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Exploran las fallas 
de Pemex

Las cifras que presentó Pemex a principios de mes son preocupantes, y sirven para meter presión sobre la necesidad de una reforma energética. 

Sin duda es urgente empezar un proceso de innovación tecnológica y de mejorar la estrategia para no perder tanto dinero. 

La primera situación preocupante que podemos ver en la presentación de Pemex es la caída en la producción. El 2012 cerró con 3.70 millones de barriles por día, cifra que se ha reducido desde los 3.96 millones que se produjeron en el 2008. 

16.36
por ciento fue el aumento en la inversión de exploración y producción
Implementar nuevas formas de inversión que permitan mayor tecnología impulsaría los ingresos
En el 2008, Pemex producía 3.96 millones de barriles al día; en el 2012 cayó a 3.70 millones de barriles diarios

Las cifras que presentó Pemex a principios de mes son preocupantes, y sirven para meter presión sobre la necesidad de una reforma energética. 

Sin duda es urgente empezar un proceso de innovación tecnológica y de mejorar la estrategia para no perder tanto dinero. 

La primera situación preocupante que podemos ver en la presentación de Pemex es la caída en la producción. El 2012 cerró con 3.70 millones de barriles por día, cifra que se ha reducido desde los 3.96 millones que se produjeron en el 2008. 

Las dos subsidiarias que tuvieron mayores pérdidas fueron Pemex Refinación y Pemex Petroquímica, con 100 mil 500 millones y 10 mil 800 millones de pesos, respectivamente. 

Esto supera el ingreso por la parte de Exploración y Producción que ascendió a 95 mil 500 millones de pesos. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor si se tuviera mayor capacidad tecnológica para exploraciones profundas. 

El dato de las reservas petroleras no se ha dado a conocer, sin embargo, desde el 2008 también se ha visto una reducción considerable. 

Al ser una empresa paraestatal, los que finalmente pierden son los contribuyentes. Esto obliga al gobierno a transformar Pemex para lograr mejores resultados. 

A reestructurar 

Durante los días cercanos a la conmemoración de la expropiación petrolera, el debate sobre la reforma energética se ha vuelto acalorado. Aunque busca modernizar Pemex, el presidente Enrique Peña Nieto insiste en que no lo privatizará.

Esto no ha detenido las manifestaciones en contra de la reforma, pues hay quienes temen que el petróleo termine en manos extranjeras que no tengan interés en el bienestar de los mexicanos. 

Sabiendo que sería un alto costo político tratar de privatizar por completo Pemex, el ejecutivo buscará una medida moderada que pueda traer algunos cambios positivos. 

Para esto ha delineado seis líneas de acciones que podrían mejorar a la petrolera sin necesidad de recurrir a alguna acción drástica, por lo que la reforma podría ser votada favorablemente en el Congreso.

De los seis ejes de trabajo que propone Peña Nieto, sobresalen particularmente dos: fortalecer su capacidad de inversión y desarrollo tecnológico y orientar las inversiones hacia las actividades de mayor valor agregado y rentabilidad para el país. 

Implementar nuevas formas de inversión que permitan mayor tecnología, sin duda generaría mayores ingresos. 

La falta de capacidad de la exploración profunda han causado que gran parte de la gasolina del país se importe. En el 2012, el 48.2 por ciento de la gasolina fue importada. 

El otro eje de trabajo, orientar las actividades, también es importante. La propuesta de algunos políticos de fabricar más refinerías debería ser compensada con actividades que generen mayor rentabilidad. 

Para esto es necesario desarrollar esquemas de financiamiento que permitan una mayor inversión, y precisamente esto debería ser prioridad en la reforma energética. 

Para el debate público, es necesario entender bien cuáles son las oportunidades de Pemex para que la reforma pueda realmente permitir el crecimiento de la empresa más importante del país. 

Atarla a la reforma fiscal

Ante la búsqueda de modernizar Pemex, también se busca renovar el sistema de finanzas públicas, por lo que se requiere construir la reforma fiscal paralela a la energética.

Una de las metas principales es reducir la dependencia del presupuesto federal a las rentas petroleras. Por esto se busca gravar productos como las medicinas y los alimentos.  

El Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha expresado la importancia de la reforma energética en el sentido de que México podría crecer a un ritmo de 5 por ciento. 

Después de tener éxito con la reforma de telecomunicaciones y con la de educación, es probable que tenga éxito con la energética, sobretodo porque esta no muestra una postura radical.

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Para modernizar
Propuestas del presidente Peña Nieto sobre Pemex

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