aerolíneas estadounidenses acusan a tres de sus competidoras del Golfo Pérsico de competencia desleal. Afirman que debido a que estas son paraestatales, se benefician de miles de millones de dólares en subsidios por parte de sus gobiernos.

Sin embargo, otros señalan que la expansión en las rutas y participación de mercado de las aerolíneas del Golfo obedece a sus mejores estándares, ya que se encuentran entre las mejores calificadas del mundo en lo referente a calidad y satisfacción de sus pasajeros.

71,400
millones de dólares el monto total de subsidios públicos que Delta, United y American Airlines han recibido desde el 2000, según un estudio realizado por The Risk Advisory Group a petición de Etihad Airways
"(A diferencia de Delta) nosotros no volamos aviones basura con 35 años de antigüedad. (...) Lo desafortunado es que porque son tan ineficientes nos quieren culpar a nosotros -que somos muy eficientes- por sus fracasos y retrasos"
Akbar al-BakerDirector ejecutivo
de Qatar Airways
https://www.youtube.com/watch?v=HJ3AVGUOMV0

Las tres mayores aerolíneas estadounidenses acusan a tres de sus competidoras del Golfo Pérsico de competencia desleal. Afirman que debido a que estas son paraestatales, se benefician de miles de millones de dólares en subsidios por parte de sus gobiernos.

Sin embargo, otros señalan que la expansión en las rutas y participación de mercado de las aerolíneas del Golfo obedece a sus mejores estándares, ya que se encuentran entre las mejores calificadas del mundo en lo referente a calidad y satisfacción de sus pasajeros.

Sus rivales americanos, por otro lado, se han concentrado en abaratar el servicio, metiendo cada vez más viajeros en sus vuelos y aprovechado la caída en sus costos de combustible para reducir sus precios al público.

Competencia en el aire

Las estadounidenses Delta Air, United Airlines y American Airlines buscan que el gobierno de su país limite la expansión de las operaciones de Qatar Airways, Emirates y Etihad Airways hacia Norteamérica, ya que las acusan de competencia desleal.

Las aerolíneas estadounidenses indican que sus rivales del Golfo Pérsico han recibido aproximadamente 42 mil millones de dólares en subsidios durante la última década, lo cual les ha permitido ofrecer tarifas extremadamente bajas y así expandir su participación de mercado.

Algunos de los supuestos beneficios recibidos por las aerolíneas del Golfo incluyen préstamos otorgados sin intereses y sin planes de pago, concesiones de tierra, e inversiones públicas en la construcción de aeropuertos. 

Además de éstos, las aerolíneas de Catar y de Emiratos Árabes Unidos gozan de beneficios indirectos como menores costos laborales (los sindicatos están prohibidos) y tasas impositivas menores a las que se cobran en Estados Unidos.

La respuesta del Golfo no se hizo esperar, ya que un estudio realizado por la consultora The Risk Advisory Group, a petición de Etihad, indica que las tres aerolíneas estadounidenses han recibido más de 71.4 mil millones de dólares en subsidios desde el 2000.

Además, el diario The New York Times señala que las estadounidenses gozan de otros beneficios, como el ser inmunes a la regulación de competencia económica ya que se les permite establecer alianzas, que esencialmente operan como cárteles en la determinación de precios, con aerolíneas de otros países.

Calidad estrellada

Los críticos de las aerolíneas estadounidenses apuntan que el crecimiento en la participación de mercado acaparada por sus competidoras del Golfo no sólo responde a ventajas financieras o geográficas, sino también a estándares de calidad superiores.

En los últimos años, el listado anual de las 100 mejores aerolíneas del mundo realizado por la consultora Skytrax ha incluido consistentemente a las empresas del Golfo dentro de las 10 primeras posiciones. Mientras tanto, en la más reciente edición las estadounidenses ocuparon las posiciones 45 (Delta), 60 (United) y 79 (AA).

El decepcionante desempeño estadounidense en las encuestas de satisfacción también se ve reflejado en el estudio anual de calidad realizado en conjunto por la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle y la Universidad Estatal de Wichita. Éste muestra que después de tres años de ligeras mejoras, los niveles de calidad ahora están de vuelta a donde estaban en 2009.

Incluso con la caída de casi 50 por ciento que experimentaron los precios petroleros, lo cual ha reducido considerablemente sus costos de combustible, las aerolíneas estadounidenses parecen estar más interesadas en recortar precios y meter más pasajeros en cada uno de sus vuelos que en invertir en mejoras de calidad.

Es por esto que en marzo de este año Akbar al-Baker, director ejecutivo de Qatar Airways, dijo que la razón por la cual aerolíneas como Delta se resisten a la competencia es porque vuelan “aviones basura que tienen 35 años de antigüedad”.

¿Y México?

En México sólo existen cuatro aerolíneas nacionales que ofrecen vuelos al extranjero: Aeroméxico, Interjet, Volaris y VivaAerobus. De éstas, sólo las primeras dos ofrecen vuelos a otros países además de Estados Unidos.

En el caso de Aeroméxico, la aerolínea es una de las cuatro fundadoras de la alianza SkyTeam, junto con Delta, Air France y Korean Air. 

Esto la vuelve una aliada natural de Delta en la oposición a la expansión norteamericana de las empresas del Golfo.

Hasta el momento ninguna de las tres aerolíneas árabes ofrece vuelos a México, aunque todas manejan servicio a grandes aeropuertos cercanos a la frontera estadounidense, como Dallas, Houston y Los Ángeles.

Pero la entrada de estas empresas a México probablemente sólo es cuestión de tiempo. 

Turkish Airlines, que a menudo es asociada con las aerolíneas del Golfo por su veloz expansión y posición geográfica, ya anunció que planea ofrecer vuelos a la Ciudad de México. Esto después de haber comenzado a ofrecer vuelos a Atlanta. 

Para las aerolíneas mexicanas, tal y como para las estadounidenses, el mensaje parece ser simple: mejorar o morir.

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